Al caminar por las calles del Distrito Federal de México uno se percata de la gran distancia que existe entre el discurso político y la vida cotidiana de miles y miles de personas que se superponen unas a otras en su afán por vender algo a quien pase al lado suyo. Algo, aunque sea algo para sobrevivir. Los puestos de comida de dudosa salubridad conviven con la venta de ropa, artesanías, baratijas chinas y toda clase de productos que se venden por centavos. Las condiciones de insalubridad se pueden percibir a vuelo de pájaro y no son veleidades de un extranjero horrorizado porque la comida se sirve en platos que se limpian con un trapo sucio entre comensal y comensal. A pesar de que México forma parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) el “club” de los países más desarrollados, la pobreza en México alcanza niveles descomunales. Según datos oficiales 52 millones de personas (poco menos de la mitad de la población) son pobres, casi 12 millones viven en la pobreza extrema y en la región que le dio el maíz al mundo 28 millones carecen de acceso a la alimentación. Hay poblaciones enteras que ni siquiera tienen agua, el virus AH1N1 sigue provocando la muerpe en algunas regiones y en la propia capital del país se lanzó “La primera Semana Nacional de Salud” para erradicar la poliomielitis, disminuir la mortalidad por enfermedades diarreicas y prevenir el tétanos neonatal. Esto, en medio de denuncias que en 2010 miles de niños en condiciones de pobreza extrema no recibieron vacunas básicas, lo que refleja la gravedad de la situación.
Sin embargo, la pelea política pública pasa por saber quién lidera las encuestas o si el presidente Felipe Calderón violó la ley al difundir una donde Josefina Vázquez Mota, la precandidata de su partido -el PAN (Partido Acción Nacional), está tan sólo cuatro puntos detrás de Enrique Peña Nieto del PRI (Partido Revolucionario Institucionah). Peña Nieto, gobernador del Estado de México entre 2005 y 2011 (que no incluye al Distrito Federal), es el gran favorito para las elecciones del 1 de julio y aventaja a Vázquez Mota en casi todas las encuestas por una diferencia de 15 puntos. Paradójicamente, según una investigación académica difundida por el diario El Economista, el PAN tuvo el doble del tiempo que el PRI en noticieros de radio y televisión en los últimos dos meses. Más lejos en los sondeos figura Manuel López Obrador del Partido de la Revolución Democrática (PRD) quien todavía denuncia que le robaron las elecciones en 2006 y sostiene que ahora existe una campaña en su contra para evitar que triunfe.
El 29 de febrero termina la veda electoral conocida como el “período intercampaña”, que impide organizar marchas, mítines, participar de debates públicos, aparecer en “spots” publicitarios o difundir encuestas.
El jueves 1 de marzo comienza la batalla y todos se lanzarán a las calles para conquistar el voto popular, aunque la indiferencia de los más pobres por lo general no se vea reflejada en las encuestas.
miércoles, 29 de febrero de 2012
Curiosidades iraníes (desde Teheran, 09.02.2012)
Hace unos años Adrián Paenza escribió una nota en el diario Pagina/ 12 titulada “Imágenes del Japón”. Después de una visita a ese país quiso compartir con los lectores algunas de sus impresiones. No se puso a juzgar la sociedad japonesa ni trató de sacar ninguna conclusión, simplemente describió hechos que le habían llamado la atención. En este artículo la idea es similar, contar experiencias, hechos y curiosidades sobre la sociedad iraní después de una visita a la República Islámica de Irán.
Si uno se guiara por la retórica anti norteamericana de los líderes iraníes se podría creer que en Irán no hay muchos objetos o símbolos estadounidenses. Es más, el Imam Jumeini solía referirse a Estados Unidos como el “Gran Satán”. Sin embargo está repleto de productos y símbolos estadounidenses. La Coca y la Pepsi se venden por doquier y son las gaseosas más consumidas; hay jardines de infantes cuyos pórticos imitan los típicos castillos de Disneylandia; en los libros infantiles está el Pato Donald o Mickey y la mayoría de los jóvenes (hombres y mujeres)) visten los típicos jeans como en Nueva York o Buenos Aires.
El Islam prohíbe el consumo de alcohol y en Irán está prohibida su venta. Sin embargo muchas botellas y latas de gaseosas imitan atractivos diseños de cerveza e incluso se venden como “cerveza”. Pero llevan una etiqueta que dice “bebida sin alcohol”. ¿Qué necesidad hay de poner “sin alcohol” cuando ninguna bebida lleva alcohol y su venta está prohibida?
La ciudad más emblemática de la historia persa es “Pars”, pero se la conoce más por su nombre griego “Persépolis”, que significa literalmente “la ciudad persa”.
El velo que portan las mujeres según la tradición islámica difiere de país en país y su uso es muy anterior a la aparición del Islam. En Irán la ley indica que toda mujer debe cubrirse la cabeza en la calle para que no se le vea el cabello. Por lo general portan un pañuelo que denominan rusari. Muchísimas mujeres, especialmente las más jóvenes, rechazan esta imposición y la burlan dejando que el cabello largo les caiga sobre la frente y sus espaldas. En las vitrinas de los negocios de ropa femenina para eludir el velo exhiben maniquíes pelados que portan atractivos sombreros. Por lo general llevan puestos sugestivos vestidos que ninguna mujer podrá exhibir en las calles.
El pan que se consume con todas las comidas suele ser finito como una hoja de papel o una cartulina y tiene múltiples tamaños. Lo hay rectangular como una hoja A4 o redondo como un pequeño mantel. En algunas panaderías sacan el pan muy caliente y lo ponen sobre fierros
en la calle para que se airee. Los compradores lo agarran y sacuden para enfriarlo porque sino se pega todo y será imposible comerlo. Después lo doblan en dos y se van con muchas de esas “cartulinas” bajo el brazo.
Múltiples páginas de Internet están bloqueadas y no sólo las pornográficas. No hay acceso a Facebook, Twitter o You Tube, ni a Fibertel o al diario Clarín. Cuando uno trata de entrar en ellas aparece un cartel en persa que ofrece un menú alternativo de numerosas páginas iraníes de noticias culturales, políticas o religiosas para que uno pueda seguir informándose de la realidad.
El azafrán se consume de múltiples formas y no sólo con pescado, carne o arroz, también dulce. Hay un yogur dulce muy popular en la región de Isfahán que se llama “Khoresht-e-mast” en base a pollo y azafrán licuado, palitos de azúcar con hebras de azafrán para endulzar el té y unos deliciosos helados de azafrán conocidos como el “helado tradicional”.
La tradición islámica indica que para entrar a una mezquita hay que descalzarse y luego uno camina sobre gigantescas alfombras. En la costumbre religiosa judía no es una práctica habitual. Sin embargo en la sinagoga de la ciudad de Shiraz todos los hombres dejan los zapatos en la entrada y caminan descalzos sobre las alfombras, como en una mezquita.
La religión musulmana prohíbe el consumo de carne de cerdo. Pero se venden “Ham burgers” (hamburguesas) y pizza con ham siendo que la palabra “ham” remite al jamón, que comúnmente es de cerdo.
Cuando uno va a un país árabe el llamado al rezo por los altavoces de las mezquitas se escucha con nitidez por todos lados incluso en la madrugada. Los viernes las mezquitas están atiborradas de gente y por eso muchas manifestaciones son convocadas ese día al mediodía para congregar multitudes como sucedió en Egipto en 2011. Además, se puede ver gente desplegando una pequeña alfombra para rezar en cualquier lugar, sea en las escaleras de un estadio de futbol o al lado de un taxi porque el taxista decidió parar el auto y rezar. En Irán, un
país que transmite la imagen de extrema religiosidad, el llamado al rezo prácticamente no se escucha, las mezquitas están vacías, nadie reza en las calles y la inmensa mayoría de los hombres ni siquiera usan barba.
La moneda legal que circula es el “rial”. Sin embargo todos usan el “tuman”, una antigua moneda que no existe más y que no tiene billete ni moneda. Esto confunde a cualquier visitante porque no tiene el mismo valor que el rial. Un millón de rials son cien mil tuman y diez mil rials son mil tuman. Es decir, para convertir el rial al tuman se saca un cero. En las vitrinas los precios pueden estar en rial o tuman y uno nunca sabe cuánto debe pagar. Encima, si algo cuesta diez mil rials le piden ?un Jumeini? -que así es conocido ese billete- aunque muchos otros también llevan la cara del difunto líder de la revolución.
Si uno se guiara por la retórica anti norteamericana de los líderes iraníes se podría creer que en Irán no hay muchos objetos o símbolos estadounidenses. Es más, el Imam Jumeini solía referirse a Estados Unidos como el “Gran Satán”. Sin embargo está repleto de productos y símbolos estadounidenses. La Coca y la Pepsi se venden por doquier y son las gaseosas más consumidas; hay jardines de infantes cuyos pórticos imitan los típicos castillos de Disneylandia; en los libros infantiles está el Pato Donald o Mickey y la mayoría de los jóvenes (hombres y mujeres)) visten los típicos jeans como en Nueva York o Buenos Aires.
El Islam prohíbe el consumo de alcohol y en Irán está prohibida su venta. Sin embargo muchas botellas y latas de gaseosas imitan atractivos diseños de cerveza e incluso se venden como “cerveza”. Pero llevan una etiqueta que dice “bebida sin alcohol”. ¿Qué necesidad hay de poner “sin alcohol” cuando ninguna bebida lleva alcohol y su venta está prohibida?
La ciudad más emblemática de la historia persa es “Pars”, pero se la conoce más por su nombre griego “Persépolis”, que significa literalmente “la ciudad persa”.
El velo que portan las mujeres según la tradición islámica difiere de país en país y su uso es muy anterior a la aparición del Islam. En Irán la ley indica que toda mujer debe cubrirse la cabeza en la calle para que no se le vea el cabello. Por lo general portan un pañuelo que denominan rusari. Muchísimas mujeres, especialmente las más jóvenes, rechazan esta imposición y la burlan dejando que el cabello largo les caiga sobre la frente y sus espaldas. En las vitrinas de los negocios de ropa femenina para eludir el velo exhiben maniquíes pelados que portan atractivos sombreros. Por lo general llevan puestos sugestivos vestidos que ninguna mujer podrá exhibir en las calles.
El pan que se consume con todas las comidas suele ser finito como una hoja de papel o una cartulina y tiene múltiples tamaños. Lo hay rectangular como una hoja A4 o redondo como un pequeño mantel. En algunas panaderías sacan el pan muy caliente y lo ponen sobre fierros
en la calle para que se airee. Los compradores lo agarran y sacuden para enfriarlo porque sino se pega todo y será imposible comerlo. Después lo doblan en dos y se van con muchas de esas “cartulinas” bajo el brazo.
Múltiples páginas de Internet están bloqueadas y no sólo las pornográficas. No hay acceso a Facebook, Twitter o You Tube, ni a Fibertel o al diario Clarín. Cuando uno trata de entrar en ellas aparece un cartel en persa que ofrece un menú alternativo de numerosas páginas iraníes de noticias culturales, políticas o religiosas para que uno pueda seguir informándose de la realidad.
El azafrán se consume de múltiples formas y no sólo con pescado, carne o arroz, también dulce. Hay un yogur dulce muy popular en la región de Isfahán que se llama “Khoresht-e-mast” en base a pollo y azafrán licuado, palitos de azúcar con hebras de azafrán para endulzar el té y unos deliciosos helados de azafrán conocidos como el “helado tradicional”.
La tradición islámica indica que para entrar a una mezquita hay que descalzarse y luego uno camina sobre gigantescas alfombras. En la costumbre religiosa judía no es una práctica habitual. Sin embargo en la sinagoga de la ciudad de Shiraz todos los hombres dejan los zapatos en la entrada y caminan descalzos sobre las alfombras, como en una mezquita.
La religión musulmana prohíbe el consumo de carne de cerdo. Pero se venden “Ham burgers” (hamburguesas) y pizza con ham siendo que la palabra “ham” remite al jamón, que comúnmente es de cerdo.
Cuando uno va a un país árabe el llamado al rezo por los altavoces de las mezquitas se escucha con nitidez por todos lados incluso en la madrugada. Los viernes las mezquitas están atiborradas de gente y por eso muchas manifestaciones son convocadas ese día al mediodía para congregar multitudes como sucedió en Egipto en 2011. Además, se puede ver gente desplegando una pequeña alfombra para rezar en cualquier lugar, sea en las escaleras de un estadio de futbol o al lado de un taxi porque el taxista decidió parar el auto y rezar. En Irán, un
país que transmite la imagen de extrema religiosidad, el llamado al rezo prácticamente no se escucha, las mezquitas están vacías, nadie reza en las calles y la inmensa mayoría de los hombres ni siquiera usan barba.
