viernes, 30 de enero de 2009

Brieger- El mito de la democracia israelí-

Para periódico Acción

La reciente invasión a la Franja de Gaza y las imágenes de destrucción y muerte que se vieron provocaron estupor y vergüenza, especialmente a muchos judíos. Algunos para consolarse suelen comparar al Estado de Israel con los regímenes monárquicos o autoritarios del Medio Oriente. “Israel es la única democracia” argumentan y esto alivia sus conciencias. Sin embargo, más allá de las comparaciones, ¿es tan así? Cabe preguntarse si no se repite un cliché en base a la construcción idílica de un fetiche imaginario y deseado de algo que nunca existió. Tal vez la repetición del cliché cual mantra evite descorrer el velo y calme algunas conciencias culposas, o les permita continuar negando la realidad.
Algunos todavía insisten que los árabes se fugaron en 1948 cuando ya hay tantas investigaciones documentadas que demuestran que fueron expulsados de sus tierras que ni siquiera tiene sentido el debate. ¿Es posible calificar de democrático a un Estado que impide que retornen los árabes que siempre vivieron allí y pueda emigrar cualquier judío del mundo por el mero hecho de ser judío?
Se mostraba al kibutz como modelo de socialismo aunque ningún árabe podía ser miembro por el mero hecho de no ser judío. Extraño socialismo ese. Insólita democracia la de un país que obligaba a su minoría árabe a pedir el permiso de un militar para ir a comprar zapatos en otra ciudad porque entre 1948 y 1966 esa minoría vivía bajo un gobierno militar. O la de un gobierno que redactó un documento secreto en los años setenta (“El Informe Konig”) que proponía judeizar el norte del país poblado por árabes y cuyo propósito era expropiarles las tierras para entregárselas sólo a judíos, lo que provocó la famosa revuelta de la minoría árabe conocida como “El día de la tierra” el 30 de marzo de 1976.
Seguramente muchos recordarán la invasión al Líbano en 1982 y los bombardeos sobre Beirut que provocaron la muerte de ¿15 mil? ¿20 mil? personas. Gaza empalidece al recordar la lluvia de fuego que cayó sobre la capital del Líbano.
El “único Estado democrático del Medio Oriente” hace más de cuarenta años que ocupa Cisjordania y Gaza donde aplicó la censura sistemática de diarios y libros durante décadas y prohibió toda organización social y sindical. El periodista israelí Zvi Bar´el en los años ochenta comparó la situación en esos territorios con un régimen dictatorial y tituló un artículo “la pequeña argentina”, porque los palestinos eran secuestrados y desaparecían en la mitad de la noche. En los últimos años se ha construido un muro de ocho metros de altura que rodea ciudades palestinas convirtiéndolas en verdaderos guetos, como a Belén. También se implementó el “asesinato selectivo” de dirigentes políticos sin previo juicio y se secuestró a un tercio de los diputados del parlamento palestino elegido democráticamente en 2006, que aún están presos. Para describir la situación de los palestinos en los territorios ocupados desde 1967 la ex ministra de educación israelí, Shulamit Aloni, utilizó una palabra reveladora: Apartheid.
Muchos de los que siguen hablando de la “la única democracia del Medio Oriente” no conocen la verdadera naturaleza del Estado de Israel. Otros, prefieren no saberlo.

Sanchez- Judios antisionistas a favor del boicot a Israel- España

Judíos antisionistas a favor del boicot a Israel
Creen en el derecho a vivir en paz de los palestinos y llaman a la desinversión en Israel. Son los grupos de judíos antisionistas del Estado español. Mientras, España sigue vendiendo armas a Israel


Aida Sánchez/ Redacción (30/01/2009)

Se definen como "incondicionalmente comprometidos con la lucha de liberación de los habitantes de Palestina y de su tierra". Abogan por "el desmantelamiento del apartheid israelí, el retorno de los refugiados palestinos, y el fin de la colonización israelí de la Palestina histórica". Son los Judíos Antisionistas en España. Este grupo forma parte de la Red Judía Antisionista Internacional, que junto a otras redes como Neturei Karta reivindican el derecho del pueblo palestino a vivir en paz y apoyan los llamamientos de boicot, desinversión y sanciones contra Israel. “Las acciones de Israel son un ataque a la vida misma. Un desmedido crimen contra la humanidad y una forma de castigo colectivo”, explican. “La última y descarnada muestra de violencia protagonizada por Israel y el arrogante desprecio de sus líderes por la humanidad del pueblo de Gaza y, por lo tanto, de la humanidad de todos nosotros, debería mover a toda la raza humana en el mundo, a las organizaciones no gubernamentales, a los grupos de bases y a todas las personas de conciencia a tomar inmediata acción”, añaden este grupo de judíos que animan a hacer boicot a los productos israelís como única forma de “parar la violencia israelí”.
“Si miráramos lo que ha pasado en Gaza en los últimos 3 años y viéramos lo que Israel les ha hecho a los palestinos, la conclusión sería que la resistencia palestina es racional" Además de los jóvenes objetores de conciencia israelís, destacados intelectuales judíos también han levantado su voz a favor del pueblo palestino. El profesor israelí Neve Gordon, director del Departamento de Política y Gobierno de la Universidad Ben-Gurion de Negev, en el sur de Israel, la región más golpeada por los cohetes de Hamas, ha hecho público su testimonio: “Hace menos de una hora, cayó un cohete a pocos metros de casa. Mis dos hijos duermen desde hace una semana en un refugio antibombas. Y aun así, creo que lo que está haciendo Israel es una atrocidad”. Para Gordon el problema es que la mayoría de los israelíes “se olvidan de que Israel mantiene la soberanía y los palestinos viven enjaulados, sin poder acceder a los alimentos básicos, ni a la electricidad, ni al agua”. “Si miráramos lo que ha estado pasando en la Franja de Gaza en los últimos tres años y viéramos lo que Israel les ha hecho a los palestinos, la conclusión a la que llegaríamos sería que la resistencia palestina es racional. Y eso es lo que están omitiendo nuestros medios masivos de comunicación”, denuncia el profesor israelí. Gordon fue uno de los diez mil israelíes que marcharon a principios del mes de enero en una manifestación por la paz realizada en Tel Aviv. El activista judío Pedro Brieger se ocupó de este tema en unas recientes jornadas celebradas en Barcelona y organizadas por Aturem la Guerra.
Puedes escuchar su intervención desde la
web de la plataforma.
http://www.canalsolidario.com/web/noticias/noticia/?id_noticia=10815

Fuente : Canal solidario, España.

Padilla- Israel ¿Debería ser sancionado por la comunidad internacional?

Israel: ¿Debería ser sancionado por la comunidad internacional?
Se prepara el show de la asunción de Obama para el próximo 20 de enero. Una buena excusa para dejar que Israel siga destruyendo al pueblo Palestino. Luego, saldrá a anunciar su plan de paz y rescate en Medio Oriente. En tanto en Gaza, el 30% de los muertos son niños, ¿terroristas? Mil de los heridos también niños, ¿terroristas?
por
Marcelo Padilla

