martes, 12 de abril de 2011
Los saharauis y la revuelta árabe (Tinduf, 1 de marzo 2011)
Mientras en Libia Kadafi pelea por mantenerse en el poder y en varios países árabes continúan las protestas, el domingo 27 de febrero los saharauis festejaron el XXXV aniversario de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD). Creada en 1976, el día posterior a que los españoles se retiraran del “Sahara español” después de décadas de ocupación colonial, la república ya obtuvo el reconocimiento de unos ochenta países. Meses antes el rey Hasan II de Marruecos se había aprovechado de la agonía de Franco para comenzar a ocupar el Sahara diciendo que le pertenecía y desconociendo al Frente Polisario, que ya venía luchando por su independencia. Eran tiempos de la “Guerra Fría”. El Polisario estaba alineado con los movimientos de liberación nacional del tercer mundo y la monarquía de Hasan II era un importante aliado de Estados Unidos para contener el avance del comunismo y frenar la influencia de la reciente liberada Argelia. Durante el proceso de ocupación el ejército marroquí expulsó a miles de saharauis que no aceptaban cambiar un ocupante por otro. Algunos quedaron bajo control marroquí y muchos otros terminaron en campamentos de refugiados en el sur de Argelia, en las afueras de la ciudad de Tinduf, muy cerca de la frontera. Durante unos quince años el Polisario y el ejército marroquí libraron duras batallas hasta que en 1991 fue declarado un “alto el fuego”. Para frenar el avance del Polisario el gobierno marroquí construyó un muro de arena, campos minados y zanjas a lo largo de más de 2500 Km. confinándolo en el desierto, entre ese muro y Argelia y Mauritania, creyendo que así el Polisario desaparecería. En 2011 El Polisario festejó su independencia en Tifariti, una pequeña localidad del desierto en lo que denominan los “territorios liberados”. Para llegar hay que partir de Tinduf, abandonar tierra argelina, entrar en esos territorios y hacer una larga travesía de más de 300 Km. por la arena y las piedras, sin caminos ni señalizaciones de ningún tipo. El objetivo del Polisario es avanzar en la construcción de su Estado aunque en la zona que controla vivan apenas unas veinte mil personas, la mayoría de ellos nómades. Los festejos comenzaron con un desfile militar presidido por el presidente AbdelAziz y su gabinete en pleno para mostrar que no descartan retomar las armas si las negociaciones auspiciadas por Naciones Unidas continúan estancadas. En realidad, preferirían que esta ola de revueltas en el mundo árabe se extendiera a Marruecos, provoque la caída de la monarquía y logren su tan ansiada independencia.