La moneda legal que circula es el “rial”. Sin embargo todos usan el “tuman”, una antigua moneda que no existe más y que no tiene billete ni moneda. Esto confunde a cualquier visitante porque no tiene el mismo valor que el rial. Un millón de rials son cien mil tuman y diez mil rials son mil tuman. Es decir, para convertir el rial al tuman se saca un cero. En las vitrinas los precios pueden estar en rial o tuman y uno nunca sabe cuánto debe pagar. Encima, si algo cuesta diez mil rials le piden ?un Jumeini? -que así es conocido ese billete- aunque muchos otros también llevan la cara del difunto líder de la revolución.
Las tensiones sociales en Irán (desde Teheran, 08.02.2012)
A treinta y tres años de la revolución de 1979 la sociedad iraní está atravesada por un complejo entramado social y generacional que va más allá de las amenazas externas. Está claro que un punto de inflexión en la historia contemporánea del país es la revolución que derrocó a la dinastía Pahlavi después de más de cincuenta años de gobierno autoritario. Las características represivas de la monarquía no dejaban margen para medias tintas, o se la apoyaba o se la combatía.
Si pensamos en términos generacionales, todavía subsiste una generación de iraníes ?mayores de sesenta años- marcada por la lucha entre los que querían derrocar al Sha Reza Pahlavi y los que sostenían su régimen. El triunfo de la revolución permitió que una nueva generación de dirigentes políticos (no todos jóvenes) asumiera el control del país imprimiéndole el signo de la revolución islámica después de fuertes luchas intestinas. La invasión iraquí de 1980 implicó un complejo proceso para esta segunda generación que tuvo que consolidar su poder derivado de la legitimidad revolucionaria en medio de una guerra. La tercera generación es la que surgió como consecuencia de la guerra con Irak que duró ocho años. Miles de iraníes murieron (principalmente jóvenes) y todos aquellos que combatieron han quedado en la memoria colectiva como los “mártires” que ofrendaron sus vidas por la supervivencia de la revolución y la nación. Sus fotos son parte de la iconografía de las grandes ciudades y adornan incluso los lugares más recónditos del país como pequeños pueblos de apenas cientos de habitantes en las montañas. Y los supervivientes son considerados los núcleos “más duro” e incondicional
de los líderes islámicos.
Se puede hablar de una cuarta generación representada por los nacidos después de la revolución de 1979. Estos, que no conocieron la época del Sha, ni los enfrentamientos entre hermanos a favor o en contra de la República Islámica y tampoco tomaron parte de la guerra contra Irak, son hoy la mayoría de la población. Las muertes producidas por la guerra con Irak alimentaron un discurso reproductivo sin precedentes que genera innumerables problemas hoy en día. En 1979 había unos treinta y cinco millones de iraníes y en 2012 hay más de setenta millones, un panorama complicado para las familias numerosas en un país donde la estructura familiar continúa siendo un pilar de la sociedad y la inflación una preocupación diaria. De todas maneras, hay que destacar que en Irán no existen villas miserias ni pobreza extrema, a diferencia de casi todos los países que lo rodean. Los intereses de los jóvenes, especialmente en las ciudades, tienen muchos puntos en común con aquellos de sus pares en los países capitalistas desarrollados. No es la ideología lo que los mueve –algo fundamental para las tres primeras generaciones- sino el pragmatismo por tener un lugar en un mundo globalizado. Esto quiere decir que la utilización de las herramientas que brindan las nuevas tecnologías (internet, facebook, youtube, twitter) es ahora fundamental para cualquier proceso personal y colectivo, y choca de plano con la actitud de un gobierno que censura y bloquea el acceso a las mismas. La torpeza es aún mayor si se piensa que los jóvenes conocen todos los mecanismos para burlar cualquier cerco que implemente el gobierno. En apariencia el bloqueo es exitoso, en realidad es torpe y sin sentido porque muchos de los que manejan los resortes del poder ni siquiera comprenden cómo funcionan estas nuevas redes sociales, que no sólo interpretan intereses políticos sino también proyectos de crecimiento personal y económico.
Hay un tema en Irán que atraviesa a todas las generaciones, y es el lugar de la mujer en el espacio público. Paradójicamente, la imposición de las normas de vestimenta -y en particular el pañuelo que cubre la cabeza- contrasta con la libertad que tiene la mujer iraní en el espacio público. En muchos países árabes las mujeres no votan, no están representadas en el parlamento, no conducen autos ni salen solas a tomar un café en un bar, y mucho menos toman de la mano a un hombre en la calle. Todo esto sí sucede en Irán. Pero la imposición rígida del “velo islámico” empaña cualquier comparación con otros países y provoca rechazo en muchísimas mujeres aunque la” protesta” hasta ahora siempre reprimida- tiene más visos personales que colectivos. El año que viene habrá lecciones presidenciales en Irán. Majmud Ajmadineyad no podrá optar por la reelección y seguramente aflorarán con mayor intensidad las tensiones existentes. Sin embargo, nunca hay que descartar que los cuestionamientos a las políticas del gobierno islámico aparezcan donde menos se lo espera.
Si pensamos en términos generacionales, todavía subsiste una generación de iraníes ?mayores de sesenta años- marcada por la lucha entre los que querían derrocar al Sha Reza Pahlavi y los que sostenían su régimen. El triunfo de la revolución permitió que una nueva generación de dirigentes políticos (no todos jóvenes) asumiera el control del país imprimiéndole el signo de la revolución islámica después de fuertes luchas intestinas. La invasión iraquí de 1980 implicó un complejo proceso para esta segunda generación que tuvo que consolidar su poder derivado de la legitimidad revolucionaria en medio de una guerra. La tercera generación es la que surgió como consecuencia de la guerra con Irak que duró ocho años. Miles de iraníes murieron (principalmente jóvenes) y todos aquellos que combatieron han quedado en la memoria colectiva como los “mártires” que ofrendaron sus vidas por la supervivencia de la revolución y la nación. Sus fotos son parte de la iconografía de las grandes ciudades y adornan incluso los lugares más recónditos del país como pequeños pueblos de apenas cientos de habitantes en las montañas. Y los supervivientes son considerados los núcleos “más duro” e incondicional
de los líderes islámicos.
Se puede hablar de una cuarta generación representada por los nacidos después de la revolución de 1979. Estos, que no conocieron la época del Sha, ni los enfrentamientos entre hermanos a favor o en contra de la República Islámica y tampoco tomaron parte de la guerra contra Irak, son hoy la mayoría de la población. Las muertes producidas por la guerra con Irak alimentaron un discurso reproductivo sin precedentes que genera innumerables problemas hoy en día. En 1979 había unos treinta y cinco millones de iraníes y en 2012 hay más de setenta millones, un panorama complicado para las familias numerosas en un país donde la estructura familiar continúa siendo un pilar de la sociedad y la inflación una preocupación diaria. De todas maneras, hay que destacar que en Irán no existen villas miserias ni pobreza extrema, a diferencia de casi todos los países que lo rodean. Los intereses de los jóvenes, especialmente en las ciudades, tienen muchos puntos en común con aquellos de sus pares en los países capitalistas desarrollados. No es la ideología lo que los mueve –algo fundamental para las tres primeras generaciones- sino el pragmatismo por tener un lugar en un mundo globalizado. Esto quiere decir que la utilización de las herramientas que brindan las nuevas tecnologías (internet, facebook, youtube, twitter) es ahora fundamental para cualquier proceso personal y colectivo, y choca de plano con la actitud de un gobierno que censura y bloquea el acceso a las mismas. La torpeza es aún mayor si se piensa que los jóvenes conocen todos los mecanismos para burlar cualquier cerco que implemente el gobierno. En apariencia el bloqueo es exitoso, en realidad es torpe y sin sentido porque muchos de los que manejan los resortes del poder ni siquiera comprenden cómo funcionan estas nuevas redes sociales, que no sólo interpretan intereses políticos sino también proyectos de crecimiento personal y económico.
Hay un tema en Irán que atraviesa a todas las generaciones, y es el lugar de la mujer en el espacio público. Paradójicamente, la imposición de las normas de vestimenta -y en particular el pañuelo que cubre la cabeza- contrasta con la libertad que tiene la mujer iraní en el espacio público. En muchos países árabes las mujeres no votan, no están representadas en el parlamento, no conducen autos ni salen solas a tomar un café en un bar, y mucho menos toman de la mano a un hombre en la calle. Todo esto sí sucede en Irán. Pero la imposición rígida del “velo islámico” empaña cualquier comparación con otros países y provoca rechazo en muchísimas mujeres aunque la” protesta” hasta ahora siempre reprimida- tiene más visos personales que colectivos. El año que viene habrá lecciones presidenciales en Irán. Majmud Ajmadineyad no podrá optar por la reelección y seguramente aflorarán con mayor intensidad las tensiones existentes. Sin embargo, nunca hay que descartar que los cuestionamientos a las políticas del gobierno islámico aparezcan donde menos se lo espera.
Un nuevo aniversario de la revolución iraní (desde Teheran, 07.01.2012)
Los aniversarios son momentos en los cuales todo gobierno pone en movimiento un conjunto de recursos y elementos simbólicos que sirven para unir al pueblo detrás de una gestión. Más aún si se trata de conmemorar revoluciones que sucedieron hace poco, como la iraní, apenas treinta y tres años atrás. Las dos fechas claves de esta revolución de 1979 son el 1 y el 11 de febrero de dicho año. El primero de febrero el Imam (guía espiritual) Ruhollah Jumeiní regresó del exilio. El 11 de febrero cayó definitivamente el régimen monárquico del Sha Mujamad Reza Pahlavi y comenzó el proceso que llevaría a la proclamación de la “República Islámica de Irán” en abril del mismo año. Las calles en las principales ciudades iraníes están ahora adornadas con la bandera verde-rojiblanca y muchísimas fotos del líder de la revolución Jumeiní y Alí Jamenei -su sucesor como líder supremo y ex presidente entre 1981 y 1989- sin que se aprecien fotos del presidente Majmud Ajmadineyad.
En la televisión se emiten numerosos cortos alusivos a la revolución que mezclan imágenes de la lucha popular contra el Sha con la resistencia a la invasión iraquí de 1980 y la posterior guerra de ocho años que provocó casi un millón de muertos entre los dos pueblos. Una de las imágenes recurrentes en las calles y la televisión es la de Jumeiní bajando del avión de Air France ayudado por el piloto que lo trajo el 1 de febrero.
Son días en que numerosos programas de la televisión iraní recuerdan el régimen del Sha, la represión que provocó miles de muertos, sus fabulosos palacios (hoy reconvertidos en museos y parques públicos) y la ostentación y despilfarro de dinero sin límites de quien se pretendía heredero de Darío el Grande y la antigua civilización persa. Todavía hoy cuando ahora uno llega a las ruinas de Persépolis, la antigua capital del imperio persa, se pueden observar los restos de las estructuras de metal de las lujosas carpas que el Sha levantó para la fastuosa fiesta de 1971 cuando intentó trazar una continuidad de 2500 años entre la antigua civilización y su reinado.
La riqueza del Sha siempre contrastó con la modestia de Jumeiní que, a su regreso, se alojó en una sencilla casa del norte de Teherán. En este 1 de febrero la casa estaba repleta de escolares que venían a conocer la pequeña habitación que usaba el líder religioso para recibir a sus visitantes. Nada más alejado de los inmensos palacios del Sha, donde todavía se exhiben los carísimos autos europeos que usaban él y su familia.
En este aniversario el mensaje que el gobierno le transmite a la población es que los avances tecnológicos le permiten sobrellevar cualquier bloqueo porque tiene la capacidad para producir desde lo más sencillo y trivial hasta lo más sofisticado. Prueba de ello son los misiles iraníes surcando los cielos que se muestran una y otra vez por televisión.
En la televisión se emiten numerosos cortos alusivos a la revolución que mezclan imágenes de la lucha popular contra el Sha con la resistencia a la invasión iraquí de 1980 y la posterior guerra de ocho años que provocó casi un millón de muertos entre los dos pueblos. Una de las imágenes recurrentes en las calles y la televisión es la de Jumeiní bajando del avión de Air France ayudado por el piloto que lo trajo el 1 de febrero.