Los pedidos de paz en el mundo, a través de múltiples movilizaciones populares, no reparan, exclusivamente, en lo que cubren los medios. La palabra-símbolo “paz”, es un deseo, tal vez el anhelo de la mayoría de los mortales del globo. Sin embargo, tras los pedidos de paz, se suman también los pedidos de justicia para el castigado pueblo palestino. Es esa relación “Justicia-Paz” la que debería resaltarse en la actual coyuntura internacional.La paz, el reconocimiento del “otro” y la fraternidad entre los pueblos y Estados, no se logran con la tímida diplomacia internacional actual, ni con las opiniones políticamente correctas, hoy laureadas por los medios de gran parte del mundo occidental y cristiano. Pero mucho menos con las pasmosas declaraciones justificatorias de los funcionarios israelíes vertidas en los medios del mundo. Por ejemplo, la ostentosa petición de Olmert a Bush para que EEUU no apoyara el comunicado del consejo de seguridad de la ONU:http://www.elpais.com/articulo/internacional/Olmert/presume/conseguir/EE/UU/abstuviese/votacion/ONU/alto/fuego/Gaza/elpepuint/20090113elpepuint_2/TesDe lo que se trata aquí, en primer orden, es de analizar el problema en sus características históricas, materiales, militares, de intereses económicos y fundamentalmente, en términos de justicia, además de exigir la aplicación derecho internacional en base a las convenciones y acuerdos. (Ver Cuarta Convención de Ginebra, convenio IV, relativo a la protección debida a las personas civiles en tiempo de guerra):http://www.unhchr.ch/spanish/html/menu3/b/92_sp.htmTodo pueblo oprimido por un invasor debe ser juzgado internacionalmente, más aún, si el opresor es un Estado reconocido en el concierto de las naciones. Si a Cuba la bloquearon por medio siglo tras liberarse del invasor y de su dictadura local, ¿por qué no pedir juicio internacional al Estado de Israel, así como EEUU lo hizo con el “demonio” Sadam Hussein frente a las cámaras de todo el mundo? En Gaza no hay crímenes de guerra ni errores producto del combate. En Gaza hay etnocidio, ocupación militar, emergencia sanitaria y alimentaria, en fin, exterminio en masa. Y en el fondo, lejos de ser un problema sanitario o alimentario, el mismo es de carácter más bien político.Israel ya conoce estas experiencias en carne propia y sorprende que pague con la misma moneda con la que le pagaron los nazis, avanzado el siglo XX. Resulta inaudito que EEUU se abstenga de la tibia declaración de la ONU, la cual pidió el cese del fuego, y demore su posición el presidente electo en el país del norte a días de asumir. Más allá de la legalidad en el cargo que todavía no ejerce, sus palabras podrían ser importantes, castigando esa alianza carnal que se despide: Bush-Olmert, y así impedir se siga asesinando a civiles indefensos. Lamentablemente, Obama, ya muestra sus dotes de ajedrecista del imperio.El pueblo palestino conoce “intifadas” para defenderse (ver detalle al final de la nota), esto es, piedras y palos. Los niños y mujeres, ancianos y comunes civiles no son los terroristas a los que busca Israel tras la invasión, pero son ellos los muertos y heridos tras la ocupación. Es un claro mensaje internacional de la cuarta potencia mundial, amparada por la primera, en infraestructura militar, frente a un Estado rendido, un pueblo desahuciado, sin luz, ni agua, falta de medicamentos, alimentos, y hospitales saturados. (Para profundizar la situación en la región aquí un enlace de UNICEF: http://www.unicef.org/spanish/infobycountry/oPt.htmlY si hay algo que debe ser reconocido es lo siguiente: Hamas forma parte del pueblo palestino, al cual eligió una gran mayoría de la población en las elecciones legislativas del 2006. Puede uno no acordar con su fundamentalismo religioso, pero no se puede desconocer que tras elecciones libres representan a una buena porción de la sociedad de la zona. Pero, ¿es Hamas el problema?, para responder a esta pregunta cito textual al notable analista de política internacional, sociólogo y periodista argentino, Pedro Brieger:“Esta no es una guerra entre el Estado de Israel y el Movimiento de Resistencia Islámico (Hamas por sus siglas en árabe). La invasión israelí a la Franja de Gaza no puede ser comprendida si no se toma en cuenta la ocupación de Cisjordania y Gaza desde 1967, más de cuarenta años. El crecimiento de Hamas es una consecuencia directa del fracaso de la política seguida por la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) desde que abandonó las armas y decidió apostar por la vía diplomática para conseguir un Estado independiente. La OLP no consiguió un Estado ni acabar con la ocupación. La Franja de Gaza no es un ente aislado dominado por un puñado de terroristas ni los problemas comenzaron cuando Hamas decidió lanzar cohetes contra Israel porque Cisjordania no está gobernada por Hamas y la ocupación israelí empezó veinte años antes de que naciera Hamas. En Cisjordania el Estado de Israel continúa construyendo un muro de ocho metros de altura que ha convertido a numerosas ciudades –como Belén- en verdaderos guetos, expropiando tierras palestinas para cedérselas a los asentamientos judíos y trazando rutas exclusivas para ellos. Incluso ha tenido la osadía de secuestrar y encarcelar a más de un tercio de los miembros del parlamento palestino. No en vano el ex presidente de los Estados Unidos Jimmy Carter utilizó la palabra “apartheid” para definir la situación en Cisjordania y Gaza. El ejército israelí puede aniquilar al liderazgo de Hamas como ya lo hizo en el pasado cuando asesinó a sus principales dirigentes y fundadores en 2004. Puede incluso borrar a Gaza de la faz de la tierra. Pero si los israelíes creen que la ocupación será aceptada pasivamente, sólo demostrarán que no han aprendido nada de la historia”.
Fuente: http://www.pedrobrieger.com.ar/ El 2009 arrancó así, con una patriada de las más autoritarias, propia de países que aplican terrorismo estatal contra un país vecino. Entonces, no se trata sólo de pedir paz. En todo caso, la misma será una consecuencia de acciones de justicia, de reparación en tribunales internacionales y de ayuda económica para la reconstrucción de ese pequeño Estado que sobrevive a las bombas por aire, mar y tierra. EEUU, con Obama próximamente a asumir la presidencia, debería condenar esos ataques, así como condenó los atentados a las torres gemelas. Pero de ahí a invadir territorios estamos nada más ni nada menos en presencia de una política de expansión militar y económica. ¿Qué dirá y hará Obama tras su asunción? ¿Condenará los ataques y la invasión israelí o aplicará la teoría de los dos demonios?Hoy, el premier israelí Ehud Olmert, debería constituir, para la prensa mundial, el Sadam Hussein que invadió Kuwait en agosto del 90. El tratamiento informativo, que se precie de objetivo, debería hacer justicia comparando ambos casos. Israel está sembrando el odio contra su propio país en el mundo, y lo que es más grave aún, contra todas las comunidades judías afincadas en Europa, EEUU y Argentina, por nombrar las más importantes.El problema serán las reacciones sin discriminar, porque el pensamiento espontáneo de las masas llevará a considerar que todos los judíos son iguales, y esto sabemos no es así, como tampoco son iguales todos los musulmanes. No hay que olvidar que Israel hace meses mantiene un bloqueo a Gaza, y que tras los misiles de Hamas hacia el sur del territorio israelí, la reacción ha sido por demás desproporcionada. Israel con su ocupación demuestra ser hoy el país más bárbaro en el ranking occidental, ni más ni menos. Si uno revisa la deslumbrante película “caminando sobre el agua” (2004) del director israelí Eytan Fox, no puede más que reconciliarse con la idea relativizadora que promueve el film sobre el histórico conflicto en la zona. Una película bella y humanista, inteligente y audaz, que rompe barreras y acaba con prejuicios, pero a vista de los hechos sobrevenidos, ingenua e idealista.Las dos “intifadas” y el llamamiento a la tercera-“La primera Intifada” empezó en 1987 con la famosa "Guerra de las piedras". Se caracterizó por la desobediencia civil por parte de los palestinos. Fueron batallas callejeras entre palestinos y miembros de las Fuerzas de Defensa de Israel. La violencia decayó en 1991 con las firmas de los Acuerdos de Oslo (13 de septiembre de 1993) y la creación de la Autoridad Nacional Palestina.-A diferencia del levantamiento de 1987, “La segunda Intifada” que comenzó a finales de septiembre de 2000, surgió en los Territorios Ocupados (TTOO) como un hecho popular espontáneo (en movilizaciones masivas en las grandes ciudades palestinas) bajo dos consignas convergentes: contra la ocupación israelí y contra los Acuerdos de Oslo. -El jefe del grupo chií libanés Hizbulá, Hasan Nasrala, hizo un llamamiento para una nueva revuelta, “La tercera Intifada”, contra Israel (lunes 29 de diciembre de 2008), no solo en la Franja de Gaza sino también en el mundo árabe, y predijo la derrota israelí si lanza una ofensiva terrestre.
Fuente Diario MDZ on line, http://www.mdzol.com/mdz/nota/97028/

jueves, 29 de enero de 2009

Pardo- ¿Se puede criticar a Israel sin ser antisemita?

Éste fue el título de una conferencia que tuvo lugar en el CCCB el pasado fin de semana. En ella, el sociólogo Pedro Brieger diseccionó críticamente el discurso imperante en algunos medios de comunicación y también defendido por algunos jefes de estado, como el presidente francés, Nicolas Sarkozy, en torno al "antisemitismo" de aquéllos que crítiquen las cíclicas guerras lanzadas por Israel contra Estados vecinos, ya sean el Líbano, Palestina, Siria o Egipto.
En Catalunya, el presidente de ICV y conseller de Interior, Joan Saura, ha recibido presiones en este sentido, por su adhesión a la manifestación que tuvo lugar a mediados de enero contra la intervención de Israel en la Franja de Gaza. En Europa, la izquierda es tildada de antisemita cuando denuncia a Israel.
"Es ridículo, porque lo que se busca con esta afirmación es no debatir", sostuvo Brieger, un judío argentino de orígen alemán que impartió clases en Israel. "Lo que hacen gente como Pilar Rahola es expresar una culpa europea, pero no entienden la identidad judía, porque, por un lado, no son judíos y, por el otro, no conocen como se piensa en Israel", remarcó. Brieger dijo que Israel se ve a sí misma como un "pequeño grupo inofensivo que se defiende de un monstruo, una hormiga contra un elefante" "Eso los faculta para deshumanizar al enemigo, que ahora son Hamas y Hezbolla, pero en realidad siempre ha sido el pueblo palestino y el mundo árabe".
Brieger sostuvo que Israel es hoy un Estado con el "clásico discurso colonial" que apela al mito: "hace décadas que creen que los palestinos utilizan a los niños como escudos humanos; también se tragan que Tel Aviv nació de las dunas; se trata de negar que allí vivía una serie de gente con sus ciudades". "Los israelíes piensan que en la Franja de Franja de Gaza no se vive tan mal", dijo. "También les parece normal que, en periodo de guerra, los diputados árabes del Parlamento sean arrestados preventivamente".
Por su parte, la representante de la Comunidad Palestina en Catalunya, Salam Alamaslamani afirmó que los constantes ataques del Ejército de Israel la obligaron a huir: "ahora mi hijo puede jugar tranquilamente en un parque, pero durante 23 años yo no pude jugar en un parque ¡porque no había parques!". "Me robaron la infancia", sentenció, para defender que "Hamas no me gusta pero han sido votados incluso por los cristianos que viven en la Franja de Gaza".
Antisemitismo Brieger recalcó que el antisemitismo es un invento del mundo cristiano que culminó con el Holocausto. "Pero es importante no dejarse llevarse por el chantaje que hacen hoy estamentos de poder para invalidar toda crítica a Israel", insistió.
"Los judíos en el mundo árabe siempre habían convivido con el resto de religiones de manera mucho más armónica que en Europa". "Lo que pasa es que un invento antisemita, los Protocolos de Sión, que fueron elaborados por la policía zarista rusa, han sido dados por ciertos en todo el mundo árabe, actualmente," dijo." Los árabes de hoy ven a los judíos como agresores, que tienen un plan para conquistar el mundo; eso les incapacita para ver el padecimiento histórico de este pueblo", indicó.
"Pero Israel tampoco ayuda, porque aparte de destruir el yiddish y otros elementos de la cultura judía clásica, busca construir al nuevo super-judío y conquistar colonialmente diversos territorios". Recordó, finalmente, que se puede ser judío fuera de Israel, incluso en Irán, y amar el lado positivo y laico de esta cultura.


Periódico La República, España

http://www.larepublica.es/spip.php?article14207

lunes, 26 de enero de 2009

Brieger- Diario la Mañana de Neuquén

PUNTO DE VISTA
http://www.lmneuquen.com.ar/noticias/2009/1/25/16866.php

Obama y América Latina
Si bien aún no hay indicios ciertos de cómo será la relación, todo parece indicar que se buscará una reconstrucción de los lazos diplomáticos.
Por Pedro Brieger (*)
Buenos Aires (especial para La Mañana de Neuquén)

Existe un amplio consenso de que la relación entre Estados Unidos y América Latina necesita un cambio y de que la elección de Barack Obama es fundamental para que esto suceda. Claro que uno se puede preguntar qué representa dicho cambio ya que “mejorar” la relación no tiene el mismo significado para todos. Para algunos empresarios y medios de comunicación es el deseo de ver un flujo de millonarias inversiones como si esto fuera la única garantía de crecimiento económico. Para otros, en cambio, Obama implica la posibilidad de construir una relación que no implique una subordinación a los dictados de Washington.Se dice habitualmente que Estados Unidos ha “abandonado” e incluso ignorado a Latinoamérica porque la guerra contra el terrorismo y la invasión de Afganistán e Irak la ha llevado a privilegiar otras regiones. Si uno se guiara por el discurso público de los dos principales candidatos se podría decir que es verdad. Salvo algunas referencias a Cuba, Venezuela, México y Colombia, o el libre comercio y el narcotráfico, América Latina prácticamente no existe y la campaña electoral reforzó en muchos la idea de que no será una prioridad en la agenda del flamante presidente. Sin embargo, a pesar de los vaivenes políticos y económicos y de que muchos analistas sostienen que durante los ocho años que duró la administración de George Bush América Latina fue relegada, Estados Unidos todavía es un gran socio comercial de todos los países de la región.Por otra parte, hay que recordar que continúa el bloqueo a Cuba, el apoyo -directo o indirecto- a quienes encabezaron el golpe de Estado en Venezuela en 2002, la intervención militar en Haití para deponer a Jean Bertrand Aristide en 2004 y las maniobras -por lo menos confusas- de la USAID en Bolivia para debilitar a Evo Morales.También se puede recordar la intervención del embajador Paul Trivelli en Nicaragua para evitar el triunfo de Daniel Ortega, el Plan Colombia, las bases militares, como la de Manta en Ecuador y el ALCA, el proyecto más ambicioso para todo el continente que fracasó por la oposición del Mercosur en pleno, con el apoyo de Hugo Chávez, en noviembre de 2004 en Mar del Plata. No se puede dejar de mencionar que hace muy poco se ha restablecido la famosa IV Flota para patrullar el hemisferio occidental, como para recordarle a los latinoamericanos que Estados Unidos no los olvida.

