domingo, 23 de octubre de 2011

Los temores de los republicanos (desde NY)

Hace varias semanas que los republicanos realizan debates públicos para comenzar a definir quién será su candidato en las elecciones presidenciales del próximo año. Sarah Palin, la compañera de fórmula de John McCain en 2008, que aparecía como candidata natural del partido, decidió dar un paso al costado y comenzó la carrera para ver quién competirá con Barack Obama en 2012.
Los republicanos tienen características muy particulares y a veces difíciles de comprender para quien no vive en Estados Unidos. En medio de una profunda crisis económica ellos se enfrascan en un debate público para determinar si uno de sus candidatos, Mitt Romney, es un buen cristiano porque pertenece a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, más conocida como la iglesia mormona. La polémica tiene ribetes pasionales para un partido que considera que Estados Unidos nació por voluntad divina. La cuestión no es menor para los votantes de un partido muy pendiente de las cuestiones de fe, y numerosos evangelistas ya han dicho que nunca votarían por un mormón porque no los consideran cristianos.
Pero hay dos hechos que alteraron los tradicionales debates. Por un lado la aparición de Herman Cain como precandidato, y por el otro el movimiento “Occupy Wall Street”.
Cain es dueño de una cadena de pizzerías sin experiencia de gestión estatal y que –además- es negro, algo poco común entre los republicanos. El se presenta como el típico ejemplo del “self made man”, un pilar del “sueño americano”, por el cual se considera que en base al esfuerzo se puede lograr absolutamente todo lo que uno se propone. Cain afirma que sus padres lograron progresar en el sur racista “gracias a que mantuvieron la fe en dios, en si mismos y en el país más grandioso de la tierra”. Su discurso casi apolítico relega a un segundo plano la lucha de los movimientos por los derechos civiles de los años sesenta asociados al partido demócrata y combatidos por el partido republicano en cuyo seno militaban miles de miembros del racista Ku Klux Klan que cazaba negros, en el sentido literal del término. Si bien es cierto que el partido republicano evolucionó en su discurso y sus principales dirigentes se cuidan de no chocar con aquello que es “políticamente correcto”, la aparición de la corriente del “Tea Party” y su retórica ultraconservadora movió más a la derecha el amperímetro del partido.
Paradójicamente es Herman Cain quien sale a defender al “Tea Party” negando que sea racista y asegura que es el único que puede arrebatarle gran parte del voto negro a Obama. El diario USA Today lo pone en duda porque la última vez que un candidato republicano negro logró vencer en una elección presidencial en un distrito afroamericano fue en 1932.
Muchos medios de comunicación han comparado a “Occupy Wall Street” (OWS) con el “Tea Party”, dos movimientos aparentemente surgidos para presionar a los dos partidos más importantes. Es más, muchos republicanos están convencidos de que OWS incluso está financiado por los demócratas para distraer a la opinión pública de los errores de gestión de Obama y para evitar un triunfo republicano en 2012. Sin embargo, el gran problema de los republicanos es que hasta ahora ninguno de sus precandidatos parece capaz de vencer a Obama, a pesar de la profunda crisis económica. Y su gran temor es que este “socialista” y “destructor de los valores norteamericanos” sea reelecto en noviembre del año que viene.