Son días en que numerosos programas de la televisión iraní recuerdan el régimen del Sha, la represión que provocó miles de muertos, sus fabulosos palacios (hoy reconvertidos en museos y parques públicos) y la ostentación y despilfarro de dinero sin límites de quien se pretendía heredero de Darío el Grande y la antigua civilización persa. Todavía hoy cuando ahora uno llega a las ruinas de Persépolis, la antigua capital del imperio persa, se pueden observar los restos de las estructuras de metal de las lujosas carpas que el Sha levantó para la fastuosa fiesta de 1971 cuando intentó trazar una continuidad de 2500 años entre la antigua civilización y su reinado.
La riqueza del Sha siempre contrastó con la modestia de Jumeiní que, a su regreso, se alojó en una sencilla casa del norte de Teherán. En este 1 de febrero la casa estaba repleta de escolares que venían a conocer la pequeña habitación que usaba el líder religioso para recibir a sus visitantes. Nada más alejado de los inmensos palacios del Sha, donde todavía se exhiben los carísimos autos europeos que usaban él y su familia.
En este aniversario el mensaje que el gobierno le transmite a la población es que los avances tecnológicos le permiten sobrellevar cualquier bloqueo porque tiene la capacidad para producir desde lo más sencillo y trivial hasta lo más sofisticado. Prueba de ello son los misiles iraníes surcando los cielos que se muestran una y otra vez por televisión.
En Teherán no hay clima de guerra (desde Teheran, 02.02.2012)
Los debates internacionales sobre la capacidad nuclear de la República Islámica de Irán no parecen tener efecto directo sobre la población de Teherán. En esta ciudad de más de catorce millones de habitantes la vida transcurre con absoluta normalidad y no hay señales de que la población se esté preparando para el peor escenario.
Para uno que ha tenido la oportunidad de haber estado en un país bloqueado como Irak poco tiempo antes de la invasión norteamericana de 2003 la comparación es inevitable, pero las diferencias enormes. En Bagdad el bloqueo impuesto por Estados Unidos desde 1991 se sentía en todos los ámbitos de la vida cotidiana. En los mercados prácticamente no había comida, gran parte de la población dependía de los pocos alimentos que distribuía Naciones Unidas, pocas cosas funcionaban, y los continuos cortes de luz y agua afectaban la vida de todos.
Teherán, por el contrario, es una ciudad vibrante. Durante el día cientos de miles de autos surcan las extensas, amplias y modernas
autopistas que atraviesan esta ciudad gigantesca -que de norte a sur tiene más de treinta kilómetros- y los embotellamientos son peores que cualquier hora pico de Buenos Aires o el Distrito Federal de México. El “ boom” de la construcción no cesa y por doquier hay edificios de departamentos a estrenar y barrios cerrados que se ofrecen como si el futuro fuera esplendoroso y no hubieran nubarrones de guerra. En Bagdad los negocios a duras penas abrían sus puertas porque no había lo que vender y es imposible olvidar la imagen de las oficinas de la línea aérea Iraqi Airways reconvertidas en locutorios porque el aeropuerto estaba bloqueado y la única manera de llegar a Bagdad era atravesando el desierto desde Jordania. En Teherán nadie se recluye en su casa a esperar lo peor. Los negocios con artículos de conocidas marcas europeas, japonesas o norteamericanas están repletos de compradores, y los restaurantes desbordan de gente a toda hora. Ni siquiera la inflación – que es el tema que aparece en cualquier conversación- parece amortiguar la fiebre de consumo. Gran contraste con Bagdad donde había mucha pobreza, salarios mensuales de tres dólares y adultos o niños desesperados pidiendo limosna en cualquier esquina.
En las calles de Teherán tampoco hay presencia militar ni áreas restringidas como sucedía en Bagdad que era una ciudad militarizada y
los pocos extranjeros que llegaban tenían múltiples restricciones para moverse, fueran solos o acompañados. En Bagdad todo presentían lo peor. Algunos iraníes piensan que las recientes medidas de la Unión Europea no son diferentes del cerco que ya impuso Estados Unidos hace varios años y no parecen tan preocupados. ¿Pensarán que es imposible una guerra?
Para uno que ha tenido la oportunidad de haber estado en un país bloqueado como Irak poco tiempo antes de la invasión norteamericana de 2003 la comparación es inevitable, pero las diferencias enormes. En Bagdad el bloqueo impuesto por Estados Unidos desde 1991 se sentía en todos los ámbitos de la vida cotidiana. En los mercados prácticamente no había comida, gran parte de la población dependía de los pocos alimentos que distribuía Naciones Unidas, pocas cosas funcionaban, y los continuos cortes de luz y agua afectaban la vida de todos.
Teherán, por el contrario, es una ciudad vibrante. Durante el día cientos de miles de autos surcan las extensas, amplias y modernas
autopistas que atraviesan esta ciudad gigantesca -que de norte a sur tiene más de treinta kilómetros- y los embotellamientos son peores que cualquier hora pico de Buenos Aires o el Distrito Federal de México. El “ boom” de la construcción no cesa y por doquier hay edificios de departamentos a estrenar y barrios cerrados que se ofrecen como si el futuro fuera esplendoroso y no hubieran nubarrones de guerra. En Bagdad los negocios a duras penas abrían sus puertas porque no había lo que vender y es imposible olvidar la imagen de las oficinas de la línea aérea Iraqi Airways reconvertidas en locutorios porque el aeropuerto estaba bloqueado y la única manera de llegar a Bagdad era atravesando el desierto desde Jordania. En Teherán nadie se recluye en su casa a esperar lo peor. Los negocios con artículos de conocidas marcas europeas, japonesas o norteamericanas están repletos de compradores, y los restaurantes desbordan de gente a toda hora. Ni siquiera la inflación – que es el tema que aparece en cualquier conversación- parece amortiguar la fiebre de consumo. Gran contraste con Bagdad donde había mucha pobreza, salarios mensuales de tres dólares y adultos o niños desesperados pidiendo limosna en cualquier esquina.
En las calles de Teherán tampoco hay presencia militar ni áreas restringidas como sucedía en Bagdad que era una ciudad militarizada y
los pocos extranjeros que llegaban tenían múltiples restricciones para moverse, fueran solos o acompañados. En Bagdad todo presentían lo peor. Algunos iraníes piensan que las recientes medidas de la Unión Europea no son diferentes del cerco que ya impuso Estados Unidos hace varios años y no parecen tan preocupados. ¿Pensarán que es imposible una guerra?
Irán se lanza a la conquista mediática de América Latina (desde Teheran, 31.01.2012)
La revolución que derrocó al Sha de Irán el 11 de febrero de 1979 intentó exportar su modelo al mundo árabe e islámico y durante algunos años lo logró, a pesar de ser los iraníes shiítas, una rama minoritaria dentro del islam con características muy particulares. A fines de los ochenta su radio de influencia quedó reducido más que nada a poblaciones shiítas en Irak y el sur del Líbano. Seguramente para esa época en Teherán pocos imaginaban que América Latina sería un campo fértil para la batalla de ideas, algo que la revolución islámica hoy considera de fundamental importancia.
La aparición de un conjunto de gobiernos progresistas en América Latina a comienzos del nuevo siglo cambió el panorama político de la región. Los líderes iraníes descubrieron que en el viejo “patio trasero” de Estados Unidos existe una animosidad hacia la primera potencia mundial que hoy se expresa -entre otros aspectos- en una batalla mediática similar a la que enfrentan ellos. Los editoriales de los diarios más influyentes de los Estados Unidos, como el New York Times o el Washington Post, parecen competir entre sí para ver quien tiene un lenguaje más duro respecto de la República Islámica de Irán. La demonización de los gobiernos de Venezuela, Nicaragua, Ecuador y Bolivia no le va a la zaga. El gobierno iraní ya hace unos años decidió dar la batalla mediática en el terreno de la información internacional creando señales satelitales de noticias en vivo las veinticuatro horas en inglés y árabe. La novedad es el lanzamiento de ”Hispantv”(www.hispantv.com) como la primera cadena de noticias en castellano en el Medio Oriente dirigida hacia América Latina y España. Su presentación formal se realizó en Teherán el 31 de enero de 2012. La importancia que le atribuye el gobierno de Irán quedó de manifiesto con la presencia del canciller Ali Akbar Salehi y un mensaje en vivo por video conferencia del presidente Majmud Ajmadineyad, además de emitir imágenes de Hugo Chávez y Rafael Correa hablando sobre la nueva señal.
La Argentina fue el único país nombrado en varias oportunidades. El jefe de servicio internacional de la radio televisión iraní, Mohammad Sarafraz se refirió a la historia de la colonización de América Latina y al importante apoyo regional que tiene la Argentina en el tema Malvinas. El canciller, por su parte, le agregó un toque personal a su intervención. Primero recordó con nostalgia su paso por la Argentina en la década del ochenta, cuando estudió y vivió allí durante un año, y luego se animó a leer un discurso en castellano sobre los problemas de los medios de comunicación.
El intento de entrar en América Latina será todo un desafío para ”Hispantv” tomando en cuenta las diferencias culturales y políticas que existen. Si consigue reflejar las luchas sociales que se desarrollan en el mundo y que muchas veces son ignoradas por las cadenas mas poderosas tal vez lo logre.
La aparición de un conjunto de gobiernos progresistas en América Latina a comienzos del nuevo siglo cambió el panorama político de la región. Los líderes iraníes descubrieron que en el viejo “patio trasero” de Estados Unidos existe una animosidad hacia la primera potencia mundial que hoy se expresa -entre otros aspectos- en una batalla mediática similar a la que enfrentan ellos. Los editoriales de los diarios más influyentes de los Estados Unidos, como el New York Times o el Washington Post, parecen competir entre sí para ver quien tiene un lenguaje más duro respecto de la República Islámica de Irán. La demonización de los gobiernos de Venezuela, Nicaragua, Ecuador y Bolivia no le va a la zaga. El gobierno iraní ya hace unos años decidió dar la batalla mediática en el terreno de la información internacional creando señales satelitales de noticias en vivo las veinticuatro horas en inglés y árabe. La novedad es el lanzamiento de ”Hispantv”(www.hispantv.com) como la primera cadena de noticias en castellano en el Medio Oriente dirigida hacia América Latina y España. Su presentación formal se realizó en Teherán el 31 de enero de 2012. La importancia que le atribuye el gobierno de Irán quedó de manifiesto con la presencia del canciller Ali Akbar Salehi y un mensaje en vivo por video conferencia del presidente Majmud Ajmadineyad, además de emitir imágenes de Hugo Chávez y Rafael Correa hablando sobre la nueva señal.
La Argentina fue el único país nombrado en varias oportunidades. El jefe de servicio internacional de la radio televisión iraní, Mohammad Sarafraz se refirió a la historia de la colonización de América Latina y al importante apoyo regional que tiene la Argentina en el tema Malvinas. El canciller, por su parte, le agregó un toque personal a su intervención. Primero recordó con nostalgia su paso por la Argentina en la década del ochenta, cuando estudió y vivió allí durante un año, y luego se animó a leer un discurso en castellano sobre los problemas de los medios de comunicación.
El intento de entrar en América Latina será todo un desafío para ”Hispantv” tomando en cuenta las diferencias culturales y políticas que existen. Si consigue reflejar las luchas sociales que se desarrollan en el mundo y que muchas veces son ignoradas por las cadenas mas poderosas tal vez lo logre.
Obama y el sueño americano (30.01.2012)
En el reciente discurso sobre el “Estado de la Unión” Barack Obama habló de sus abuelos porque ambos tuvieron “la oportunidad de compartir la promesa básica de Estados Unidos que si uno trabaja duro, puede ganar lo suficiente para criar a su familia, ser dueño de su casa, enviar a sus hijos a la universidad, y ahorrar un poquito para su jubilación”. El presidente de los Estados Unidos se refirió indirectamente al “American Dream”, el famoso sueño americano. Si bien hay muchas interpretaciones sobre el significado de dicho “sueño” se lo podría resumir diciendo que es la búsqueda de la prosperidad material en base al esfuerzo individual accesible a todos por igual y donde el auto más grande y más lujoso es un símbolo palpable del mismo. Se considera que la idea surgió en los años del treinta del siglo pasado aunque algunos sostienen que comenzó a tomar forma con los inmigrantes puritanos que escapaban de las persecuciones en Inglaterra en el siglo XVII buscando libertad y felicidad para ellos y sus hijos. El aspecto económico es muy importante pero no es el único; cuando Obama ganó la presidencia se decía que había concretado el sueño.