El plan de Obama (*)

Cuesta saber cuál es el plan de Barack Obama para la región, ya que un año atrás la favorita de los demócratas era Hillary Clinton, que tenía la ventaja de contar con la experiencia de ocho años al lado de su marido como presidente de los Estados Unidos y muy poco se conocía de las ideas de Obama. Para no especular o fantasear sobre lo que Obama podría llegar a hacer, lo mejor es tomar algunas de sus declaraciones, discursos o documentos sobre América Latina y analizarlos. Claro que éstos son pocos, lo que acrecienta el enigma de lo que será su presidencia.Hace unos meses, el equipo de campaña de Obama publicó un trabajo titulado “Una nueva sociedad para las Américas” (A new partnership for the Americas). Es interesante conocer este documento, pues es el único que permite acercarse a lo que piensa Obama de la relación entre Estados Unidos y América Latina. En este documento de trece páginas y dividido en tres capítulos, el nuevo presidente plantea que existe una historia común de colonización y liberación y que se avanzará en una agenda cuyo eje será la palabra “libertad” (“freedom” en el original) retomando algunas ideas planteadas en su momento por Franklin Delano Roosvelt, presidente entre 1933 y 1945. De todos los países, sólo cuatro merecen apartados particulares: Cuba, México, Haití y Brasil.En el primer capítulo denominado “Libertad política / democracia” se puede leer que Estados Unidos debe recobrar su tradicional liderazgo en la región haciendo hincapié en la democracia, el comercio y el desarrollo. Se cree que esto limitará el antiamericanismo y la oposición a la administración Bush que creció de la mano de la retórica de Hugo Chávez.Como no podía ser de otra manera Cuba ocupa un lugar especial. Bajo el título “El Caso de Cuba”, Obama sostiene que luego de casi 50 años de fracaso hay que dar vuelta la página y escribir un nuevo capítulo en las relaciones entre ambos países. Sin embargo, se plantea ayudar a una transición pacífica para evitar potenciales desastres que podría significar la perpetuidad de la dictadura cubana. El 23 de mayo, en un discurso ante la anticastrista Fundación Nacional Cubano Americana, creada por Jorge Mas Canosa dijo claramente: voy a mantener el embargo. Si bien este lenguaje no difiere de la tradicional postura del Departamento de Estado, en el documento Obama propone que los cubano-americanos puedan realizar visitas de manera irrestricta a sus familias y enviar remesas (de dinero) a la isla, y flexibilizar el embargo comercial. También sostiene que está dispuesto a dar pasos para normalizar las relaciones, aunque pone como condición que primero un gobierno post Fidel abra Cuba a un cambio democrático, libere a los prisioneros políticos y realice elecciones.El segundo capítulo, “Libertad (o liberación) del miedo / seguridad”, tiene como eje central la droga y el narcotráfico. Era previsible que México tuviera un apartado especial porque casi el 90 por ciento de la cocaína de América Latina entra de contrabando vía México, que además es el principal aportante de marihuana y el segundo de heroína en el mercado de Estados Unidos. Aquí no se menciona el controvertido muro que se comenzó a construir en 1994 entre ambos países -cuando gobernaban los demócratas- aunque no es un secreto que en 2006 Barack Obama votó a favor de su ampliación. El país que se puede ver afectado por el cambio de gobierno es Colombia. Si bien el Plan Colombia fue impulsado por Bill Clinton en los 90 y es apoyado por Barack Obama, el presidente electo se opone a la firma de ese tratado mientras haya impunidad y no se procesen los asesinos de los sindicalistas, una crítica abierta y frontal al gobierno de Álvaro Uribe, uno de los principales aliados de la Casa Blanca. Esto es novedoso si tomamos en cuenta que antes de la visita de Bush a Colombia a comienzos de 2007 en su declaración sobre la misma Obama no dijo una palabra al respecto.El tercer y último capítulo titulado “Libertad para elegir / oportunidad” está dedicado a los progresos económicos de América Latina, especialmente de Chile y Brasil, a pesar de asegurar que continúa siendo la región más desigual del mundo. También se critica al Fondo Monetario Internacional y en particular sus limitaciones al momento de ayudar a la Argentina.La política exterior enunciada por Obama parece indicar un cambio porque asegura que reconstruirá los lazos diplomáticos que se han debilitado con América Latina bajo la presidencia de George Bush y que incluso nombrará nuevamente a un enviado especial, cargo eliminado en 2004. Además, que eliminará las detenciones indefinidas y la tortura así como restablecer el habeas corpus y cerrar la cárcel de Guantánamo. Por ahora hay más preguntas que respuestas. Al igual que en los Estados Unidos, en América Latina hay un nuevo aire de esperanza. El tiempo dirá.

(*) Analista Internacional. www.pedrobrieger.com.ar

martes, 20 de enero de 2009

Brieger- Análisis para El Telégrafo- (Diario de Ecuador)

Análisis
Pedro Brieger
Periodista y profesor de Sociología de Medio Oriente en la Universidad de Buenos Aires
Israel busca invertir los papeles
La tregua de Israel está muy condicionada por la asunción de Barack Obama, porque le permite presentarse como quien no quiere la guerra, está dispuesto a retirarse y busca dejar a los palestinos la ingrata tarea de quedar como aquellos que no quieren finalizar la violencia. Hay que ver si el Ejército israelí se retira efectivamente de la franja de Gaza, si lo hace, entonces Obama no podrá salir con esta exigencia a Israel y podrá poner el acento sobre el grupo Hamás como el gran causal de la violencia entre palestinos e israelíes. Lo que busca Israel es invertir los roles y no aparecer como el agresor. Las imágenes han sido elocuentes, con la muerte de más de 1.300 palestinos, entre ellos más de 400 niños, se ha provocado una reacción en contra de Israel muy fuerte. Esto lo que genera también es desviar la atención del eje central del problema y es que la franja de Gaza y Cisjordania son parte de un mismo territorio que sigue ocupado por Israel, que no solo combate a aquellos que se levantan en armas en su contra sino que también reprime a todos los palestinos que se oponen a la ocupación israelí de forma pacífica.

Fuente:http://www.eltelegrafo.com.ec/mundo/noticia/archive/mundo/2009/01/20/Buscan-cuerpos-bajo-los-escombros-en-Gaza.aspx

lunes, 19 de enero de 2009

Brieger- Obama y América Latina

Existe un amplio consenso de que la relación entre Estados Unidos y América Latina necesita de un cambio y de que la elección de Barack Obama es fundamental para que esto suceda. Claro que uno se puede preguntar qué representa dicho cambio ya que “mejorar” la relación no tiene el mismo significado para todos. Para algunos empresarios y medios de comunicación es el deseo de ver un flujo de millonarias inversiones como si esto fuera la única garantía de crecimiento económico. Para otros, en cambio, Obama implica la posibilidad de construir una relación que no implique una subordinación a los dictados de Washington.
Se dice habitualmente que Estados Unidos ha “abandonado” e incluso ignorado a Latinoamérica porque la guerra contra el terrorismo y la invasión de Afganistán e Irak la ha llevado a privilegiar otras regiones. Si uno se guiara por el discurso público de los dos principales candidatos se podría decir que es verdad. Salvo algunas referencias a Cuba, Venezuela, México y Colombia, o el libre comercio y el narcotráfico, América Latina prácticamente no existe y la campaña electoral reforzó en muchos la idea de que no será una prioridad en la agenda del próximo presidente. Sin embargo, a pesar de los vaivenes políticos y económicos y de que muchos analistas sostienen que durante los ocho años que duró la administración Bush América Latina fue relegada, Estados Unidos todavía es un gran socio comercial de todos los países de la región.
Por otra parte, hay que recordar que continúa el bloqueo a Cuba, el apoyo –directo o indirecto- a los que encabezaron el golpe de Estado en Venezuela en 2002, la intervención militar en Haití para deponer a Jean Bertrand Aristide en 2004 y las maniobras –por lo menos confusas- de la USAID en Bolivia para debilitar a Evo Morales. También se puede recordar la intervención del embajador Paul Trivelli en Nicaragua para evitar el triunfo de Daniel Ortega, el Plan Colombia, las bases militares, como la de Manta en Ecuador y el ALCA, el proyecto más ambicioso para todo el continente que fracasó por la oposición del MERCOSUR en pleno, con el apoyo de Hugo Chávez, en noviembre de 2004 en Mar del Plata. No se puede dejar de mencionar que hace muy poco se ha reestablecido la famosa IV Flota para patrullar el Hemisferio Occidental, como para recordarle a los latinoamericanos que Estados Unidos nos los olvida.


