lunes, 17 de octubre de 2011

Los méritos de “Occupy Wall Street”

Los dos diarios más sensacionalistas de Nueva York descalificaron al unísono la marcha del sábado 15 de octubre organizada por el movimiento “Occupy Wall Street”. Como la movilización finalizó en la céntrica “Times Square” y hubo algunos mínimos incidentes con la policía, jugaron con la palabra “times” (tiempos) para titular “El peor de los tiempos” (New York Post) y “Tiempos salvajes” (Daily News). Así continuaron con su campaña de presentar como violento a “Occupy Wall Street”.
La protesta comenzó a las once de la mañana en el sector financiero de la ciudad. A pesar de no contar con la autorización para marchar por las calles ya se ha establecido un acuerdo tácito de que “Occupy Wall Street” puede hacerlo, y miles de personas dieron vueltas por la zona de los bancos con consignas, justamente, contra los bancos. La policía estaba desbordada porque los manifestantes aparecían en cada esquina y lo único que podían hacer era controlar que fueran por las veredas para no cortar el tránsito. Después de recorrer la zona bancaria la marcha atravesó gran parte de la isla de Manhattan y terminó congregando miles de personas en Times Square, un ícono de la ciudad, donde están los grandes teatros de la calle Broadway y los neoyorquinos se congregan en masa el 31 de diciembre para festejar el año nuevo.
La demonización de los medios no ha dado resultado. Una joven levanta un cartel hecho a mano que dice “al principio yo también tenia miedo de esto. Pero ahora sé que el cambio es la única opción”. Y la lucha pacífica está dando resultado. El viernes 14 los ocupantes de la plaza Zuccotti evitaron ser expulsados del parque que ya ocupan un mes con escobas, cepillos y baldes en sus manos. El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, había amenazado con desalojarlos el viernes de madrugada alegando problemas de limpieza e higiene. Miles de manos se juntaron para limpiar la plaza el jueves y muchos llegaron durante la noche a pesar de la copiosa lluvia para resistir pacíficamente el desalojo que, al final, no se produjo. En lo político han logrado instalar el debate que los bancos y los más ricos del país paguen más impuestos. En una sociedad tan afecta a las encuestas un sondeo reveló que el 72 por ciento de los neoyorquinos está de acuerdo en incrementar los impuestos de aquellos que ganan más de un millón de dólares por año. Y cada vez suena menos descabellada una reforma tributaria en un país donde las cuatrocientas personas más ricas poseen más capital que ciento cincuenta millones de norteamericanos juntos. En plena campaña preelectoral cambiar los ejes de debate es, sin dudas, uno de los grandes méritos de “Occupy Wall Street”.