En el imaginario norteamericano todos pueden sobreponerse a un origen humilde porque la noción de movilidad social es casi como una religión de Estado; aunque para las mujeres, los indios y los negros este “sueño” siempre fue una quimera. Es interesante notar que la mayoría de los hombres blancos -en teoría con posibilidades de acceso ilimitado al éxito y la fortuna- tampoco lo alcanzan. Por definición la movilidad social está ligada a un punto de partida y a uno de llegada, y justamente lo que dificulta cada vez más la concreción del “sueño americano” es la cantidad de pobres que hay en Estados Unidos. Su punto de partida para concretarlo está tan alejado de la meta que no pueden competir en igualdad de condiciones para llegar a ella. Uno de los factores negativos radica en que las redes de contención de los más pobres en Estados Unidos son menores a la de otros países capitalistas desarrollados. También que muchos de ellos se crían en hogares unifamiliares (sólo con la madre), acceden a los peores colegios, tienen serios problemas médicos como la obesidad y la diabetes, y altos niveles de encarcelamiento ya que es el país con la mayor población carcelaria del mundo. Numerosas investigaciones académicas y periodísticas han demostrado que aquello que se repite hasta el infinito no es tal cual se lo presenta. Un estudio del economista Markus Jantti encontró que el 42 por ciento de los hombres que crecieron en el quintil más bajo de la sociedad permanecen en el mismo siendo adultos, y tan sólo el ocho por ciento accedió al quintil más alto, mientras que en Canadá y varios países de Europa occidental existe mayor movilidad social que en el país donde esta idea se repite como una verdad absoluta. “Incluso muchos republicanos como el precandidato republicano Rick Santorun- lo están reconociendo en público. Obama está en campaña y deberá demostrar que el sueño americano” -o lo que se cree que es el sueño- no es sólo un mito. Le quedan nueve meses para intentarlo y evitar que resuenen con fuerza las palabras de Malcom X: “Yo no veo ningún sueño americano, lo que veo es una pesadilla americana”.
En el imaginario norteamericano todos pueden sobreponerse a un origen humilde porque la noción de movilidad social es casi como una religión de Estado; aunque para las mujeres, los indios y los negros este “sueño” siempre fue una quimera. Es interesante notar que la mayoría de los hombres blancos -en teoría con posibilidades de acceso ilimitado al éxito y la fortuna- tampoco lo alcanzan. Por definición la movilidad social está ligada a un punto de partida y a uno de llegada, y justamente lo que dificulta cada vez más la concreción del “sueño americano” es la cantidad de pobres que hay en Estados Unidos. Su punto de partida para concretarlo está tan alejado de la meta que no pueden competir en igualdad de condiciones para llegar a ella. Uno de los factores negativos radica en que las redes de contención de los más pobres en Estados Unidos son menores a la de otros países capitalistas desarrollados. También que muchos de ellos se crían en hogares unifamiliares (sólo con la madre), acceden a los peores colegios, tienen serios problemas médicos como la obesidad y la diabetes, y altos niveles de encarcelamiento ya que es el país con la mayor población carcelaria del mundo. Numerosas investigaciones académicas y periodísticas han demostrado que aquello que se repite hasta el infinito no es tal cual se lo presenta. Un estudio del economista Markus Jantti encontró que el 42 por ciento de los hombres que crecieron en el quintil más bajo de la sociedad permanecen en el mismo siendo adultos, y tan sólo el ocho por ciento accedió al quintil más alto, mientras que en Canadá y varios países de Europa occidental existe mayor movilidad social que en el país donde esta idea se repite como una verdad absoluta. “Incluso muchos republicanos como el precandidato republicano Rick Santorun- lo están reconociendo en público. Obama está en campaña y deberá demostrar que el sueño americano” -o lo que se cree que es el sueño- no es sólo un mito. Le quedan nueve meses para intentarlo y evitar que resuenen con fuerza las palabras de Malcom X: “Yo no veo ningún sueño americano, lo que veo es una pesadilla americana”.
La trampa dialéctica de Cameron (23.01.2012)
Las palabras del primer ministro inglés David Camerón en el parlamento británico planteando que la Argentina se comportaba como los colonialistas produjeron múltiples reacciones que fueron desde la condena hasta el estupor. Vale la pena detenerse en los dichos de Cameron. “La cuestión central –dijo el 18 de enero- es que apoyamos el derecho a la autodeterminación de los isleños de las Falklands, y lo que han dicho los argentinos recientemente, diría que se parece al colonialismo, porque esta gente quiere permanecer británica y los argentinos quieren que hagan otra cosa.”
A simple vista el clásico argumento de apoyo a una población sometida a los designios de una potencia colonial, en este caso -según Camerón- la Argentina. En apariencia, el primer ministro de la potencia colonial que ocupó gran parte del planeta durante siglos ahora defiende el derecho a la autodeterminación de los pueblos. Sin embargo, en sus palabras hay una trampa dialéctica además de una chicana política. Cameron dice que los isleños deben tener el derecho a decidir qué quieren ser, como si ellos fueran originarios de las islas y éstas hubieran sido colonizadas a posteriori por la Argentina en contra de la voluntad de la población autóctona. Cameron conoce la historia y sabe que la población que habita las islas es fruto de la propia expansión colonial británica que tuvo como objetivo ocupar aquellos territorios que los británicos fueron conquistando. Los británicos ocuparon extensiones tan extensas que no sólo sometieron a las poblaciones locales de los centros urbanos, sino que también impusieron su reino sobre regiones poco habitadas o completamente deshabitadas.
Producto de la lucha anticolonial de Asia y Africa contra los franceses e ingleses las Naciones Unidas adoptaron en diciembre de 1960 la resolución número 1514 donde se instaba a “poner fin al colonialismo y a todas las prácticas de segregación y discriminación que lo acompañan”. Allí se expresó con claridad que “todos los pueblos tienen el derecho de libre determinación”. No cabe la menor duda de que la resolución se refiere a los pueblos que fueron ocupados y segregados por las potencias extranjeras y no a los pocos franceses o ingleses que se trasladaron de la metrópoli a las colonias. Para esa época Argelia estaba en plena lucha por su independencia y allí vivían cerca de un millón de franceses, más conocidos como “pieds noirs” (pies negros). A nadie en su sano juicio se le hubiera ocurrido plantear la “autodeterminación” para ellos, justamente porque eran parte de la conquista. Es más, cuando Argelia logró su independencia en 1962 los “pieds noir” tuvieron que abandonar el norte de África.
¿Hablará en serio el primer ministro británico sobre el derecho a la autodeterminación? ¿Permitirá que los galeses, escoceses e irlandeses del norte de Irlanda que no quieren formar parte del Reino Unido decidan que Cardiff, Edimburgo o Dublín sean las capitales de sus Estados en vez de Londres? El tiempo lo dirá.
A simple vista el clásico argumento de apoyo a una población sometida a los designios de una potencia colonial, en este caso -según Camerón- la Argentina. En apariencia, el primer ministro de la potencia colonial que ocupó gran parte del planeta durante siglos ahora defiende el derecho a la autodeterminación de los pueblos. Sin embargo, en sus palabras hay una trampa dialéctica además de una chicana política. Cameron dice que los isleños deben tener el derecho a decidir qué quieren ser, como si ellos fueran originarios de las islas y éstas hubieran sido colonizadas a posteriori por la Argentina en contra de la voluntad de la población autóctona. Cameron conoce la historia y sabe que la población que habita las islas es fruto de la propia expansión colonial británica que tuvo como objetivo ocupar aquellos territorios que los británicos fueron conquistando. Los británicos ocuparon extensiones tan extensas que no sólo sometieron a las poblaciones locales de los centros urbanos, sino que también impusieron su reino sobre regiones poco habitadas o completamente deshabitadas.
Producto de la lucha anticolonial de Asia y Africa contra los franceses e ingleses las Naciones Unidas adoptaron en diciembre de 1960 la resolución número 1514 donde se instaba a “poner fin al colonialismo y a todas las prácticas de segregación y discriminación que lo acompañan”. Allí se expresó con claridad que “todos los pueblos tienen el derecho de libre determinación”. No cabe la menor duda de que la resolución se refiere a los pueblos que fueron ocupados y segregados por las potencias extranjeras y no a los pocos franceses o ingleses que se trasladaron de la metrópoli a las colonias. Para esa época Argelia estaba en plena lucha por su independencia y allí vivían cerca de un millón de franceses, más conocidos como “pieds noirs” (pies negros). A nadie en su sano juicio se le hubiera ocurrido plantear la “autodeterminación” para ellos, justamente porque eran parte de la conquista. Es más, cuando Argelia logró su independencia en 1962 los “pieds noir” tuvieron que abandonar el norte de África.
¿Hablará en serio el primer ministro británico sobre el derecho a la autodeterminación? ¿Permitirá que los galeses, escoceses e irlandeses del norte de Irlanda que no quieren formar parte del Reino Unido decidan que Cardiff, Edimburgo o Dublín sean las capitales de sus Estados en vez de Londres? El tiempo lo dirá.
La gira de Ajmadineyad (16.01.2012)
El presidente de la República Islámica de Irán estuvo a punto de visitar Guatemala y en los medios de comunicación de ese país se desató una histeria colectiva como si el mismísimo diablo estuviera a punto de arribar para la asunción del nuevo presidente Otto Perez Molina. La visita no se produjo, pero llamó la atención la extensa cobertura mediática que tuvo la gira de Majmud Ajmadineyad. La CNN siguió sus pasos casi en directo y en todos los países de América Latina se opinó sobre su gira por la República Bolivariana de Venezuela, Nicaragua, Ecuador y Cuba como si fuera un tema central de la agenda regional.
El vínculo político entre Irán, Cuba y Nicaragua no es nuevo y es una consecuencia directa del derrocamiento del Sha Reza Pahlevi en 1979 y la ruptura de relaciones con Estados Unidos e Israel del gobierno liderado por el Imam Jumeiní. Los tres países simplemente tenían a Estados Unidos como un enemigo en común y aunque en Irán la izquierda era perseguida y barrida del escenario político, este hecho no impidió que Cuba y la Nicaragua sandinista continúen sus vínculos con los líderes de la revolución islámica. Por esta razón nadie debería extrañarse de la visita a Cuba y Nicaragua ni a Venezuela y Ecuador que -junto a Irán- participan de la OPEP, la Organización de Productores y Exportadores de Petróleo.
Claro que la cuestión política es central y el famoso proverbio “el enemigo de mi enemigo es mi amigo” se aplica en este caso pues quien más hace para que los latinoamericanos estrechen los vínculos con Teherán es el propio Departamento de Estado. El pasado 8 de diciembre la importante cadena hispana Univisión de Miami emitió una “investigación exclusiva” titulada “La amenaza iraní” que mete miedo por donde se la mire (http://www.youtube.com/watch?v=zSgmSTmszPw). En ella se vincula a Teherán con una gran conspiración junto a sus “aliados” para realizar ataques en suelo norteamericano que serían peores que los del 11 de septiembre, y se exigió a las autoridades norteamericanas para que adopten medidas en consecuencia. El impacto que causó el programa seguramente alegró a las autoridades de Univisión. En base al programa emitido en diciembre el Departamento de Estado declaró el 6 de enero “persona non grata” a Livia Acosta, el cónsul venezolano en Miami. Como respuesta el gobierno de Venezuela decidió el cierre administrativo de su consulado en la ciudad, lo que afecta a más de cien mil venezolanos que viven en la zona. Es interesante que Univisión cuando destacó la noticia de la expulsión de Acosta hizo referencia a “un supuesto complot iraní para realizar ciberataques en contra de Estados Unidos” Nótese la palabra “supuesto” utilizada por Univisión. Pero esa sutileza en Estados Unidos importa poco o nada.
El vínculo político entre Irán, Cuba y Nicaragua no es nuevo y es una consecuencia directa del derrocamiento del Sha Reza Pahlevi en 1979 y la ruptura de relaciones con Estados Unidos e Israel del gobierno liderado por el Imam Jumeiní. Los tres países simplemente tenían a Estados Unidos como un enemigo en común y aunque en Irán la izquierda era perseguida y barrida del escenario político, este hecho no impidió que Cuba y la Nicaragua sandinista continúen sus vínculos con los líderes de la revolución islámica. Por esta razón nadie debería extrañarse de la visita a Cuba y Nicaragua ni a Venezuela y Ecuador que -junto a Irán- participan de la OPEP, la Organización de Productores y Exportadores de Petróleo.