EL PLAN DE OBAMA

Cuesta saber cuál es el plan de Barack Obama para la región ya que un año atrás la favorita de los demócratas era Hillary Clinton, que tenía la ventaja de contar con la experiencia de ocho años al lado de su marido como presidente de los Estados Unidos, y muy poco se conocía de las ideas de Obama. Para no especular o fantasear sobre lo que Obama podría llegar a hacer, lo mejor es tomar algunas de sus declaraciones, discursos o documentos sobre América Latina y analizarlos. Claro que estos son pocos, lo que acrecienta el enigma de lo que será su presidencia.
Hace unos meses el equipo de campaña de Obama publicó un trabajo titulado “Una nueva sociedad para las Américas” (A new partnership for the Americas). Es interesante conocer este documento, pues es el único que permite acercarse a lo que piensa Obama de la relación entre Estados Unidos y América Latina. En este documento de trece páginas y dividido en tres capítulos, el nuevo presidente plantea que existe una historia común de colonización y liberación y que se avanzará en una agenda cuyo eje será la palabra “libertad” (freeedom en el original) retomando algunas ideas planteadas en su momento por Franklin Delano Roosvelt, presidente entre 1933 y 1945. De todos los países, sólo cuatro merecen apartados particulares; Cuba, México, Haití y Brasil.
En el primer capítulo denominado “Libertad política / democracia” se puede leer que Estados Unidos debe recobrar su tradicional liderazgo en la región haciendo hincapié en la democracia, el comercio y el desarrollo. Se cree que esto limitará el antiamericanismo y la oposición a la administración Bush que creció de la mano de la retórica de Hugo Chávez. Como no podía ser de otra manera Cuba ocupa un lugar especial. Bajo el título “El Caso de Cuba” Obama sostiene que luego de casi 50 años de fracaso hay que dar vuelta la página y escribir un nuevo capítulo en las relaciones entre ambos países. Sin embargo, se plantea ayudar a una transición pacífica para evitar potenciales desastres que podría significar la perpetuidad de la dictadura cubana. El 23 de mayo en un discurso ante la anticastrista Fundación Nacional Cubano Americana creada por Jorge Mas Canosa dijo claramente: voy a mantener el embargo. Si bien este lenguaje no difiere de la tradicional postura del Departamento de Estado, en el documento Obama propone que los cubano-americanos puedan realizar visitas de manera irrestricta a sus familias y enviar remesas (de dinero) a la isla, y flexibilizar el embargo comercial. También sostiene que está dispuesto a dar pasos para normalizar las relaciones; aunque pone como condición que primero un gobierno post-Fidel abra Cuba a un cambio democrático, libere los prisioneros políticos y realice elecciones. El segundo capítulo, “Libertad (o liberación) del miedo / seguridad”, tiene como eje central la droga y el narcotráfico. Era previsible que México tuviera un apartado especial porque casi el 90 por ciento de la cocaína de América Latina entre de contrabando vía México, que además es el principal aportante de marihuana y el segundo de heroína en el mercado de Estados Unidos. Aquí no se menciona el controvertido muro que se comenzó a construir en 1994 entre ambos países -cuando gobernaban los demócratas- aunque no es un secreto que en 2006 Barack Obama votó a favor de su ampliación. El país que se puede ver afectado por el cambio de gobierno es Colombia. Si bien el Plan Colombia fue impulsado por Hill Clinton en los noventa y es apoyado por Barack Obama, el presidente electo se opone a la firma de ese tratado mientras haya impunidad y no se procesen los asesinos de los sindicalistas, una crítica abierta y frontal a gobierno de Álvaro Uribe, uno de los principales aliados de la Casa Blanca. Esto es novedoso si tomamos en cuenta que antes de la visita de Bush a Colombia a comienzos de 2007 en su declaración sobre la misma Obama no dijo una palabra al respecto.
El tercer y último capítulo titulado “Libertad para elegir / oportunidad” está dedicado a los progresos económicos de América Latina, especialmente de Chile y Brasil a pesar de asegura que continúa siendo la región más desigual del mundo. También se critica al Fondo Monetario Internacional y en particular sus limitaciones al momento de ayudar a la Argentina.
La política exterior enunciada por Obama parece indicar un cambio porque asegura que reconstruirá los lazos diplomáticos que se han debilitado con América Latina bajo la presidencia de George Bush y que incluso nombrará nuevamente a un Enviado Especial, cargo eliminado en 2004. Además, que hay eliminar las detenciones indefinidas y la tortura así como reestablecer el habeas corpus y cerrar la cárcel de Guantánamo. Por ahora hay más preguntas que respuestas. Al igual que en los Estados Unidos, en América Latina hay un nuevo aire de esperanza. El tiempo dirá.



Pedro Brieger, 07 de noviembre 2008

viernes, 16 de enero de 2009

Brieger- Para comprender la historia de Hamas

Esta entrevista fue realizada en 1995 y es un capítulo de mi libro "¿Guerrra Santa o Lucha política? Entrevistas y debates sobre el islam" (Ed. Biblos, 1996). A pesar del paso del tiempo es muy actual y permite entender la evolución política e ideológica del Movimiento de Resistencia Islámico (Hamas)

ENTREVISTA A ZIAD ABU AMR

"Las promesas de los grupos islámicos son parte de una
ideología que no es extraña para la gente; hablar del islam
o del islamismo es parte de la tradición popular, es algo
auténtico (...) No es un producto extraño que proviene de
Occidente con otro bagaje cultural y los prejuicios que las
ideologías foráneas suelen traer consigo. Es imposible
determinar si el movimiento islámico en Cisjordania y Gaza
puede convertir al islam en una alternativa a la OLP. Va a
depender -entre otros factores- si los movimientos islámicos
logran encender nuevamente los sentimientos y creencias
islámicas y si los palestinos van a querer darle a la
identidad islámica preeminencia por sobre la identidad
nacional (...)
Hasta que los movimientos islámicos no abracen un
programa nacionalista bien definido que responda a las
aspiraciones del pueblo palestino y subraye su derecho a la
autodeterminación y la posibilidad de tener un Estado
propio, es difícil que puedan constituirse en una
alternativa a la OLP. Esto no quita que pueda lograr mayor
apoyo popular si la OLP no logra los objetivos nacionales
que definió para sí mismo. Podemos decir que los fracasos de
la OLP llevan agua al molino de los grupos islámicos."


Ziad Abu Amr es profesor de la universidad palestina de Bir Zeit y autor de una de las investigaciones más profundas y abar­cativas respecto de los movimientos islámicos palestinos en Cis­jordania y Gaza, los territorios ocupados por Israel desde 1967. Su libro "Islamic Fundamentalism in the West Bank and Gaza"([1]) es indispensable para comprender el desarrollo de HAMAS([2]) y la Yi­had Islámica, los dos movimientos islámicos que combaten la ocu­pación israelí e intentan desplazar a la OLP como representante del pueblo palestino.
A escasos kilómetros de la ciudad de Jerusalén, Abu Amr con­vive con los movimientos islámicos en el campus universitario de estilo norteamericano donde dicta clases. Conocida como la uni­versidad palestina más politizada, Bir Zeit suele reflejar los estados de ánimo más radicales de la población palestina; esto permite entender porqué en los últimos años los movimientos islá­micos triunfan en las elecciones para el consejo estudiantil.([3])
Si bien existe una tendencia a analizar a los movimientos islámicos otorgándole una preeminencia al aspecto teológico, Abu Amr -por el contrario- cree que lo central es la cuestión polí­tica. "A los políticos en Irán, Jordania, Egipto, Sudán o Pales­tina -dice- no les interesan demasiado las cuestiones teológicas; las cuestiones políticas son más importantes".
Concretamente, respecto de Cisjordania y Gaza, está conven­cido de que "la adhesión a los grupos islámicos se debe a la con­tinuidad de la ocupación israelí, una amenaza a la identidad árabe y palestina". Sin embargo, Abu Amr señala que después de comenzada la ocupación militar en 1967 los grupos islámicos se mantuvieron al margen de la resistencia armada que estuvo lide­rada por la OLP, lo que impidió que crecieran como una fuerza po­lítica activa. El punto de inflexión para el crecimiento de los grupos islámicos -dice Abu Amr- "es proporcional al debilita­miento de la OLP después de su expulsión de Jordania en 1970-71 y del Líbano en 1982."
Hoy estos movimientos encabezan la lucha armada contra Is­rael y apelan a las mismas tácticas que utilizaba la OLP treinta años atrás, especialmente cuando atacan dentro del territorio is­raelí. Abu Amr cree que "HAMAS sabe que plantando cientos de ata­ques suicidas en el corazón de Tel Aviv no va a hacer desaparecer a Israel". La idea -según dice- "no es liberar Palestina e im­plantar un Estado islámico, sino presionar con sus objetivos me­diatos e inmediatos que responden a un clamor legítimo respecto de lo que pasa en Jericó y Gaza y el resto de Palestina". Entre otros factores, también cree que estas tácticas sirven "para de­bilitar la autoridad de Arafat y presionar a Israel para que tenga que conversar y negociar con HAMAS".





PB: En estos últimos años es recurrente referirse a un nuevo fenómeno político, el resurgimiento del islam; ¿es correcto afir­mar que existe un resurgimiento del islam?

ZAA: Es un tema muy controvertido. Tanto los especialistas en el islam, como los islamistas mismos aseguran que existe un resurgimiento. Los islamistas lo llaman resurgimiento, mientras que aquellos que no son islamistas prefieren referirse al funda­mentalismo, expresión que en Occidente tiene una connotación ne­gativa. Creo que efectivamente existe un resurgimiento en dos niveles, en lo político y en lo religioso. De todas maneras, hay que prestarle más atención al aspecto político de dicho resurgi­miento. En realidad, el resurgimiento pura y exclusivamente reli­gioso no hubiera llamado la atención. Si todo quedara dentro del marco de la práctica de la religión, esto es, rezar más seguido o visitar mezquitas, no se hubiera convertido en un tema en sí. El renacimiento islámico no es un patrimonio de los islamistas, por­que los islamistas estuvieron siempre, incluso en este siglo, y el islam existe hace siglos.
Lo que llama la atención es la manera activa e intensiva por la cual se incorpora al terreno político. Por eso, cuando habla­mos del renacimiento del islam, hay que hablar del islam político y no del islam teológico aunque -por supuesto- se relaciona con los aspectos religiosos y teológicos del islam, porque los dos se retroalimentan a sí mismos.

PB: Pero en estos últimos años existe una fenómeno especial, diferente. Tal vez habría que preguntarse cuáles son las condi­ciones que llevan a que el renacimiento sea justamente ahora.

