miércoles, 29 de febrero de 2012

Curiosidades iraníes (desde Teheran, 09.02.2012)

Hace unos años Adrián Paenza escribió una nota en el diario Pagina/ 12 titulada “Imágenes del Japón”. Después de una visita a ese país quiso compartir con los lectores algunas de sus impresiones. No se puso a juzgar la sociedad japonesa ni trató de sacar ninguna conclusión, simplemente describió hechos que le habían llamado la atención. En este artículo la idea es similar, contar experiencias, hechos y curiosidades sobre la sociedad iraní después de una visita a la República Islámica de Irán.

Si uno se guiara por la retórica anti norteamericana de los líderes iraníes se podría creer que en Irán no hay muchos objetos o símbolos estadounidenses. Es más, el Imam Jumeini solía referirse a Estados Unidos como el “Gran Satán”. Sin embargo está repleto de productos y símbolos estadounidenses. La Coca y la Pepsi se venden por doquier y son las gaseosas más consumidas; hay jardines de infantes cuyos pórticos imitan los típicos castillos de Disneylandia; en los libros infantiles está el Pato Donald o Mickey y la mayoría de los jóvenes (hombres y mujeres)) visten los típicos jeans como en Nueva York o Buenos Aires.

El Islam prohíbe el consumo de alcohol y en Irán está prohibida su venta. Sin embargo muchas botellas y latas de gaseosas imitan atractivos diseños de cerveza e incluso se venden como “cerveza”. Pero llevan una etiqueta que dice “bebida sin alcohol”. ¿Qué necesidad hay de poner “sin alcohol” cuando ninguna bebida lleva alcohol y su venta está prohibida?

La ciudad más emblemática de la historia persa es “Pars”, pero se la conoce más por su nombre griego “Persépolis”, que significa literalmente “la ciudad persa”.

El velo que portan las mujeres según la tradición islámica difiere de país en país y su uso es muy anterior a la aparición del Islam. En Irán la ley indica que toda mujer debe cubrirse la cabeza en la calle para que no se le vea el cabello. Por lo general portan un pañuelo que denominan rusari. Muchísimas mujeres, especialmente las más jóvenes, rechazan esta imposición y la burlan dejando que el cabello largo les caiga sobre la frente y sus espaldas. En las vitrinas de los negocios de ropa femenina para eludir el velo exhiben maniquíes pelados que portan atractivos sombreros. Por lo general llevan puestos sugestivos vestidos que ninguna mujer podrá exhibir en las calles.

El pan que se consume con todas las comidas suele ser finito como una hoja de papel o una cartulina y tiene múltiples tamaños. Lo hay rectangular como una hoja A4 o redondo como un pequeño mantel. En algunas panaderías sacan el pan muy caliente y lo ponen sobre fierros
en la calle para que se airee. Los compradores lo agarran y sacuden para enfriarlo porque sino se pega todo y será imposible comerlo. Después lo doblan en dos y se van con muchas de esas “cartulinas” bajo el brazo.

Múltiples páginas de Internet están bloqueadas y no sólo las pornográficas. No hay acceso a Facebook, Twitter o You Tube, ni a Fibertel o al diario Clarín. Cuando uno trata de entrar en ellas aparece un cartel en persa que ofrece un menú alternativo de numerosas páginas iraníes de noticias culturales, políticas o religiosas para que uno pueda seguir informándose de la realidad.

El azafrán se consume de múltiples formas y no sólo con pescado, carne o arroz, también dulce. Hay un yogur dulce muy popular en la región de Isfahán que se llama “Khoresht-e-mast” en base a pollo y azafrán licuado, palitos de azúcar con hebras de azafrán para endulzar el té y unos deliciosos helados de azafrán conocidos como el “helado tradicional”.

La tradición islámica indica que para entrar a una mezquita hay que descalzarse y luego uno camina sobre gigantescas alfombras. En la costumbre religiosa judía no es una práctica habitual. Sin embargo en la sinagoga de la ciudad de Shiraz todos los hombres dejan los zapatos en la entrada y caminan descalzos sobre las alfombras, como en una mezquita.

La religión musulmana prohíbe el consumo de carne de cerdo. Pero se venden “Ham burgers” (hamburguesas) y pizza con ham siendo que la palabra “ham” remite al jamón, que comúnmente es de cerdo.

Cuando uno va a un país árabe el llamado al rezo por los altavoces de las mezquitas se escucha con nitidez por todos lados incluso en la madrugada. Los viernes las mezquitas están atiborradas de gente y por eso muchas manifestaciones son convocadas ese día al mediodía para congregar multitudes como sucedió en Egipto en 2011. Además, se puede ver gente desplegando una pequeña alfombra para rezar en cualquier lugar, sea en las escaleras de un estadio de futbol o al lado de un taxi porque el taxista decidió parar el auto y rezar. En Irán, un
país que transmite la imagen de extrema religiosidad, el llamado al rezo prácticamente no se escucha, las mezquitas están vacías, nadie reza en las calles y la inmensa mayoría de los hombres ni siquiera usan barba.

La moneda legal que circula es el “rial”. Sin embargo todos usan el “tuman”, una antigua moneda que no existe más y que no tiene billete ni moneda. Esto confunde a cualquier visitante porque no tiene el mismo valor que el rial. Un millón de rials son cien mil tuman y diez mil rials son mil tuman. Es decir, para convertir el rial al tuman se saca un cero. En las vitrinas los precios pueden estar en rial o tuman y uno nunca sabe cuánto debe pagar. Encima, si algo cuesta diez mil rials le piden ?un Jumeini? -que así es conocido ese billete- aunque muchos otros también llevan la cara del difunto líder de la revolución.