Claro que la cuestión política es central y el famoso proverbio “el enemigo de mi enemigo es mi amigo” se aplica en este caso pues quien más hace para que los latinoamericanos estrechen los vínculos con Teherán es el propio Departamento de Estado. El pasado 8 de diciembre la importante cadena hispana Univisión de Miami emitió una “investigación exclusiva” titulada “La amenaza iraní” que mete miedo por donde se la mire (http://www.youtube.com/watch?v=zSgmSTmszPw). En ella se vincula a Teherán con una gran conspiración junto a sus “aliados” para realizar ataques en suelo norteamericano que serían peores que los del 11 de septiembre, y se exigió a las autoridades norteamericanas para que adopten medidas en consecuencia. El impacto que causó el programa seguramente alegró a las autoridades de Univisión. En base al programa emitido en diciembre el Departamento de Estado declaró el 6 de enero “persona non grata” a Livia Acosta, el cónsul venezolano en Miami. Como respuesta el gobierno de Venezuela decidió el cierre administrativo de su consulado en la ciudad, lo que afecta a más de cien mil venezolanos que viven en la zona. Es interesante que Univisión cuando destacó la noticia de la expulsión de Acosta hizo referencia a “un supuesto complot iraní para realizar ciberataques en contra de Estados Unidos” Nótese la palabra “supuesto” utilizada por Univisión. Pero esa sutileza en Estados Unidos importa poco o nada.
Se cierra el cerco sobre Irán (13.01.2012)
La ofensiva del gobierno de los Estados Unidos contra la República Islámica de Irán ya se está desarrollando en varios frentes a la vez, casi como el preludio de una ofensiva militar. A escasos años de la invasión a Irak las similitudes con el caso iraquí no dejan de llamar la atención. Primero se demoniza al enemigo, luego se trata de estrangular su economía, se lo aísla en el ámbito diplomático y por último se provoca su caída. En el caso iraní, aunque el eje hoy esté puesto en su desarrollo nuclear, siempre hay que tener en mente que el 11 de febrero de 1979 Estados Unidos perdió a un aliado clave en la región y que el Sha de Irán también era un socio político y militar del Estado de Israel. Es difícil pensar que lo asesinatos de científicos y atentados en instalaciones nucleares y/o militares nunca esclarecidos del último año sean fruto de la casualidad, cuando tan abiertamente se habla de un ataque militar contra Irán de Estados Unidos, Israel, o ambos países de manera conjunta.
Por esta razón para los iraníes no hay duda de que la sucesión de hechos es parte de la trama armada por los israelíes y/o los norteamericanos. La prensa israelí refleja casi a diario la existencia de un debate entre políticos, funcionarios, militares y periodistas sobre la manera de evitar que los iraníes continúen ampliando su capacidad nuclear. Algunos consideran que hay que destruir lo antes posible sus instalaciones nucleares de manera similar a lo que se hizo en 1981 en Irak y en 2007 en Siria cuando aviones israelíes destruyeron infraestructura nuclear en construcción. Los que piensan que esta opción es muy riesgosa y podría provocar una guerra regional sostienen que la mejor manera de impedir que los iraníes accedan a la tecnología nuclear es por medio de ataques selectivos a sus instalaciones y personal calificado. En otras palabras, atentados anónimos a edificios y asesinatos selectivos de los científicos que están trabajando en los proyectos nucleares. Ya hace un año, el 17 de enero de 2011, uno de los principales analistas militares del diario israelí Haaretz, Yossi Melman, aseguraba que el claro retraso del desarrollo nuclear iraní se debía a que Israel ya había atacado Irán. De hecho, el título de la nota “Israel ya atacó Irán” no dejaba margen de dudas al respecto.
A esto se suma la intensa campaña diplomática que lleva adelante el Departamento de Estado para aislar a Irán. Además de presionar a la Unión Europea para que no le compre más petróleo, el secretario del tesoro Timothy Geithner realizó una gira por Asia para convencer a China y Japón de que reduzcan su comercio con Teherán. Aunque los chinos no parecen muy convencidos, Japón, y también India –otro importante comprador- ya anunciaron que se plegarían a las sanciones. Paralelamente el Departamento de Estado el 12 de enero anunció en su página oficial que la secretaria de Estado Hillary Clinton le impuso sanciones a tres compañías por hacer negocios con el sector energético iraní. Las firmas sancionadas son Zhuhai Zhenrong de China, Kuo de Singapur y FAL de Emiratos Árabes Unidos. Por otra parte, Estados Unidos ya tiene tres importantes bases militares frente a las costas iraníes en el golfo arábigo-pérsico. En Bahréin está la Quinta Flota y en Catar el Comando Central o CENTCOM, ambos a unos 250 km de la costa iraní; mientras que en Kuwait hay una base militar a menos de 120 km de la costa persa.
Tiene poco sentido tratar de adivinar cuándo y cómo Israel o los Estados Unidos atacarán a Irán. Lo que queda claro es que el cerco se estrecha cada vez más.
Por esta razón para los iraníes no hay duda de que la sucesión de hechos es parte de la trama armada por los israelíes y/o los norteamericanos. La prensa israelí refleja casi a diario la existencia de un debate entre políticos, funcionarios, militares y periodistas sobre la manera de evitar que los iraníes continúen ampliando su capacidad nuclear. Algunos consideran que hay que destruir lo antes posible sus instalaciones nucleares de manera similar a lo que se hizo en 1981 en Irak y en 2007 en Siria cuando aviones israelíes destruyeron infraestructura nuclear en construcción. Los que piensan que esta opción es muy riesgosa y podría provocar una guerra regional sostienen que la mejor manera de impedir que los iraníes accedan a la tecnología nuclear es por medio de ataques selectivos a sus instalaciones y personal calificado. En otras palabras, atentados anónimos a edificios y asesinatos selectivos de los científicos que están trabajando en los proyectos nucleares. Ya hace un año, el 17 de enero de 2011, uno de los principales analistas militares del diario israelí Haaretz, Yossi Melman, aseguraba que el claro retraso del desarrollo nuclear iraní se debía a que Israel ya había atacado Irán. De hecho, el título de la nota “Israel ya atacó Irán” no dejaba margen de dudas al respecto.
A esto se suma la intensa campaña diplomática que lleva adelante el Departamento de Estado para aislar a Irán. Además de presionar a la Unión Europea para que no le compre más petróleo, el secretario del tesoro Timothy Geithner realizó una gira por Asia para convencer a China y Japón de que reduzcan su comercio con Teherán. Aunque los chinos no parecen muy convencidos, Japón, y también India –otro importante comprador- ya anunciaron que se plegarían a las sanciones. Paralelamente el Departamento de Estado el 12 de enero anunció en su página oficial que la secretaria de Estado Hillary Clinton le impuso sanciones a tres compañías por hacer negocios con el sector energético iraní. Las firmas sancionadas son Zhuhai Zhenrong de China, Kuo de Singapur y FAL de Emiratos Árabes Unidos. Por otra parte, Estados Unidos ya tiene tres importantes bases militares frente a las costas iraníes en el golfo arábigo-pérsico. En Bahréin está la Quinta Flota y en Catar el Comando Central o CENTCOM, ambos a unos 250 km de la costa iraní; mientras que en Kuwait hay una base militar a menos de 120 km de la costa persa.
Tiene poco sentido tratar de adivinar cuándo y cómo Israel o los Estados Unidos atacarán a Irán. Lo que queda claro es que el cerco se estrecha cada vez más.
Los problemas de Ángela Merkel (desde Berlin, 04.01.2012)
Los primeros días de 2012 sirvieron para que el gobierno alemán presentara con aires de triunfalismo la fortaleza de su economía y resaltara que Alemania es una isla de prosperidad en Europa. El ministro de trabajo Philipp Rösler afirmó que desde 1991 no se registraba un porcentaje tan bajo de desempleo, apenas el 6,6 por ciento. Comparado con el veinte por ciento de desocupación actual en España afectivamente Alemania parece otra Europa. Numerosos diarios resaltaron los números positivos del mercado laboral e incluso el Berliner Morgenpost se atrevió a titular que “no hay rastros de la crisis en la capital” porque en 2011 se crearon 6938 nuevos puestos de trabajo y en Facebook los berlineses tienen cerca de un millón de “amigos”. Claro que al analizar la cifra en números reales se descubre que son casi tres millones de personas las que están registradas en la agencia nacional de trabajo porque carecen de empleo. Un análisis aún más fino del conjunto de los datos revela que hay otros cuatro millones de subocupados y que uno de los principales problemas es que muchos de los nuevos puestos de trabajo son precarios y de muy mala calidad.
A pesar de que ya han pasado más de veinte años desde la reunificación alemana la división este-oeste todavía se siente en el mercado laboral. En el oeste la desocupación es menor que la media nacional (6,6), y en los Estados que conformaban la República Democrática Alemana casi la duplica (10,6%), alcanzando incluso los niveles españoles en algunas ciudades. También es interesante descubrir que entre los extranjeros el paro trepa al 14 por ciento, a pesar de que la extrema derecha siempre los acusa de “robarles” puestos de trabajo a los alemanes.
La canciller Ángela Merkel es consciente de que la economía alemana es robusta a pesar de los bajos (o altos) niveles de desempleo, según con que lupa se lo mire. Su gran problema al comenzar el año es la fuerte presión que existe para que renuncie a su cargo Christian Wulff, el presidente de Alemania. Aunque en un sistema parlamentario como el alemán el cargo no sea tan decisivo, el presidente no puede estar envuelto en escándalos que afecten su conducta que debe intachable. Sin embargo, estando al frente de la región de Baja Sajonia Wulff recibió préstamos y beneficios de empresarios. Primero lo negó, y luego tuvo que reconocerlo. La situación se tornó más turbia y compleja para el presidente desde que se conoció que llamó al director del influyente periódico Bild para impedir que la noticia continuara difundiéndose.
Tal vez Merkel pueda seguir piloteando la crisis europea, pero que un hombre de su partido, elegido hace menos de un año, se vea obligado a renunciar, puede ser algo más que un dolor de cabeza.
A pesar de que ya han pasado más de veinte años desde la reunificación alemana la división este-oeste todavía se siente en el mercado laboral. En el oeste la desocupación es menor que la media nacional (6,6), y en los Estados que conformaban la República Democrática Alemana casi la duplica (10,6%), alcanzando incluso los niveles españoles en algunas ciudades. También es interesante descubrir que entre los extranjeros el paro trepa al 14 por ciento, a pesar de que la extrema derecha siempre los acusa de “robarles” puestos de trabajo a los alemanes.
La canciller Ángela Merkel es consciente de que la economía alemana es robusta a pesar de los bajos (o altos) niveles de desempleo, según con que lupa se lo mire. Su gran problema al comenzar el año es la fuerte presión que existe para que renuncie a su cargo Christian Wulff, el presidente de Alemania. Aunque en un sistema parlamentario como el alemán el cargo no sea tan decisivo, el presidente no puede estar envuelto en escándalos que afecten su conducta que debe intachable. Sin embargo, estando al frente de la región de Baja Sajonia Wulff recibió préstamos y beneficios de empresarios. Primero lo negó, y luego tuvo que reconocerlo. La situación se tornó más turbia y compleja para el presidente desde que se conoció que llamó al director del influyente periódico Bild para impedir que la noticia continuara difundiéndose.
Tal vez Merkel pueda seguir piloteando la crisis europea, pero que un hombre de su partido, elegido hace menos de un año, se vea obligado a renunciar, puede ser algo más que un dolor de cabeza.
Alemania está de fiesta (desde Berlin, 03.01.2012)
La distancia entre Atenas y Berlín no es grande, apenas unas tres horas de vuelo. Sin embargo el contraste es gigantesco. Mientras en Atenas la navidad es triste, gris y la mayoría vive en la total incertidumbre, en Berlín se siente la riqueza y la opulencia. Los mercados navideños están repletos de gente que tiene dinero en sus bolsillos para consumir todo lo que le ofrecen, desde comida típica alemana como las salchichas o el vino caliente, hasta un gulasch húngaro. Una orquesta en vivo anima a los que pasean por el mercado del distinguido barrio de Charlottenburg, delante del antiguo palacio donde el 31 a la noche se ofrece cena y baile. Compran todo lo que hay, ropa, casitas de madera pintadas para pajaritos u objetos “exóticos” traídos de algún país sudamericano o africano. No falta nada y se nota que los que caminan con bolsas llenas de regalos entre los puestos están tranquilos y contentos.
Es verdad que la canciller Angela Merkel en su discurso de fin de año dijo que el 2012 sería difícil, pero la Cámara de Comercio e Industria Alemana (DIHK) afirmó que 2011 fue el mejor año de consumo de los últimos diez. No es casual que en Berlín ningún restaurante ofrezca un “menú de crisis” como en Atenas; es más, la palabra crisis no parece existir. Por esta razón el shock de haber estado en Grecia –en el último vagón del tren que va a toda velocidad y se llama Europa- y pasar a la locomotora que se llama Alemania es realmente grande. En Berlín no parece haber preocupación por los gastos, las marquesinas no se apagan a la noche, las casas están adornadas con lucecitas de colores, en algunas estaciones de subte hay pantallas gigantes empotradas en la pared que emiten publicidad, y las entradas a los shows que cuestan 200 euros (más de mil pesos) se agotan. La alcaldía de la capital no se quedó atrás y el 31 a la noche organizó la tradicional fiesta con fuegos de artificio para recibir el 2012 en la Puerta de Brandeburgo.