ZAA Es verdad, estamos hablando de los últimos quince o veinte años- Se puede tomar el año de 1967 como punto de partida del declive de las ideologías nacionalistas seculares para com­prender el surgimiento del islam político. Mucho depende de donde uno se sitúa para entender cuál es el punto de partida. No depende solamente de los islamistas sino también de las condicio­nes objetivas. Es posible que -como consecuencia de la derrota de las ideologías seculares, las nacionalistas y panárabes, el socialismo árabe y el marxismo- los islamistas se hayan encon­trado al frente de las batallas sin siquiera quererlo. Este es un tema muy importante porque las ideologías y las plataformas políticas que prevalecieron durante años fueron verdaderamente derrotadas. Los programas políticos, económicos y sociales de estos sectores fracasaron en su intento de dar una respuesta en cualquiera de los escenarios políticos. Tanto el socialismo árabe como el nacionalismo árabe fueron derrotados. En la esfera de lo nacional fueron vencidos repetidamente por Israel; primero al surgir el Estado de Israel en 1948 y luego al establecerse una relación de tipo neocolonial. Fracasaron al no resolver los pro­blemas económicos y sociales de sus sociedades, el desempleo, la inflación, el analfabetismo, la movilidad social y la participa­ción popular. Estamos hablando de muchos problemas que estos re­gímenes prometieron resolver cuando asumieron el poder después de lograr su independencia de las potencias coloniales. Si analiza­mos a varios de estos estados árabes, veremos que no cumplieron con sus promesas, y que los problemas crónicos quedaron sin re­solver. Este contexto -si lo miramos de un punto de vista obje­tivo- no fue creado por los islamistas. Al llegar, logran capita­lizar estos fracasos, esta realidad.
Mucha gente estaba buscando alguien que los sacara de las frustraciones, buscaba otras alternativas que no hubieran sido tratadas anteriormente, o que habían sido probadas cientos de años atrás. Las promesas de los grupos islámicos son parte de una ideología que no es extraña para la gente; hablar del islam o del islamismo es parte de la tradición popular, es algo autén­tico, porque la gente es predominantemente musulmana. No es un producto extraño que proviene de Occidente con otro bagaje cultu­ral y los prejuicios que las ideologías foráneas suelen traer consigo. Pero aparte está el factor externo, de qué manera Oc­cidente trató de sacar tajada de esta situación. Occidente creó la imagen del renacimiento islámico, del fundamentalismo islá­mico, por razones diferentes; probablemente por temor, por sospe­cha. Las raíces del temor y las sospechas son históricas. Es verdad que estas sospechas también se ven en algunos islamistas que miran hacia atrás a la época de las cruzadas o a la manera en que la tradición islámica interpreta un enfrentamiento con las ideas seculares de occidente. Por otra parte, también está la experiencia colonial, y el hecho de que los países occidentales y las sociedades occidentales ven en el islam un factor que está en contra de sus intereses. Después de abolido el colonialismo al­gunos de los nuevos regímenes nacionalistas combatieron contra la colonización occidental, pero no realizaron una verdadera ruptura con Occidente. Esto se puede ver en Argelia, Túnez, Marruecos, Jordania, Egipto, Sudán, Siria. Los nuevos líderes nunca corta­ron los vínculos con los antiguos colonizadores. Mientras las ideologías nacionalistas y socialistas -seculares ambas- de los países árabes fueron tomadas de Occidente el islam provee una al­ternativa y una visión diferente de la sociedad y del mundo.
Occidente, intencionalmente o no, de una manera u otra, le dio gran magnitud al fenómeno del renacimiento islámico o funda­mentalista, lo plantó en la conciencia de la gente y ayudó a cristalizarlo incluso en algunos musulmanes que no se asumían concientemente como musulmanes fundamentalistas. Esto es similar a lo que sucedió anteriormente con el nacionalismo árabe, que fue plantado por Occidente. El nacionalismo no era parte del pensa­miento de los árabes durante el Imperio Otomano y hasta la pri­mera Guerra Mundial. El pensamiento nacionalista de los intelec­tuales árabes y sus élites a comienzo de siglo provino de Occi­dente. Esto no implica negar la existencia de una nación árabe, estamos hablando de la ideología del nacionalismo árabe. La na­ción árabe -que no se asumía como tal- no tomó el nacionalismo "per se" hasta que no tuvo un marco de referencia que tapó otro referente anterior, el islam. Lo que estoy tratando de decir es que Occidente contribuyó al renacimiento del islam o de la iden­tidad islámica, o del fundamentalismo islámico. Algunos de ellos lo hicieron porque querían capitalizar el fenómeno, para crear un nuevo monstruo y justificar su existencia, su rol, sus ideolo­gías, "vis a vis" el mundo árabe y las sociedades árabes.

PB: Cuando se analiza el resurgimiento del islam no se puede dejar de abordar la revolución iraní que en 1979 derrocó al Sha y llevó a la creación de la República Islámica y su influencia so­bre las comunidades islámicas del Medio Oriente.

ZAA: Creo que la revolución iraní tuvo una impacto impresio­nante y muy significativo para el auge y desarrollo del fundamen­talismo islámico. Por primera vez se vio al islam triunfante y ¿contra quién? contra el régimen más poderoso de la región, muy poderoso en sí mismo y que recibía todo el apoyo de Occidente. En segundo lugar, la revolución proveyó un modelo muy atractivo y visible para los islamistas que habían sido derrotados en dife­rentes países a lo largo de los años, un modelo a emular por otros musulmanes. ¿Qué implicaba todo esto? Que el islam era capaz de vencer a este régimen poderoso. En el corazón de los mu­sulmanes revivió la confianza de que un cambio era posible, no sólo en Irán, sino entre todos los musulmanes. En tercer lugar, al existir un gobierno islámico en Irán se creó una base poderosa que hasta el día de hoy puede brindar todo tipo de apoyo a otros grupos islámicos,

PB: Históricamente hubo diferencias y enfrentamientos entre shiítas y sunnitas. La revolución iraní se produjo en un país de mayoría shiíta siendo que los musulmanes en el Medio Oriente son casi todos sunnitas. ¿Esta diferencia es importante al momento de medir la influencia de la revolución iraní?

ZAA: No influyó mucho porque la cuestión no es teológica, es política. El régimen shiíta en Irán le dio su apoyo a todo tipo de grupos sunnitas en Sudan, Argelia o Palestina, que deseaban estar relacionados con Teherán. Las diferencias teológicas entre los grupos islámicos no son muy importantes, no son visibles, no tienen influencia sobre el accionar político de los grupos islá­micos. Todos acuerdan en algunos puntos políticos básicos. En la reunión que hubo en Irán después de la Conferencia internacional de Madrid en 1992([4]) se encontraron grupos islámicos de todos los colores teológicos, los que los unía era su oposición a la Confe­rencia de Madrid. Creo que la cuestión política es lo central, mucho más que la teológica. A los políticos -en Irán, Jordania, Egipto, Sudán o Palestina- no les interesan demasiado las cues­tiones teológicas; las cuestiones políticas son más importantes.
Los movimientos islámicos acuerdan en términos generales en que quieren establecer una unidad islámica y comparten una acti­tud hostil o negativa hacia Occidente porque consideran que Occi­dente está en contra de ellos. Tampoco ninguno de ellos está en­tusiasmado con el Nuevo orden Internacional porque consideran que sirve a los intereses de Occidente y muy especialmente de los Es­tados Unidos. Todos le brindan su apoyo a los palestinos -esta­mos hablando de los movimientos islámicos y no de los gobiernos- y están en contra de Israel. Pero puede haber diferencias entre ellos en cuestiones políticas porque cada uno reclama para sí mismo tener una visión consistente del islam y depende de cómo cada uno interpreta la doctrina. En realidad, tienen mucha suerte que su doctrina sea muy flexible y que permita interpretaciones muy contradictorias.

PB: Entre los grupos islámicos más importantes del Medio Oriente están el Hezbolá libanés de origen shiíta, el FIS arge­lino y, Al Nahda de Túnez de origen sunnita; ¿cuáles son sus principales diferencias?

ZAA: En primer lugar hay que señalar que estos movimientos tienen la percepción de pertenecer a una identidad islámica muy amplia. Pero si uno los estudia cuidadosamente verá que están muy absorbidos por sus cuestiones internas y por las condiciones particulares que existen en cada país. El FIS de Argelia está inmerso en una terrible guerra civil y en Túnez el movimiento Al Nahda está prohibido. Pero también es cierto que existe una cierta solidaridad entre ellos e incluso algún tipo de colabora­ción a nivel panislámico, porque todos comparten la misma ideolo­gía: los libros sagrados, la tradición islámica y el objetivo fi­nal.

PB: El escritor español Juan Goytisolo, autor de varios tra­bajos sobre el islam -especialmente sobre Argelia- suele repetir que para entender la violencia en el islam no hay que buscar su origen en la teología sino en la realidad concreta de cada país donde esta se manifiesta porque "la violencia no procede del dis­curso religioso extremista sino, como en el caso de los católicos irlandeses, de un estado de opresión cultural y político".([5])

ZAA: Claro, la violencia no es inherente a la doctrina del islam. Como dije antes, la doctrina del islam es muy flexible. Si es necesario manipularla para justificar la violencia se lo puede hacer, si es necesario manipularla para una postura paci­fista, también se lo puede hacer. Maxime Rodinson dice que se la puede manipular de tal manera que sirva para el socialismo o para el capitalismo. La doctrina es flexible, depende de aquel que la interprete, para que vaya a uno u otro lado. De todas maneras, los movimientos no son homogéneos, si uno toma a los Hermanos Mu­sulmanes en Egipto o en Jordania, se puede decir que van hacia una especie de acomodamiento o status quo con el orden existente. En Argelia se encaminan hacia todo lo contrario, buscan revertir el status quo. Los grupos islamistas militantes en Egipto quie­ren dialogar con el régimen de Mubarak. Por eso insisto en que cada grupo responde a su propia realidad, siempre guiados por su objetivo más global. Algunos dicen que se puede llegar al obje­tivo final islámico -a largo plazo- sin apelar a la violencia, incluso participando de la vida política de su país. Es la pos­tura de los grupos islámicos en Egipto o en Jordania; piensan que participando del régimen no islámico que hay ahora, gradualmente van a lograr sus objetivos sin apelar a la violencia. El caso de Abdala Nimer Darwish, quien dirige el Movimiento islámico en Is­rael es diferente, porque él fue demasiado lejos en su forma de acomodarse al sistema.

PB: Se puede decir que también los ataques suicidas del Hez­bola libanés en el Líbano responden a una cuestión táctica?

ZAA: Primero me gustaría aclarar que el Hezbolá también es un movimiento político, por lo tanto, también en su caso los ata­ques suicidas responden a una cuestión táctica, aunque ellos de­ben enfrentar otro tipo de situación. Hezbolá busca expulsar a Israel de la zona de seguridad que no es parte de Israel sino te­rritorio libanés. Hezbolá sabe que es posible expulsar a Israel del sur del Líbano; es más fácil, porque su táctica puede ser­virle a sus objetivos estratégicos. Pero expulsar a Israel de Palestina es imposible.
Si Israel y Siria llegan a algún tipo de acuerdo político esto tendrá influencia tanto sobre el Hezbolá como sobre HAMAS, porque Siria y el Líbano son bases logísticas para los dos movi­mientos. Por lo tanto, si Siria concreta un acuerdo de paz con Israel entonces el apoyo externo para Hamas se verá limitado -más aún si también Jordania firma un acuerdo de paz porque HAMAS tiene una fuerte base en este país- y se verá muy presionado para no continuar con esta táctica, si es que esta táctica tienen como objetivo sabotear el proceso de paz. Hamas y Hezbola pueden con­tinuar con esta táctica siempre y cuando no atente contra la perspectiva de paz entre Siria e Israel, o Jordania.

PB: La Intifada, que estalló en diciembre de 1987, permitió que los movimientos islámicos en los Territorios Ocupados se con­virtieran en una fuerza importante capaz de disputarle el lide­razgo a la OLP, un liderazgo incuestionado durante más de veinte años. Ningún grupo político logra tanto éxito de la noche a la mañana, queda claro que refleja un trabajo político de años; ¿Cómo lo lograron?

