Éste fue el título de una conferencia que tuvo lugar en el CCCB el pasado fin de semana. En ella, el sociólogo Pedro Brieger diseccionó críticamente el discurso imperante en algunos medios de comunicación y también defendido por algunos jefes de estado, como el presidente francés, Nicolas Sarkozy, en torno al "antisemitismo" de aquéllos que crítiquen las cíclicas guerras lanzadas por Israel contra Estados vecinos, ya sean el Líbano, Palestina, Siria o Egipto.
En Catalunya, el presidente de ICV y conseller de Interior, Joan Saura, ha recibido presiones en este sentido, por su adhesión a la manifestación que tuvo lugar a mediados de enero contra la intervención de Israel en la Franja de Gaza. En Europa, la izquierda es tildada de antisemita cuando denuncia a Israel.
"Es ridículo, porque lo que se busca con esta afirmación es no debatir", sostuvo Brieger, un judío argentino de orígen alemán que impartió clases en Israel. "Lo que hacen gente como Pilar Rahola es expresar una culpa europea, pero no entienden la identidad judía, porque, por un lado, no son judíos y, por el otro, no conocen como se piensa en Israel", remarcó. Brieger dijo que Israel se ve a sí misma como un "pequeño grupo inofensivo que se defiende de un monstruo, una hormiga contra un elefante" "Eso los faculta para deshumanizar al enemigo, que ahora son Hamas y Hezbolla, pero en realidad siempre ha sido el pueblo palestino y el mundo árabe".
Brieger sostuvo que Israel es hoy un Estado con el "clásico discurso colonial" que apela al mito: "hace décadas que creen que los palestinos utilizan a los niños como escudos humanos; también se tragan que Tel Aviv nació de las dunas; se trata de negar que allí vivía una serie de gente con sus ciudades". "Los israelíes piensan que en la Franja de Franja de Gaza no se vive tan mal", dijo. "También les parece normal que, en periodo de guerra, los diputados árabes del Parlamento sean arrestados preventivamente".
Por su parte, la representante de la Comunidad Palestina en Catalunya, Salam Alamaslamani afirmó que los constantes ataques del Ejército de Israel la obligaron a huir: "ahora mi hijo puede jugar tranquilamente en un parque, pero durante 23 años yo no pude jugar en un parque ¡porque no había parques!". "Me robaron la infancia", sentenció, para defender que "Hamas no me gusta pero han sido votados incluso por los cristianos que viven en la Franja de Gaza".
Antisemitismo Brieger recalcó que el antisemitismo es un invento del mundo cristiano que culminó con el Holocausto. "Pero es importante no dejarse llevarse por el chantaje que hacen hoy estamentos de poder para invalidar toda crítica a Israel", insistió.
"Los judíos en el mundo árabe siempre habían convivido con el resto de religiones de manera mucho más armónica que en Europa". "Lo que pasa es que un invento antisemita, los Protocolos de Sión, que fueron elaborados por la policía zarista rusa, han sido dados por ciertos en todo el mundo árabe, actualmente," dijo." Los árabes de hoy ven a los judíos como agresores, que tienen un plan para conquistar el mundo; eso les incapacita para ver el padecimiento histórico de este pueblo", indicó.
"Pero Israel tampoco ayuda, porque aparte de destruir el yiddish y otros elementos de la cultura judía clásica, busca construir al nuevo super-judío y conquistar colonialmente diversos territorios". Recordó, finalmente, que se puede ser judío fuera de Israel, incluso en Irán, y amar el lado positivo y laico de esta cultura.
En Catalunya, el presidente de ICV y conseller de Interior, Joan Saura, ha recibido presiones en este sentido, por su adhesión a la manifestación que tuvo lugar a mediados de enero contra la intervención de Israel en la Franja de Gaza. En Europa, la izquierda es tildada de antisemita cuando denuncia a Israel.
"Es ridículo, porque lo que se busca con esta afirmación es no debatir", sostuvo Brieger, un judío argentino de orígen alemán que impartió clases en Israel. "Lo que hacen gente como Pilar Rahola es expresar una culpa europea, pero no entienden la identidad judía, porque, por un lado, no son judíos y, por el otro, no conocen como se piensa en Israel", remarcó. Brieger dijo que Israel se ve a sí misma como un "pequeño grupo inofensivo que se defiende de un monstruo, una hormiga contra un elefante" "Eso los faculta para deshumanizar al enemigo, que ahora son Hamas y Hezbolla, pero en realidad siempre ha sido el pueblo palestino y el mundo árabe".
Brieger sostuvo que Israel es hoy un Estado con el "clásico discurso colonial" que apela al mito: "hace décadas que creen que los palestinos utilizan a los niños como escudos humanos; también se tragan que Tel Aviv nació de las dunas; se trata de negar que allí vivía una serie de gente con sus ciudades". "Los israelíes piensan que en la Franja de Franja de Gaza no se vive tan mal", dijo. "También les parece normal que, en periodo de guerra, los diputados árabes del Parlamento sean arrestados preventivamente".
Por su parte, la representante de la Comunidad Palestina en Catalunya, Salam Alamaslamani afirmó que los constantes ataques del Ejército de Israel la obligaron a huir: "ahora mi hijo puede jugar tranquilamente en un parque, pero durante 23 años yo no pude jugar en un parque ¡porque no había parques!". "Me robaron la infancia", sentenció, para defender que "Hamas no me gusta pero han sido votados incluso por los cristianos que viven en la Franja de Gaza".
Antisemitismo Brieger recalcó que el antisemitismo es un invento del mundo cristiano que culminó con el Holocausto. "Pero es importante no dejarse llevarse por el chantaje que hacen hoy estamentos de poder para invalidar toda crítica a Israel", insistió.
"Los judíos en el mundo árabe siempre habían convivido con el resto de religiones de manera mucho más armónica que en Europa". "Lo que pasa es que un invento antisemita, los Protocolos de Sión, que fueron elaborados por la policía zarista rusa, han sido dados por ciertos en todo el mundo árabe, actualmente," dijo." Los árabes de hoy ven a los judíos como agresores, que tienen un plan para conquistar el mundo; eso les incapacita para ver el padecimiento histórico de este pueblo", indicó.
"Pero Israel tampoco ayuda, porque aparte de destruir el yiddish y otros elementos de la cultura judía clásica, busca construir al nuevo super-judío y conquistar colonialmente diversos territorios". Recordó, finalmente, que se puede ser judío fuera de Israel, incluso en Irán, y amar el lado positivo y laico de esta cultura.
Periódico La República, España
http://www.larepublica.es/spip.php?article14207