Cerca de un millón de personas se acercaron al centro de la ciudad y muchos de ellos se sumaron a la fiesta arrojando sus propias costosas bengalas al cielo para divertirse ellos y a los miles de rusos que llegaron para pasar el fin de año en la capital de Europa. Escenas como éstas se repitieron en casi todas las ciudades y pequeños pueblos de Alemania.
En el siglo veinte los alemanes pretendieron en varias oportunidades ser el centro de Europa y del mundo, pero sus sueños siempre duraron poco tiempo.
Es verdad que la canciller Angela Merkel en su discurso de fin de año dijo que el 2012 sería difícil, pero la Cámara de Comercio e Industria Alemana (DIHK) afirmó que 2011 fue el mejor año de consumo de los últimos diez. No es casual que en Berlín ningún restaurante ofrezca un “menú de crisis” como en Atenas; es más, la palabra crisis no parece existir. Por esta razón el shock de haber estado en Grecia –en el último vagón del tren que va a toda velocidad y se llama Europa- y pasar a la locomotora que se llama Alemania es realmente grande. En Berlín no parece haber preocupación por los gastos, las marquesinas no se apagan a la noche, las casas están adornadas con lucecitas de colores, en algunas estaciones de subte hay pantallas gigantes empotradas en la pared que emiten publicidad, y las entradas a los shows que cuestan 200 euros (más de mil pesos) se agotan. La alcaldía de la capital no se quedó atrás y el 31 a la noche organizó la tradicional fiesta con fuegos de artificio para recibir el 2012 en la Puerta de Brandeburgo.
Cerca de un millón de personas se acercaron al centro de la ciudad y muchos de ellos se sumaron a la fiesta arrojando sus propias costosas bengalas al cielo para divertirse ellos y a los miles de rusos que llegaron para pasar el fin de año en la capital de Europa. Escenas como éstas se repitieron en casi todas las ciudades y pequeños pueblos de Alemania.
En el siglo veinte los alemanes pretendieron en varias oportunidades ser el centro de Europa y del mundo, pero sus sueños siempre duraron poco tiempo.
La crisis griega tiene final abierto (desde Grecia, 30.12.2011)
La renuncia del primer ministro George Papandreu el 9 de noviembre profundizó la crisis política y económica que vive Grecia y alteró la continuidad institucional, aunque desde el punto de vista legal y formal la asunción de Lukas Papademos como primer ministro respetó el sistema parlamentario vigente. La incertidumbre es generalizada y es imposible saber cuándo serán las próximas elecciones aunque según el calendario electoral deberían realizarse a fines de 2013. La situación es tan grave y cambiante que pensar en el 2013 es como pensar en el siglo XXII.
Papademos asumió con la orden precisa de la banca europea de arreglar las cuentas sin ningún tipo de plazos. Cuando renunció Papandreu el partido de derecha Nueva Democracia liderado por Antoni Samaras exigió elecciones generales el 19 de febrero, convencido de ganarlas. Sin embargo Papademos pidió más tiempo para implementar su plan de ajuste y ni los alemanes ni los franceses le plantearon convocar elecciones. En Grecia hay un limbo electoral porque no se sabe qué mandato tiene este gobierno. Un primer ministro renunció, alguien impuesto por otros países asumió el poder sin ser electo y los partidos políticos ni siquiera saben quién es capaz de organizar un cronograma electoral. No es casual que se hable de un golpe de Estado de los mercados financieros liderado por Angela Merkel y Nicolas Sarkozy.
Por otra parte, la crisis es tan profunda que ningún partido lograría hoy un triunfo contundente en las urnas y a los dos principales partidos los beneficia por un tiempo integrar un gobierno liderado por un “tecnócrata” sin tener que asumir la plena responsabilidad del ajuste. Mientras Nueva Democracia desconoce si logrará los votos necesarios para conformar un gobierno sólido el Partido Socialista Panhelénico (PASOK) de Papandreu está pasando su peor momento y cuanto más tarde se convoquen elecciones generales mejores posibilidades tiene de reorganizarse. Sólo algunos sectores de la izquierda parlamentaria están levantando la consigna de realizar elecciones lo antes posible porque consideran que el mandato de Papademos es ilegítimo. La izquierda griega tiene una historia muy importante en este país y en la memoria colectiva quedó grabada su activa participación en la lucha contra la ocupación nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Pero está muy dividida. Kostas Isijos, uno de los dirigentes de Synapsismos, un importante referente de la izquierda griega, dice con un porteñísimo acento que la izquierda en su conjunto debe unirse lo antes posible. Isijos se exilió de joven con su familia durante la dictadura, y fue dirigente sindical de la aerolínea Olympic por varios años. En la plaza Syntagama, el centro político del país por excelencia, Isijos mira hacia el parlamento y afirma de manera contundente que “hay que unir a la izquierda parlamentaria y movilizar a la población contra este gobierno”.
Las encuestas indican que los diferentes componentes de la izquierda podrían alcanzar el treinta por ciento de los votos a pesar de las divisiones, porque muchos desencantados con el PASOK podrían votarlos. Una de las impulsoras de la unidad es Sofía Sakorafa, una diputada muy famosa por haber tenido el récord mundial de lanzamiento de jabalina y haber participado de los Juegos Olímpicos. “Me fui del PASOK porque renunciaron a su programa histórico -afirma con cierto dejo de nostalgia-. Ahora hay que unir todas las fuerzas tal cual se hizo durante la Guerra cuando se formó el Frente de Liberación Nacional como principal fuerza de resistencia”. Nadie sabe cuánto tiempo podrá sostenerse este gobierno, pero Sakorafa no tiene dudas, “hay que derrocarlo”. Es difícil saber si la izquierda griega está ante una oportunidad histórica, pero la extrema derecha ya ha hecho sonar las alarmas que puede nacer una nueva Cuba en los Balcanes.
Papademos asumió con la orden precisa de la banca europea de arreglar las cuentas sin ningún tipo de plazos. Cuando renunció Papandreu el partido de derecha Nueva Democracia liderado por Antoni Samaras exigió elecciones generales el 19 de febrero, convencido de ganarlas. Sin embargo Papademos pidió más tiempo para implementar su plan de ajuste y ni los alemanes ni los franceses le plantearon convocar elecciones. En Grecia hay un limbo electoral porque no se sabe qué mandato tiene este gobierno. Un primer ministro renunció, alguien impuesto por otros países asumió el poder sin ser electo y los partidos políticos ni siquiera saben quién es capaz de organizar un cronograma electoral. No es casual que se hable de un golpe de Estado de los mercados financieros liderado por Angela Merkel y Nicolas Sarkozy.
Por otra parte, la crisis es tan profunda que ningún partido lograría hoy un triunfo contundente en las urnas y a los dos principales partidos los beneficia por un tiempo integrar un gobierno liderado por un “tecnócrata” sin tener que asumir la plena responsabilidad del ajuste. Mientras Nueva Democracia desconoce si logrará los votos necesarios para conformar un gobierno sólido el Partido Socialista Panhelénico (PASOK) de Papandreu está pasando su peor momento y cuanto más tarde se convoquen elecciones generales mejores posibilidades tiene de reorganizarse. Sólo algunos sectores de la izquierda parlamentaria están levantando la consigna de realizar elecciones lo antes posible porque consideran que el mandato de Papademos es ilegítimo. La izquierda griega tiene una historia muy importante en este país y en la memoria colectiva quedó grabada su activa participación en la lucha contra la ocupación nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Pero está muy dividida. Kostas Isijos, uno de los dirigentes de Synapsismos, un importante referente de la izquierda griega, dice con un porteñísimo acento que la izquierda en su conjunto debe unirse lo antes posible. Isijos se exilió de joven con su familia durante la dictadura, y fue dirigente sindical de la aerolínea Olympic por varios años. En la plaza Syntagama, el centro político del país por excelencia, Isijos mira hacia el parlamento y afirma de manera contundente que “hay que unir a la izquierda parlamentaria y movilizar a la población contra este gobierno”.
Las encuestas indican que los diferentes componentes de la izquierda podrían alcanzar el treinta por ciento de los votos a pesar de las divisiones, porque muchos desencantados con el PASOK podrían votarlos. Una de las impulsoras de la unidad es Sofía Sakorafa, una diputada muy famosa por haber tenido el récord mundial de lanzamiento de jabalina y haber participado de los Juegos Olímpicos. “Me fui del PASOK porque renunciaron a su programa histórico -afirma con cierto dejo de nostalgia-. Ahora hay que unir todas las fuerzas tal cual se hizo durante la Guerra cuando se formó el Frente de Liberación Nacional como principal fuerza de resistencia”. Nadie sabe cuánto tiempo podrá sostenerse este gobierno, pero Sakorafa no tiene dudas, “hay que derrocarlo”. Es difícil saber si la izquierda griega está ante una oportunidad histórica, pero la extrema derecha ya ha hecho sonar las alarmas que puede nacer una nueva Cuba en los Balcanes.
¿Se encamina Grecia hacia una guerra civil? (desde Grecia, 29.12.2011)
El escenario de la crisis griega alimenta fantasías y temores. Mientras nadie sabe cuándo se realizaran las próximas elecciones y el gobierno insiste en su plan de ajuste a rajatabla, algunos temen lo peor. “Tengo miedo de que haya una guerra civil” dice Manolis Glezos en su casa en las afueras de Atenas preocupado por la profunda crisis que vive Grecia. A sus casi noventa años Glezos no se amilana aunque en las manifestaciones reciba palazos y sus intentos por unir a todos los movimientos progresistas en contra de los planes de ajuste fracasen. ¿Por qué debería acobardarse si tiene tantas batallas sobre sus espaldas?
Glezos despotrica contra los alemanes a quienes consideran los principales responsables de la crisis. “Otra vez los alemanes”, masculla con bronca mientras se arregla su larga cabellera y se prepara para arremeter contra sus históricos enemigos, aunque aclara que no tiene nada “contra el pueblo alemán”. Glezos habla con la autoridad de alguien que es héroe nacional desde que el 27 de abril de 1941 se subió a la Acrópolis y arrancó la bandera con la esvástica que tres días antes el ejército nazi había izado para demostrar su dominación sobre Grecia, y que es conocido como el primer acto de resistencia contra la ocupación militar alemana. Si hasta cuentan que Charles De Gaulle dijo de él que había sido el primer partisano. Su audacia le costó caro. Los alemanes lo encarcelaron y torturaron salvajemente, luego los italianos y años después los militares que dieron el golpe de Estado en 1967. Su vitalidad actual esconde los once años de prisión, los otros de exilio y los disgustos que le dio el Movimiento Socialista Panhelénico (PASOK) del cual fue parlamentario por mucho tiempo y que ha traicionado todos sus ideales. Glezos nunca descansa, ahora quiere encabezar un movimiento para boicotear todos los productos alemanes que inundaron Grecia. “Yo no me olvido que Alemania nos adeuda todo lo que nos sacó durante la segunda guerra mundial. Todavía no nos pagaron las reparaciones de la guerra. Ellos nos deben a nosotros.”
Su enojo con los bancos es evidente y hace poco con el compositor Mikis Theodorakis escribió una carta pública llamando a combatir los mercados financieros. Glezos se levanta, va y viene, entremezcla anécdotas de la Segunda Guerra Mundial con la publicación de sus libros en alemán, su encuentro con el Che Guevara y la lucha actual contra las políticas neoliberales que lo tiene obsesionado sin perder nunca el hilo de la conversación. Sabe que está frente a una batalla decisiva y no se la quiere perder, aunque teme que otra vez se desgarre este pequeño país.