ZAA: Los grupos políticos islámicos en los territorios ocu­pados incluyen a la Sociedad de la Hermandad Musulmana, la Yihad Islámica y el Partido de Liberación Islámico; existen otros gru­pos más pequeños, pero que se concentran básicamente en cuestio­nes teológicas. A pesar de sus métodos diferentes, el objetivo de los grupos islámicos es único: transformar la sociedad en una sociedad islámica, modelada según la primera sociedad islámica, establecida por el Profeta Mahoma y sus compañeros en el marco de un Estado islámico. Consideran que la causa de todos los conflic­tos políticos, económicos y sociales del mundo radica en la au­sencia de este Estado. No hacen una distinción entre religión y Estado, y consideran que el Corán y la sunna son la base para to­dos los aspectos de la vida. Sus ideas están tomadas de lideres y movimientos islámicos de varios países, Hassan al Banna y Sayid Qutb de Egipto, Said Hawwa de Siria, Fathi Yakin del Líbano, Taqi al din al Nabhani de Palestina; Abu al Ala al Mawdudi de Pakistán y el Ayatola Jomeini de Irán. La organización madre de la Socie­dad de la Hermandad Musulmana fue creada en 1928 en Egipto por Hasan al-Banna con el objetivo de construir una sociedad islá­mica aplicando la ley islámica, la sharia. El primer grupo afín en Palestina fue creado en Jerusalén en 1945, pero donde fue más popular fue en la Franja de Gaza por su participación en la gue­rra Palestina de 1948. Uno de sus más prominentes simpatizantes fue Yasser Arafat, de quien se dice que incluso fue miembro de la sociedad.
Si bien son muchos los factores que contribuyeron al desa­rrollo de los movimientos islámicos en Cisjordania y la franja de Gaza, hay que verlo en el contexto del resurgimiento islámico a nivel regional y mundial en reacción a lo que es percibido como la hegemonía occidental. El resurgimiento del islam tuvo como objetivo -desde sus inicios- frenar la declinación de los valores islámicos tradicionales, enfrentar la occidentalización de sus sociedades, y restaurar su carácter islámico.
En el caso particular palestino, una sucesión de factores externos también tuvo una influencia decisiva. En primer lugar la derrota árabe de 1967 fue interpretada por la Sociedad como una derrota del pensamiento secular, nacionalista y socialista en el mundo árabe y una "venganza divina", un castigo de Dios por la falta de adhesión al islam. Esta sería la causa principal del desastre. La contracara -para ellos- es la victoria israelí, pro­ducto de la adhesión de los judíos a su religión. También influyó la revolución del petróleo que amplió la influencia de los países árabes productores de petróleo, especialmente Arabia Saudita y los países del Golfo que tenían una fuerte orientación islámica. Esta riqueza y poder benefició ampliamente a los movimientos is­lámicos dentro y fuera de los países petroleros.
En Cisjordania y Gaza, la adhesión a los grupos islámicos se debe a la continuidad de la ocupación israelí, una amenaza a la identidad árabe y palestina. Sin embargo, es importante señalar que después de la ocupación en 1967 -cuando comenzó la resisten­cia palestina armada- la Sociedad se mantuvo al margen, no parti­cipó de ella y no pudo crecer como una activa fuerza política. Su objeción a la lucha armada se basaba en dos cuestiones bási­cas: que estuvo preparando a una generación de musulmanes capaces de combatir al enemigo y que apoyar la lucha armada le hubiera dado a las autoridades israelíes un pretexto para golpear prema­turamente a la Sociedad. Antes de la Intifada -y conscientes de las críticas de los nacionalistas respecto a su falta de lucha contra la ocupación israelí- la posición de la Sociedad fue cam­biando gradualmente hacia una postura más militante.
Para puntualizar su desarrollo posterior se pueden señalar varios puntos. Primero: la mayoría del pueblo palestino es mu­sulmana, y el islam juega un rol importante en la sociedad pales­tina; por lo tanto, el movimiento islámico pudo lograr el apoyo de amplios segmentos de la población. Segundo: al perder la OLP sus bases en Jordania y el Líbano se debilitó su influencia en los territorios ocupados, lo que permitió que crecieran los movi­mientos islámicos. Tercero: el apoyo que recibieron de impor­tante segmentos sociales palestinos, de algunos gobiernos árabes y de movimientos islámicos de otros países. Cuarto: el apoyo de lideres dentro del movimiento Al-Fataj, ya que algunos de ellos comenzaron sus actividades políticas en movimientos islámicos, y continuaron teniendo simpatías hacia éstos. Quinto: el creci­miento de la resistencia islámica en el sur del Líbano y su acti­vidad militante contra la invasión israelí en 1982. Sexto: los ataques espectaculares realizados contra blancos norteamericanos e israelíes en el Líbano. Séptimo: el asesinato del presidente egipcio Annwar Sadat por un grupo militante islámico en 1980. Tomando en cuenta la relación OLP-movimientos islámicos, se puede decir que el crecimiento de los grupos islámicos es proporcional al debilitamiento de la OLP después de su expulsión de Jordania en 1970-71 y del Líbano en 1982.

PB: Este es el marco general, pero concretamente, ¿cómo se desarrolla la Sociedad en Palestina, cuáles son sus rasgos parti­culares?

ZAA: El primer centro Islámico (al-Mujamma al-islami) que representó una cobertura para las actividades de la Sociedad en Gaza se creó en 1973. Este centro nació como una mezquita, pero ligado a ella había una clínica, un club deportivo, una escuela de enfermeras, un salón para fiestas, un comité de Zakat ([6]), y un centro para actividades femeninas. Entre los fundadores estaba el Sheij Ahmad Iassin y el Dr. Abd al Aziz al Rantisi ([7]). Seis años después de su creación tenía más de dos mil miembros y una licencia legal otorgada por las autoridades israelíes. También en Gaza, en 1978, se creó la Universidad Islámica, considerada el principal bastión de la Sociedad, donde se gradúan líderes islá­micos educados y aptos para ocupar posiciones claves en la socie­dad. Los miembros de la Sociedad son conocidos por su conducta correcta, benevolente, y sus posturas contra la corrupción. La orientación religiosa de los grupos islámicos obviamente tenía simpatía en una sociedad esencialmente musulmana. Su retórica también era antiisraelí, pero fue tolerada debido a la naturaleza religiosa de sus publicaciones. Hasta la Intifada. Con la Inti­fada cambia todo, porque sus publicaciones pasaron a tener mensa­jes de fuerte contenido político. La sociedad considera que toda Palestina es tierra islámica, que Israel no tiene derecho a exis­tir, que nadie tiene el derecho de ceder ninguna parte de Pales­tina y que cualquier arreglo político que deje a Israel intacta es una traición.
El movimiento islámico también logró capitalizar varios he­chos: las diferencias y divisiones dentro de la OLP, la represión que ésta sufrió por parte de los israelíes y el trato diferente dispensado por Israel ya que la Sociedad no participaba de la re­sistencia armada. Esto último les permitió construir una estruc­tura organizacional que llegara a las masas y organizarlas sin ser prácticamente molestados por los israelíes([8]). La Sociedad también utilizó dinero, Zakat, para ayudar a las familias necesi­tadas, construir jardines de infantes, colegios e instituciones de caridad, dedicarse a las actividades religiosas y celebracio­nes. Para todo esto las mezquitas fueron un excelente lugar desde donde propagar sus ideas. A diferencia de cualquier otra institución, la mezquita siempre está abierta y durante años es­tuvo a resguardo de la interferencia de las autoridades israe­líes. Los islamistas siempre fueron muy conscientes del signifi­cado de la mezquita para extender y consolidar su influencia po­lítica frente a las fuerzas nacionalistas y seculares. Por esta razón, construyeron más y más mezquitas; lógicamente, a medida que la población religiosa crecía se necesitaban más mezquitas. El crecimiento del número de mezquitas fue impresionante; en 1967 había unas cuatrocientas en Cisjordania, diez años después más de setecientos cincuenta. En la Franja de Gaza, en el mismo pe­ríodo, de doscientos aumentaron a seiscientos.

PB: La Intifada es un punto de inflexión en la historia de los palestinos. A nivel internacional fue acogida con simpatía; los medios de comunicación, con las imágenes de los soldados is­raelíes apaleando mujeres y niños invirtieron los roles de agre­sores y agredidos; obligó a un cambio de actitud de los israelíes hacia los palestinos, y marcó también la aparición combativa de los movimientos islámicos. ¿Cuál fue el trasfondo de la Inti­fada?

ZAA: La razones que causaron la Intifada deben rastrearse en veinte años de ocupación israelí y su política de minar la exis­tencia nacional y material de los palestinos en su propia tierra. Israel confiscó tierras árabes y lanzó una política de asenta­mientos agresiva que dejó fragmentada geográfica y demográfica­mente a Cisjordania y Gaza. La política de "mano dura" israelí resultó en perdidas de vida, arrestos, cárceles, estado de sitio, el cierre de centros educativos, impuestos injustos y toda una serie de medidas que afectaron absolutamente a todos los palesti­nos. Se puede decir que no hay casa palestina que no haya sido tocada por esta política. Además, y no menos importante, la ac­tividad de los fanáticos derechistas israelíes, pobladores de los asentamientos, sin dudas fue un catalizador para la expansión de la influencia islámica.
Pero también existe una diferencia respecto de las clásicas políticas coloniales; la ocupación israelí fracasó en su intento de ganarse la simpatía o apoyo de algún sector importante de la población palestina que vive bajo ocupación. Incluso las clases sociales que suelen aliarse a las ocupaciones extranjeras se en­frentaron a la ocupación israelí.
Lo más interesante para destacar respecto de la Intifada es que tomó por sorpresa tanto a la OLP como a la Sociedad, y, aun­que ambos reclamaron estar detrás de su estallido, es un hecho que la Intifada irrumpió sin que ninguno de los dos tomara la de­cisión política de comenzar con la revuelta. Como respuesta a la irrupción de la Intifada, el 9 de diciembre de 1987 hubo una reu­nión en la casa de Ahmad Iassin de la cual participaron los líde­res más importantes del Centro Islámico de la Franja de Gaza y de la cual surgió el primer núcleo de liderazgo de Hamas. Esta reu­nión se realizó un día después de que un camión israelí chocara dos coches que transportaban trabajadores palestinos, matando va­rios de ellos; hecho puntual que dio pie al levantamiento popu­lar.([9]) Hamas emerge en un contexto de desilusión respecto de los movimientos políticos palestinos seculares incapaces de fina­lizar con la ocupación israelí. Hamas responde a la necesidad de brindar un confort sicológico, de fuerza, para soportar la situa­ción existente; elementos todos que una ideología religiosa por lo general brinda. Como solía decir Ahmed Iassin, "cuando todas las puertas están cerradas, Alá abre una compuerta". Ellos lo­graron combinar patriotismo con pureza moral, y acción social con la promesa de gracia divina. No sólo la liberación de la patria sino también la redención de las almas". Después de su surgi­miento nació un cuerpo militante especial denominado Kataib Izz al Din al Qassam atacando israelíes y colaboradores palestinos.