Glezos despotrica contra los alemanes a quienes consideran los principales responsables de la crisis. “Otra vez los alemanes”, masculla con bronca mientras se arregla su larga cabellera y se prepara para arremeter contra sus históricos enemigos, aunque aclara que no tiene nada “contra el pueblo alemán”. Glezos habla con la autoridad de alguien que es héroe nacional desde que el 27 de abril de 1941 se subió a la Acrópolis y arrancó la bandera con la esvástica que tres días antes el ejército nazi había izado para demostrar su dominación sobre Grecia, y que es conocido como el primer acto de resistencia contra la ocupación militar alemana. Si hasta cuentan que Charles De Gaulle dijo de él que había sido el primer partisano. Su audacia le costó caro. Los alemanes lo encarcelaron y torturaron salvajemente, luego los italianos y años después los militares que dieron el golpe de Estado en 1967. Su vitalidad actual esconde los once años de prisión, los otros de exilio y los disgustos que le dio el Movimiento Socialista Panhelénico (PASOK) del cual fue parlamentario por mucho tiempo y que ha traicionado todos sus ideales. Glezos nunca descansa, ahora quiere encabezar un movimiento para boicotear todos los productos alemanes que inundaron Grecia. “Yo no me olvido que Alemania nos adeuda todo lo que nos sacó durante la segunda guerra mundial. Todavía no nos pagaron las reparaciones de la guerra. Ellos nos deben a nosotros.”
Su enojo con los bancos es evidente y hace poco con el compositor Mikis Theodorakis escribió una carta pública llamando a combatir los mercados financieros. Glezos se levanta, va y viene, entremezcla anécdotas de la Segunda Guerra Mundial con la publicación de sus libros en alemán, su encuentro con el Che Guevara y la lucha actual contra las políticas neoliberales que lo tiene obsesionado sin perder nunca el hilo de la conversación. Sabe que está frente a una batalla decisiva y no se la quiere perder, aunque teme que otra vez se desgarre este pequeño país.
El enemigo está adentro (desde Grecia, 27.12.2011)
La crisis económica en Europa le ha permitido crecer a casi todos los partidos de la extrema derecha. Sus consignas son simplistas y combinan un discurso nacionalista con una retórica contra los organismos financieros internacionales y los inmigrantes. Grecia no es la excepción. Por imperativo de la Unión Europea este país cambió gran parte de su estructura productiva.
Los economistas neoliberales le explicaron a los griegos que sus costos de producción eran altos y que no lograban los adecuados niveles de competitividad, especialmente en la agricultura. Los gobernantes griegos aceptaron las recomendaciones/imposiciones y unas sesenta mil pequeñas empresas cerraron desde el año 2009 llevando la desocupación al 18 por ciento.
Como si esto fuera poco ahora el tomate que se sirve en la mesa proviene de Marruecos y el aceite de oliva que consumen proviene de España o Portugal porque el mejor se exporta.
“Yo no soy racista -dice el taxista al ingresar en el barrio Agios Penteleímona- pero en este barrio no se puede caminar porque está lleno de inmigrantes. ¿Para que vienen? ¿Por qué no se vuelven a sus países?”, pregunta sin esperar respuesta. El barrio, conocido por sus edificios neoclásicos y la tradicional presencia de los partidos de derecha está en decadencia y ahora está poblado por inmigrantes del este europeo, afganos, paquistaníes y africanos.
Para muchos de ellos Grecia es la entrada a “Europa”, pero otros se quedan. María Kanellopoulou es una actriz muy conocida en Grecia que además es consejera municipal por el partido de izquierda Synaspismos y recomienda una recorrida por el barrio para conocerlo mejor. Aquí ya ha habido varios ataques contra inmigrantes realizados por jóvenes que pertenecen a los movimientos de extrema derecha y que han encontrado un blanco fácil para su odio político y racial. Jóvenes desocupados contra los más débiles, los inmigrantes.
Desde la alcaldía de Atenas para el barrio esbozan proyectos que ya han dado resultados en otros países. Se arreglan los edificios, se abren bares, restaurantes o teatros para que luego los alquileres se vayan a las nubes y los inmigrantes se van por “propia voluntad”. Eso, si antes no estalla el odio racista. En la coalición de gobierno liderada por un “tecnócrata” ya hay un partido de extrema derecha por primera vez desde el fin de la dictadura en 1974. Y las encuestas indican que su influencia crece y crece. Desocupación y extrema derecha son un cóctel explosivo. La historia de Europa puede dar fe de ello.
Los economistas neoliberales le explicaron a los griegos que sus costos de producción eran altos y que no lograban los adecuados niveles de competitividad, especialmente en la agricultura. Los gobernantes griegos aceptaron las recomendaciones/imposiciones y unas sesenta mil pequeñas empresas cerraron desde el año 2009 llevando la desocupación al 18 por ciento.
Como si esto fuera poco ahora el tomate que se sirve en la mesa proviene de Marruecos y el aceite de oliva que consumen proviene de España o Portugal porque el mejor se exporta.
“Yo no soy racista -dice el taxista al ingresar en el barrio Agios Penteleímona- pero en este barrio no se puede caminar porque está lleno de inmigrantes. ¿Para que vienen? ¿Por qué no se vuelven a sus países?”, pregunta sin esperar respuesta. El barrio, conocido por sus edificios neoclásicos y la tradicional presencia de los partidos de derecha está en decadencia y ahora está poblado por inmigrantes del este europeo, afganos, paquistaníes y africanos.
Para muchos de ellos Grecia es la entrada a “Europa”, pero otros se quedan. María Kanellopoulou es una actriz muy conocida en Grecia que además es consejera municipal por el partido de izquierda Synaspismos y recomienda una recorrida por el barrio para conocerlo mejor. Aquí ya ha habido varios ataques contra inmigrantes realizados por jóvenes que pertenecen a los movimientos de extrema derecha y que han encontrado un blanco fácil para su odio político y racial. Jóvenes desocupados contra los más débiles, los inmigrantes.
Desde la alcaldía de Atenas para el barrio esbozan proyectos que ya han dado resultados en otros países. Se arreglan los edificios, se abren bares, restaurantes o teatros para que luego los alquileres se vayan a las nubes y los inmigrantes se van por “propia voluntad”. Eso, si antes no estalla el odio racista. En la coalición de gobierno liderada por un “tecnócrata” ya hay un partido de extrema derecha por primera vez desde el fin de la dictadura en 1974. Y las encuestas indican que su influencia crece y crece. Desocupación y extrema derecha son un cóctel explosivo. La historia de Europa puede dar fe de ello.
Una triste navidad en Atenas (desde Grecia, 26.12.2011)
Para cualquiera que vivió la crisis del 2001 en la Argentinalas imágenes en Grecia el 19 y 20 de diciembre de 2011 le pueden resultar familiares a pesar de las grandes diferencias entre ambos países. Miles de personas duermen y deambulan por las calles pidiendo una moneda o algo para comer. El cartel “se alquila” está por doquier pegado en las puertas de oficinas vacías y negocios donde se exhibe mercadería tapada de polvo en franco abandono. A pocos metros del Parlamento, sobre la avenida Panepistimiou, donde están algunos de las construcciones modernas más bellas y emblemáticas de Grecia como la Biblioteca Nacional, la Academiade Letras y la Universidadde Atenas se puede observar una síntesis de lo que sucede en este país.
Frente a la salida del subte hay un puesto de “Médicos del Mundo” que recibe donaciones de comida para repartir entre los más necesitados y en un arranque de creatividad los voluntarios hicieron un árbol de navidad con las latas de conservas que juntaron durante el día. A pocos metros del “árbol” hay un grupo de unas veinte personas en un ostensible pésimo estado de salud inyectándose alguna droga ante la pasividad de los que pasan por allí que ya ni los miran porque son parte del “paisaje”. Sobre la vereda están las mantas extendidas de inmigrantes de Bangladesh que venden carteras truchas de Louis Vuitton o Prada. Con un ojo buscan compradores y con el otro miran por si viene la policía que los obliga a salir corriendo. En momentos de crisis los inmigrantes no son bienvenidos. A sus espaldas las luces iluminan los edificios que representan la majestuosidad del saber y la cultura griega milenaria, inermes ante la decadencia.
La crisis sin precedentes hace de Atenas una ciudad triste a pocos días de la navidad.
Los negocios están casi vacíos y el desánimo es tal que los vendedores ni siquiera tienen ganas de salir a la caza de los transeúntes. Saben que no tiene sentido porque la gente está sin dinero en sus bolsillos y tampoco entra para preguntar por los precios o pidiendo más rebajas de las que ya se ofrecen. Ni siquiera el barrio Kolonaki –considerado el más “chic” de la ciudad por sus tiendas de conocidas marcas internacionales – escapa a las generales de la ley. Tampoco al recorrer sus sinuosas y arregladas calles se ve gente con las típicas bolsas de compras navideñas.
Las historias que afloran golpean en lo más profundo. La periodista de radio Eugenia Lupaki – quebrada por las lágrimas- cuenta al aire el testimonio de una maestra jardinera que recibió de una de sus niñas la carta de la madre donde le decía que se la dejaba por unos meses porque no tenía dinero para alimentarla y abandonaba la capital en búsqueda de trabajo en el interior del país. Las historias dramáticas se reproducen. Un sacerdote salta a la fama porque el 21 de diciembre encontró en su pórtico dos niños de cuatro años abandonados por sus respectivas madres.
Aunque no sepan verbalizarlo muchos griegos sienten que están dando pasos agigantados hacia al infierno.
Frente a la salida del subte hay un puesto de “Médicos del Mundo” que recibe donaciones de comida para repartir entre los más necesitados y en un arranque de creatividad los voluntarios hicieron un árbol de navidad con las latas de conservas que juntaron durante el día. A pocos metros del “árbol” hay un grupo de unas veinte personas en un ostensible pésimo estado de salud inyectándose alguna droga ante la pasividad de los que pasan por allí que ya ni los miran porque son parte del “paisaje”. Sobre la vereda están las mantas extendidas de inmigrantes de Bangladesh que venden carteras truchas de Louis Vuitton o Prada. Con un ojo buscan compradores y con el otro miran por si viene la policía que los obliga a salir corriendo. En momentos de crisis los inmigrantes no son bienvenidos. A sus espaldas las luces iluminan los edificios que representan la majestuosidad del saber y la cultura griega milenaria, inermes ante la decadencia.
La crisis sin precedentes hace de Atenas una ciudad triste a pocos días de la navidad.
Los negocios están casi vacíos y el desánimo es tal que los vendedores ni siquiera tienen ganas de salir a la caza de los transeúntes. Saben que no tiene sentido porque la gente está sin dinero en sus bolsillos y tampoco entra para preguntar por los precios o pidiendo más rebajas de las que ya se ofrecen. Ni siquiera el barrio Kolonaki –considerado el más “chic” de la ciudad por sus tiendas de conocidas marcas internacionales – escapa a las generales de la ley. Tampoco al recorrer sus sinuosas y arregladas calles se ve gente con las típicas bolsas de compras navideñas.
Las historias que afloran golpean en lo más profundo. La periodista de radio Eugenia Lupaki – quebrada por las lágrimas- cuenta al aire el testimonio de una maestra jardinera que recibió de una de sus niñas la carta de la madre donde le decía que se la dejaba por unos meses porque no tenía dinero para alimentarla y abandonaba la capital en búsqueda de trabajo en el interior del país. Las historias dramáticas se reproducen. Un sacerdote salta a la fama porque el 21 de diciembre encontró en su pórtico dos niños de cuatro años abandonados por sus respectivas madres.
Aunque no sepan verbalizarlo muchos griegos sienten que están dando pasos agigantados hacia al infierno.
La bandera palestina (15.11.2011)
El ingenio de los pueblos que viven bajo una ocupación extranjera no tiene límites, la torpeza de las potencias ocupantes tampoco. Por las estrechas calles de la famosa Casba de Argel los soldados franceses corrían detrás de chiquillos argelinos que los provocaban en la cara y luego desaparecían en uno de los tantos laberintos que tiene la maravillosa ciudadela construida sobre una colina al borde del mar mediterráneo. En Vietnam, los pequeños gigantes que luchaban contra la sofisticada tecnología de los marines norteamericanos atacaban y se esfumaban en alguno de los miles de túneles que habían cavado bajo tierra. Los soldados, desconcertados, sabían que detrás de cada planta podía aparecer y desaparecer un vietnamita en un abrir y cerrar de ojos.
En Palestina no hay montañas ni selvas y nunca hubo una verdadera guerra de guerrillas contra la ocupación israelí. Pero los palestinos tienen sentido del humor y muchas veces desafían a los israelíes con la picardía. A comienzos de la década de los ochenta el Estado de Israel apenas reconocía a los palestinos como pueblo y consideraba a la OLP una organización terrorista a la cual había que destruir de cualquier manera. Por ende, también todos sus símbolos estaban prohibidos y eran perseguidos. Mientras el “enemigo público N° 1”, Yasser Arafat, se encontraba en el Líbano acosado por las bombas que caían sobre Beirut en su afán por matarlo, los palestinos jugaban al gato y al ratón con los soldados israelíes mostrándoles las bandera palestina roja, negra, verde y blanca. El ocupante, torpe y embrutecido, no contento con arrestar a quien osara enarbolar la bandera, perseguía cualquier expresión pública donde se combinaran los cuatro colores, prohibidos si se exhibían juntos. Si en una exposición de pinturas algún artista mostraba el pasto verde combinado con flores rojas, negras y blancas, llegaban las autoridades militares y clausuraban la muestra.
Uno de los frutos favoritos de los palestinos es el “batij”, la sandía, cuya cáscara exterior es verde y su parte interior blanca, con pulpa roja y pepitas negras. Y como el humor popular no tiene límites a alguien se le ocurrió hacer remeras con el dibujo de una sandía abierta. La respuesta fue inmediata: perseguir a quienes vestían esas remeras. Es posible que hoy algunos palestinos recuerden cuando comían sandías en la calles y se reían de los soldados. Pero seguramente todos miraran con felicidad las imágenes que llegan de París, donde la bandera palestina flamea en la UNESCO.
En Palestina no hay montañas ni selvas y nunca hubo una verdadera guerra de guerrillas contra la ocupación israelí. Pero los palestinos tienen sentido del humor y muchas veces desafían a los israelíes con la picardía. A comienzos de la década de los ochenta el Estado de Israel apenas reconocía a los palestinos como pueblo y consideraba a la OLP una organización terrorista a la cual había que destruir de cualquier manera. Por ende, también todos sus símbolos estaban prohibidos y eran perseguidos. Mientras el “enemigo público N° 1”, Yasser Arafat, se encontraba en el Líbano acosado por las bombas que caían sobre Beirut en su afán por matarlo, los palestinos jugaban al gato y al ratón con los soldados israelíes mostrándoles las bandera palestina roja, negra, verde y blanca. El ocupante, torpe y embrutecido, no contento con arrestar a quien osara enarbolar la bandera, perseguía cualquier expresión pública donde se combinaran los cuatro colores, prohibidos si se exhibían juntos. Si en una exposición de pinturas algún artista mostraba el pasto verde combinado con flores rojas, negras y blancas, llegaban las autoridades militares y clausuraban la muestra.
Uno de los frutos favoritos de los palestinos es el “batij”, la sandía, cuya cáscara exterior es verde y su parte interior blanca, con pulpa roja y pepitas negras. Y como el humor popular no tiene límites a alguien se le ocurrió hacer remeras con el dibujo de una sandía abierta. La respuesta fue inmediata: perseguir a quienes vestían esas remeras. Es posible que hoy algunos palestinos recuerden cuando comían sandías en la calles y se reían de los soldados. Pero seguramente todos miraran con felicidad las imágenes que llegan de París, donde la bandera palestina flamea en la UNESCO.
Hay motivos para sumarse a la CELAC (09.12.2011)
La reciente creación dela CELAC ha despertado numerosos debates sobre el futuro de una organización regional que está dando sus primeros pasos. Algunos presidentes latinoamericanos (Chávez, Correa) pretenden que reemplace a la OEA, mientras que otros (Piñera, Santos, Calderón) seguramente intentarán evitarlo para no perder un ámbito donde tiene una gran presencia Estados Unidos.
Esto es parte del debate político que seguramente veremos en los próximos años y que ya se instaló en muchos medios de comunicación que no vieron con buenos ojos la creación dela CELAC. “El Nuevo Herald” de Miami, a través de su columnista Andrés Oppenheimer (que suele tener un tono despectivo y burlón hacia toda iniciativa que provenga de los gobiernos progresistas) sostuvo que “la cumbre dela CELAC sólo produjo teatro político y más discursos llenos de retórica vacía (y que) difícilmente ocupará un lugar destacado en los libros de historia.” Miguel Ángel Bastenier en el diario español El País –si bien reconoce que la reunión fue importante- resalta varias “derrotas” de la diplomacia venezolana, como la imposibilidad de “jubilar ala OEA por falta de quórum”.
Sin embargo, cabe preguntarse por qué treinta mandatarios (de treinta y tres) decidieron hacer el esfuerzo de trasladarse a Caracas, siendo que en el último tiempo muy pocos presidentes modifican sus agendas locales para asistir a las cumbres que se desarrollan cada año (Iberoamericanas, OEA, Unasur, Mercosur, etc.). Es posible que algunas respuestas se encuentren en los discursos de los “pequeños” países, por lo general eclipsados por los ecos y olas que producen los “grandes”. Tal vez por esta razón se haya prestado poca atención a las breves palabras del presidente de Haití, Michel Martelly, a quien nadie podría identificar como un seguidor de Hugo Chávez. En su corta alocución Martelly elogió el programa “Petro Caribe” impulsado por Venezuela que ha permitido la construcción de cerca de tres mil cuatrocientas viviendas sociales y ayudará a que en 2012 se implemente el programa “Aba Grangou” (no más hambre) inspirado en el conocido “hambre cero” de Brasil. Aunque Martelly pudiera sentir afinidad con los gobiernos de la derecha en la región, el gran problema de éstos es que hace años se han quedado sin propuestas atractivas, y su discurso se reduce a proponer más tratados de libre comercio al estilo de lo que siempre pregona Estados Unidos. Por el contrario, los gobiernos progresistas –con todas sus diferencias- están generando iniciativas políticas (Unasur en Haití es un ejemplo de ello), proyectos novedosos (Banco del Sur, Petrocaribe) y una mirada mucho más global y a largo plazo (CELAC). Es lo que explica –entre otros motivos- porqué casi todos se trasladaron a Caracas para no quedar afuera dela CELAC, mal que le pese a algunos que no pueden ver la realidad más allá de su expresión de deseos.
Esto es parte del debate político que seguramente veremos en los próximos años y que ya se instaló en muchos medios de comunicación que no vieron con buenos ojos la creación dela CELAC. “El Nuevo Herald” de Miami, a través de su columnista Andrés Oppenheimer (que suele tener un tono despectivo y burlón hacia toda iniciativa que provenga de los gobiernos progresistas) sostuvo que “la cumbre dela CELAC sólo produjo teatro político y más discursos llenos de retórica vacía (y que) difícilmente ocupará un lugar destacado en los libros de historia.” Miguel Ángel Bastenier en el diario español El País –si bien reconoce que la reunión fue importante- resalta varias “derrotas” de la diplomacia venezolana, como la imposibilidad de “jubilar ala OEA por falta de quórum”.
Sin embargo, cabe preguntarse por qué treinta mandatarios (de treinta y tres) decidieron hacer el esfuerzo de trasladarse a Caracas, siendo que en el último tiempo muy pocos presidentes modifican sus agendas locales para asistir a las cumbres que se desarrollan cada año (Iberoamericanas, OEA, Unasur, Mercosur, etc.). Es posible que algunas respuestas se encuentren en los discursos de los “pequeños” países, por lo general eclipsados por los ecos y olas que producen los “grandes”. Tal vez por esta razón se haya prestado poca atención a las breves palabras del presidente de Haití, Michel Martelly, a quien nadie podría identificar como un seguidor de Hugo Chávez. En su corta alocución Martelly elogió el programa “Petro Caribe” impulsado por Venezuela que ha permitido la construcción de cerca de tres mil cuatrocientas viviendas sociales y ayudará a que en 2012 se implemente el programa “Aba Grangou” (no más hambre) inspirado en el conocido “hambre cero” de Brasil. Aunque Martelly pudiera sentir afinidad con los gobiernos de la derecha en la región, el gran problema de éstos es que hace años se han quedado sin propuestas atractivas, y su discurso se reduce a proponer más tratados de libre comercio al estilo de lo que siempre pregona Estados Unidos. Por el contrario, los gobiernos progresistas –con todas sus diferencias- están generando iniciativas políticas (Unasur en Haití es un ejemplo de ello), proyectos novedosos (Banco del Sur, Petrocaribe) y una mirada mucho más global y a largo plazo (CELAC). Es lo que explica –entre otros motivos- porqué casi todos se trasladaron a Caracas para no quedar afuera dela CELAC, mal que le pese a algunos que no pueden ver la realidad más allá de su expresión de deseos.
El FMI no descansa (25.11.2011)
La prensa mundial ha sido muy transparente al reflejar las presiones dela Unión Europea, Alemania, y el Fondo Monetario Internacional a Grecia, Italia y España. Los europeos, tan acostumbrados a avalar los “consejos y sugerencias” de los organismos internacionales para América Latina, ahora están presenciando como esos “consejos y sugerencias” se convierten en presiones y ultimátums, como sucedía en América Latina años atrás. “Crece la presión internacional para que Rajoy defina sus planes” tituló el diario El País de Madrid el 22 de noviembre. Y por si alguien no entendió de donde viene la presión otro titular lo aclara: “Merkel le exige que adopte medidas rápidamente”.
En el caso griego es aún más elocuente. En las últimas semanas las presiones sobre este país -que apenas representa el tres por ciento de PBI de la eurozona- fueron tan evidentes que la canciller alemana aparecía en la tapa de los diarios como si fuera la nueva primer ministro griega. “Ultimátum para la firma hasta el 29”tituló el diario Kathimerini. Ya nadie oculta que los europeos –léase los alemanes dice el Athens News el 23 de noviembre- quieren estar seguros de que ningún gobierno posterior al actual pueda cambiar ni una coma de lo que impongala Unión Europea en la reestructuración del Estado o el uso de los fondos públicos. Un obstáculo que todavía no han podido sortear es la negativa de Antoni Samaras, el principal dirigente del partido conservador Nueva Democracia, de avalar con su firma un acuerdo porque quiere ser primer ministro a corto plazo y no quiere firmar ningún compromiso que lo deje atado de pies y manos en el futuro. Angela Merkel dijo en el parlamento alemán que no habría dinero para Grecia si todos los partidos que apoyan al gobierno de Papademos no firmaban el acuerdo. Más claro imposible.
El FMI tampoco descansa. Sus funcionarios realizaron hace unos días una visita a Paraguay y dijeron que era imposible cubrir subas salarias, y en la República Dominicana presionaron al presidente Leonel Fernández para que subiera un 18 por ciento las tarifas eléctricas. Sin embargo, es interesante contrastar la actitud de los gobernantes de España, Italia y Grecia ante las presiones y exigencias de los organismos internacionales con la de algunos presidentes latinoamericanos. En la última Cumbre Iberoamericana realizada en Paraguay a fines de octubre Rafael Correa salió de la sala de sesiones cuando se disponía a hablar Pamela Cox, vicepresidenta del Banco Mundial para América Latina, y denunció ante los micrófonos que Cox lo había chantajeado en persona durante su breve gestión como ministro de economía del gobierno de Alfredo Palacio. Para Correa llegó el momento de no dejarse chantajear más. ¿Seguirán su ejemplo?
En el caso griego es aún más elocuente. En las últimas semanas las presiones sobre este país -que apenas representa el tres por ciento de PBI de la eurozona- fueron tan evidentes que la canciller alemana aparecía en la tapa de los diarios como si fuera la nueva primer ministro griega. “Ultimátum para la firma hasta el 29”tituló el diario Kathimerini. Ya nadie oculta que los europeos –léase los alemanes dice el Athens News el 23 de noviembre- quieren estar seguros de que ningún gobierno posterior al actual pueda cambiar ni una coma de lo que impongala Unión Europea en la reestructuración del Estado o el uso de los fondos públicos. Un obstáculo que todavía no han podido sortear es la negativa de Antoni Samaras, el principal dirigente del partido conservador Nueva Democracia, de avalar con su firma un acuerdo porque quiere ser primer ministro a corto plazo y no quiere firmar ningún compromiso que lo deje atado de pies y manos en el futuro. Angela Merkel dijo en el parlamento alemán que no habría dinero para Grecia si todos los partidos que apoyan al gobierno de Papademos no firmaban el acuerdo. Más claro imposible.
El FMI tampoco descansa. Sus funcionarios realizaron hace unos días una visita a Paraguay y dijeron que era imposible cubrir subas salarias, y en la República Dominicana presionaron al presidente Leonel Fernández para que subiera un 18 por ciento las tarifas eléctricas. Sin embargo, es interesante contrastar la actitud de los gobernantes de España, Italia y Grecia ante las presiones y exigencias de los organismos internacionales con la de algunos presidentes latinoamericanos. En la última Cumbre Iberoamericana realizada en Paraguay a fines de octubre Rafael Correa salió de la sala de sesiones cuando se disponía a hablar Pamela Cox, vicepresidenta del Banco Mundial para América Latina, y denunció ante los micrófonos que Cox lo había chantajeado en persona durante su breve gestión como ministro de economía del gobierno de Alfredo Palacio. Para Correa llegó el momento de no dejarse chantajear más. ¿Seguirán su ejemplo?
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