PB: En su libro "Islamic Fundamentalism in the West Bank and Gaza" usted analiza la evolución de HAMAS; lo significativo es que mientras HAMAS está enfrascado en una lucha militar contra Israel usted señala que está dispuesto a un compromiso político.

ZAA: Es verdad, yo pienso que HAMAS intenta llegar a un com­promiso con Israel. Aquí hay que tomar en cuenta dos elementos. En primer lugar, que HAMAS es el ala de un movimiento reformista, la Sociedad de la Hermandad musulmana; epistemologicamente y doc­trinariamente es la continuidad de un movimiento reformista. No es un movimiento que rechaza esta sociedad o que piensa que hay que destruirla. Su fundador en Egipto, Hassan el Banna fue al­guien que trató con los gobiernos seculares, llegó a acuerdos, forjó alianzas, negociaciones, incluso participó de procesos electorales. Ideológicamente la Sociedad es una continuación de Hassan el Banna, su fuente de inspiración. Lo que se ve ahora es una aplicación diferente de la táctica, una cuestión política. En segundo lugar, no hay que olvidar que HAMAS es un movimiento político. y los movimientos políticos piensan primero en sus in­tereses políticos. A veces necesitan apelar a la violencia si consideran que sirve a sus intereses y a veces piensan que deben recurrir a un camino no-violento. Tienen que hacer un "cuadro de situación" y ver qué sirve mejor a sus intereses políticos; como cualquier otro partido político hacen el cálculo de lo que ganan y pierden cada vez que actúan. HAMAS funciona así, con objetivo inmediatos, intermedios y finales. Su atención está puesta en to­dos estos objetivos, pero son concientes de que algunos pueden alcanzarse más fácil y más rápidamente. No van a decir que no van a hacer nada que no tenga que ver con el objetivo máximo por­que son reformistas y creen en una actitud que les permita crecer gradualmente. Por ejemplo, si ellos pudieran tomar el poder en la franja de Gaza, sin tener que pagar un precio alto para eso, lo harían. Si pensaran que pueden sacar una buena tajada nego­ciando con Israel, también lo harían; pero de una manera que no pudiera debilitar su fin último y su ideología, porque la ideolo­gía es muy importante para ellos. De todas maneras es importante señalar que Ahmed Iassin, preso desde 1989, no es un líder debido a sus contribuciones doctrinales o teológicas. A diferencia de Jomeiní en Irán, Ali Shariati, o Muhammad Hussayn Fadlalla en el Líbano, el liderazgo de Iassin debe ser visto en el contexto político de Palestina.

PB: ¿Usted menciona a Mohamad Husein Fadlalla, uno de los líderes del Hezbolá libanés que está enfrascado en una guerra contra la ocupación israelí del sur del Líbano. ¿Usted cree que -como parte de la lucha militar- el Hezbola puede haber organi­zado los ataques en la Argentina?

ZAA: Sobre la participación del Hezbolá en los atentados en la Argentina, me cuesta mucho definir una posición porque no soy un experto en Hezbolá, pero sí es posible; tampoco excluiría una cierta participación iraní en el atentado al avión de Lockerbie. Hay muchos islamistas que no están dispuestos a sucumbir ante la hegemonía externa y la fuerza. Algunos de los líderes del Hez­bolá fueron secuestrados por Israel y eso no estuvo avalado por una acción legítima. Yo creo que HAMAS y la Yihad islámica llega­ron a la misma conclusión: que el único idioma que entienden Is­rael, los americanos y Occidente es el de la fuerza. Por esta razón, golpear en otro lado, para ellos, no representa un pro­blema.

PB: El Hezbolá suele reivindicar abiertamente sus atentados, en el caso de los realizados en la Argentina negó su participa­ción. ¿Es posible que realice un atentado y no se lo adjudique?

ZAA: No necesariamente lo reivindican. Nuevamente, hay que ver el contexto y si ellos consideran que reconocer o negar un atentado les sirve a sus intereses. La idea no es hacer algo que los afecte o los conduzca a un desastre. Pero en el pensamiento shiíta existe el concepto de Takiya, por el cual uno puede ocul­tar sus verdaderas intenciones si esto sirve a sus intereses o si al expresar abiertamente sus creencias puede dañar al islam.

PB: Usted hace referencia a las cuestiones tácticas de los movimientos islámicos, y que siempre piensan qué sirve o no a sus intereses. En la mayoría de las universidades los grupos islámi­cos son muy activos en lo político, ¿les sirve hacer mención de las cuestiones teológicos? ¿Son también activos en el ámbito te­ológico?

ZAA: No, básicamente discuten sobre política porque si dis­cutieran solamente teología se convertirían en una fuerza irrele­vante, alejada de los problemas de la gente. Sus mejores posibi­lidades de reclutar gente son cuando ofrecen una respuesta a las cuestiones políticas, que es lo que preocupa a todos los estu­diantes y a la población en general. En la Universidad de Bir Zeit, donde yo enseño no hay ni siquiera una mezquita; ellos es­tán peleando por tener una, pero pueden utilizar cualquier sala para sus rezos. Tampoco le dedican mucha atención al tema del velo, sólo algunos trabajan sobre el tema, especialmente entre las mujeres.

PB: ¿Dentro del contexto ideológico-político de HAMAS, qué significan los ataques suicidas contra israelíes, una radicaliza­ción, una nueva táctica, un cambio en los aspectos ideológicos?

ZAA: Los ataques suicidas son una táctica, no son un fin en sí mismo. Supuestamente deben servir a objetivos medios e inter­medios: ser reconocidos y obtener una mayor porción a nivel local y un reconocimiento por parte de Israel. HAMAS sabe que plan­tando cientos de ataques suicidas en el corazón de Tel Aviv no va a hacer desaparecer a Israel. Ellos son concientes de eso. La idea no es liberar Palestina e implantar un Estado islámico, sino presionar con sus objetivos mediatos e inmediatos que responden a un clamor legitimo respecto de lo que pasa en Jericó y Gaza y el resto de Palestina. Estas tácticas sirven para debilitar la auto­ridad de Arafat y presionar a Israel para que tenga que conversar y negociar con HAMAS, no en los términos humillantes -como ellos dicen- que lo está haciendo Arafat. Un año después del surgi­miento de HAMAS, el 1 de junio de 1988, el Dr. Mahmud al-Zahar de Gaza se encontró con Rabin y le propuso que Israel declarara su intención de abandonar los Territorios Ocupados para que éstos fueran ocupados transitoriamente por las Naciones Unidas. Pro­puso que después se llegara a una etapa final de negociación para definir la naturaleza de las relaciones entre ambas partes. Sin embargo, también es cierto que las declaraciones de los líderes islámicos son ambivalentes. Por un lado Iassin dice que no quiere destruir a Israel, pero por el otro dice que la solución es vivir en un mismo Estado -islámico- donde el "pueblo del libro" -judíos y cristianos- será tratados de acuerdo a las enseñanzas islámi­cas.
A través de la Intifada la Sociedad logró transformar al is­lam -largamente acusado de conformidad con el status quo- en una teología liberadora. La popularidad y fuerza de HAMAS pueden me­dirse por su participación en la Intifada que lo convirtió en la segunda fuerza política después de Al-Fataj.([10]) Concretamente, pueden convocar a una huelga y tener una respuesta positiva. Su presencia fue tan importante que incluso llevó a un cambio del discurso nacionalista secular. Durante la Intifada los naciona­listas recurrieron de manera frecuente a referencias islámicas. Su influencia también se sintió en las relaciones sociales y la conducta de la sociedad palestina en los territorios ocupados. Hubo un cambio hacia posturas más conservadoras, hoy más gente frecuenta las mezquitas y más mujeres portan el velo. Hay que destacar que el abandono -por parte de la OLP- del discurso revo­lucionario y su giro hacia el realismo político y el pragmatismo creó una vacío político e ideológico. Después de la muerte de las ideologías seculares el islam se convirtió en la única doc­trina válida que podía llenar este vacío para mantener una equi­librio ideológico y sicológico en la sociedad palestina.

PB: HAMAS aparece en los territorios ocupados por Israel desde 1967 como el movimiento islámico que representa a la pobla­ción musulmanae, ¿a qué se debe el surgimiento y desarrollo de otro grupo, la Yihad islámica?

ZAA: A raíz de la guerra de 1967 y la ocupación israelí se produjo una profunda crisis en la Sociedad. En 1980 un grupo crítico de la orientación ideológica tradicional se alejó y formó la Yihad Islámica liderada por Fathi al-Shaqaqi ([11]) y Abd-al-Aziz Auda. Por influencia de la Yihad Islámica, en Israel emer­gió un grupo denominado Usrat al-Yihad, (la familia de la Yihad) dirigido por el Sheij Abdala Nimer Darwish quien estuvo preso du­rante tres años, acusado de pertenecer a una organización hostil al Estado de Israel. Pero Darwish abandonó la idea de establecer un Estado islámico en Palestina y ahora propone la coexistencia entre el Estado de Israel y un futuro Estado palestino vecino.
Para la Yihad, además del Ayatola Jomeini, los tres grandes líderes islámicos son Hassan al-Banna, Sayyid Qutb e Izz al Din al Qassam. Qutb fue quien decía que se estaba en la era de la ignorancia, una era similar a la que existía antes del adveni­miento del islam y tal vez peor.([12]) El hablaba de una "vanguardia islámica" sin la cual el renacer islámico sería impo­sible; hoy la Yihad se considera esa vanguardia. Al Qassam es considerado el pionero del movimiento y el primer lider palestino que llevó adelante la resistencia armada en la moderna historia de Palestina; el verdadero padre de la revolución palestina ar­mada. Nacido en Siria, estudió en la universidad Al Azhar de Egipto donde fue discípulo del Sheij Muhammad Abdu ([13]). Al Qas­sam lucho contra el colonialismo británico y el sionismo tal cual lo está haciendo la Yihad contra la ocupación israelí. Una carac­terística de Al Qassam -seguida por la Yihad- es que consideraba que los campesinos y las clases pobres serían los que llevarían adelante la Yihad. Al Qassam, consciente de que su Yihad iba a terminar en el martirio, murió en un enfrentamiento con las tro­pas británicas en 1935. La misma idea del martirio domina hoy el espíritu de los jóvenes que engrosan las filas de la Yihad y para quienes los actos de suicidio son actos de martirio. En su mo­mento Al Qassam veía en Gran Bretaña y el sionismo las dos caras de la misma moneda; la Yihad hoy ve a los Estados Unidos e Israel de la misma manera. Si bien el islam es el máximo marco de refe­rencia del movimiento liderado por Al Qassam en los años treinta, y de la Yihad islámica hoy, ambos establecen una relación espe­cial entre religión y nacionalismo, ciertamente influenciados por la experiencia de Al Qassam, en su momento un símbolo de los po­bres.
La otra fuente de inspiración en términos de ideas y prac­tica para la doctrina e ideología de la Yihad fue la revolución iraní. Jomeini se convirtió en un símbolo de la revolución islá­mica y líder de su renacimiento. En 1979, un año antes de la cre­ación de la Yihad, Al-Shaqaqi publicó el libro "Jomeini, la solu­ción islámica y la alternativa". Por otra parte, los líderes de la Yihad estuvieron -desde sus inicios- influenciados por grupos islámicos militantes de Egipto, los mismos que son responsables del asesinato del presidente Sadat en 1981. Para la Yihad, el peligro de Israel no es solamente la ocupación de Palestina, ve a Israel como parte de un plan para fragmentar la Umma, occidenta­lizarla, subyugarla, esclavizarla.

PB: ¿Cuáles son las diferencias políticas o teológicas entre ambos movimientos?

ZAA: La Yihad y la Sociedad comparten en grandes rasgos la ideología y principios islámicos y buscan establecer un Estado islámico. Las diferencias entre ambos no son epistemológicas o doctrinales, emanan de una diferente interpretación de la doc­trina en lo que respecta a los temas políticos y sociales. Com­parten la idea de que el problema palestino es un problema islá­mico que concierne a todos los musulmanes y no un problema nacio­nal o pan-arabe que concierne solamente a los árabes. Se puede decir que las diferencias radican en tres ámbitos: la cuestión palestina; la actitud ante el orden existente en el mundo árabe y la actitud hacia la revolución en Irán.
La Sociedad considera que deben reunirse tres condiciones básicas antes de comenzar la Yihad por Palestina: 1) Debe comen­zar después de completarse la transformación islámica de la so­ciedad palestina. 2) Debe completarse el proceso de resurgimiento del islam. 3) Debe retornar el islam a la región. Solamente en­tonces tiene sentido el llamado a la Yihad porque los palestinos solos, sin la ayuda de los otros musulmanes, no pueden liberar Palestina. A diferencia de las fracciones nacionalistas de la OLP, la Sociedad no hace distinción entre judíos, sionistas e is­raelíes; su insistencia en la utilización del termino "judío" es justamente porque para ellos la naturaleza del conflicto es reli­gioso.
A diferencia de la Sociedad que considera que la victoria del llamado islámico es central como paso previo a la resolución del problema palestino, la Yihad considera a Palestina como su tema central; por esta razón prioriza la eliminación de la domi­nación israelí. Para la Yihad la solución es una guerra popular de liberación islámica que lleve a la destrucción de Israel y la creación de un Estado islámico en Palestina.
La Yihad considera que el movimiento nacionalista árabe fue un hijo legitimo del asalto occidental contra la nación islámica, tal cual lo fue el movimiento sionista. Entre otras diferencias, los miembros de la Yihad consideran que los problemas de la so­ciedad árabe no pueden ser resueltos por una reforma gradual, por lo tanto rechazan las ideas tradicionales de la Sociedad ya que las consideran reformistas. Consideran que solamente la acción revolucionaria de una vanguardia islámica es capaz de implementar una guerra contra Israel e imponer un sistema islámico. Mientras la Sociedad es reformista y está dispuesta a pactar, ellos son los decisivos y revolucionarios. También los critican por no ha­ber emprendido la lucha armada mientras lo hacían las fracciones nacionalistas y seculares. Claro que, en la discusión, la Socie­dad siempre recurre a las palabras de Hassan al Banna, fundador de la Sociedad madre cuando decía que la fuerza máxima es la doc­trina y la fe, quedando en segundo lugar la fuerza de las armas.
La Yihad critica la pasividad y coexistencia de la Sociedad hacia regímenes que tienen fuertes lazos con occidente, especial­mente Arabia Saudita, Egipto y Jordania. También rechaza la con­ciliación con los regímenes árabes porque los considera fruto de la invasión occidental del mundo árabe. Considera astilla del mismo palo al presidente sirio Hafiz al Assad, al presidente li­bio Muammar al Qaddafi, el rey Fahed de Arabia Saudita, el rey Hussein de Jordania y a Saddam Hussein. Sin embargo, dejó de atacar a Assad cuando algunos de sus líderes comenzaron a operar desde Siria después de ser deportados por Israel.

PB: Por lo que usted dice, las diferencias entre los grupos islámicos respecto al carácter de la revolución iraní es producto del análisis político que cada grupo hace de Irán.

ZAA: Seguro, tanto HAMAS y como la Yihad islámica ahora man­tienen una relación muy estrecha con Irán, y hay que tomar en cuenta que en la Yihad islámica no hay un sólo shiíta, porque no hay un solo shiíta en Palestina, así que el tema religioso no es un punto para tomar en consideración. Su fuente de inspiración es la revolución islámica y las enseñanzas de Jomeini, pero nadie está interesado en las enseñanzas teológicas de Jomeini o de los textos Shiítas, lo que importa es lo político.
La Sociedad considera que la revolución nació con principios islámicos y la miró favorablemente en sus comienzos. Pero rápi­damente cambió de opinión con el inicio de la guerra Irán-Iraq considerando que se alejó de los principios islámicos y no pudo establecer un Estado islámico ejemplar. Por el contrario, la Yi­had percibe la revolución iraní como el comienzo de un cambio y que Irán es el país que más ayuda a la cuestión palestina. Acusa a la Sociedad de ampararse en la disputa entre shiítas y sunnitas como pretexto para adoptar una postura hostil hacia la revolución islámica de Irán, a pesar de que la mayoría de los movimientos afines a la Sociedad mostraron sus simpatías hacia la revolución. Pero la Sociedad critica a la Yihad de estar ligada a Irán, se­guir sus pasos, ser un movimiento shiíta, aliarse con los comu­nistas y concentrarse sólo en asuntos políticos, relegando la im­portancia de la educación islámica.
Hasta la irrupción de la Intifada la relación entre ambos movimientos era negativa e incompatible, incluso hubo enfrenta­mientos violentos entre ellos. Las diferencias se achicaron por la participación de la Sociedad en la Intifada, la creación de HAMAS y una actitud más favorable hacia Irán por parte de la So­ciedad.

PB: ¿Si se realizaran elecciones libres en el marco de un Estado Palestino independiente, existe la posibilidad de que los movimientos islámicos más importantes, es decir, HAMAS y la Yihad logren una mayoría?.
ZAA: No, no pueden lograr la mayoría. Es difícil decir qué porcentaje pueden sacar, depende de las circunstancias que rodeen el proceso electoral. La sociedad palestina es muy volátil, desa­rraigada, todo es inestable, existe una situación de desarraigo e insatisfacción. Esto permite pensar que se puede manipular muy fácil a la gente y a la opinión pública por medio de un evento espectacular -cualquiera sea su origen- que pueda tener una in­fluencia sin precedentes. Por ejemplo, ¿qué pasaría si desapare­ciera Arafat? Crearía un caos, un desbalance. Pero si hubiera elecciones hoy, en una situación de normalidad, yo creo que HAMAS conseguiría un treinta por ciento de los votos, no más que eso. En las universidades es diferente, su peso real en mayor, alrede­dor del cuarenta por ciento.

PB: Los movimientos islámicos palestinos se han desarrollado y convertido en una alternativa política real frente a la OLP, hecho de por sí notable si se toma en cuenta que tanto los regí­menes árabes como el Estado de Israel intentaron durante décadas -sin éxito- crear substitutos al liderazgo de Yasser Arafat. ¿Usted cree que en el futuro los palestinos de los territorios ocupados estarán liderados por movimientos islámicos?

ZAA: Es imposible determinar si el movimiento islámico en Cisjordania y Gaza puede convertir al islam en una alternativa a la OLP. Va a depender -entre otros factores- si los movimientos islámicos logran encender nuevamente los sentimientos y creencias islámicas y si los palestinos van a querer darle a la identidad islámica preeminencia por sobre la identidad nacional. El mismo George Habash([14]) dijo que la senda religiosa podría imponerse si la OLP abandona la lucha armada y continúa con un curso deviacio­nista y de capitulación. En ese caso las masas palestinas po­drían alinearse detrás de aquellas fuerzas que aparecen como ca­paces de continuar la lucha para lograr la liberación de pales­tina. Sin embargo, por el otro lado, la sociedad palestina tiene una larga tradición secular y hay una minoría cristiana impor­tante en Jerusalén, Ramala y Belén. Muchos miembros de esta co­munidad son políticos influyentes, académicos, hombres de nego­cios, periodistas. Muchos colegios cristianos -a los cuales tam­bién asisten musulmanes- juegan un rol importante en la cultura nacional y política palestina.
Otro problema de los movimientos islámicos es su carencia de líderes importantes. Muchos de ellos fueron expulsados de Cisjor­dania y Gaza, Ahmed Iassin está preso y un vacío de liderazgo puede dar pie a luchas internas entre una nueva generación de jó­venes menos experimentados. El movimiento islámico no es homogé­neo; los dos principales grupos tienen varias diferencias entre ellos y a nivel interno la homogeneidad dista de ser total.
Tampoco hay que olvidar que la OLP tiene una gran legitimi­dad fruto de 25 años de resistencia nacionalista a la ocupación israelí. Hasta que los movimientos islámicos no abracen un pro­grama nacionalista bien definido que responda a las aspiraciones del pueblo palestino y subraye su derecho a la autodeterminación y la posibilidad de tener un Estado propio, es difícil que puedan constituirse en una alternativa a la OLP. Esto no quita que pueda lograr mayor apoyo popular si la OLP no logra los objetivos nacionales que definió para sí mismo. Podemos afirmar que los fracasos de la OLP llevan agua al molino de los grupos islámicos.
[1] Abu Amr, Ziad; Islamic Fundamentalism in the West Bank and
Gaza; Indiana University Press 1994.
[2]. HAMAS es el acrónimo de Harakat al-Muqawama al-Islamiyya
(Movimiento de Resistencia Islámica), que en árabe forma la
palabra entusiasmo o fervor.
[3]. En las elecciones al Consejo Estudiantil de la Universidad
en 1996 el conjunto de las agrupaciones islámicas obtuvo el
43,12% de los votos, nueve puntos más que en 1995. Las
agrupaciones pro-FATAJ obtuvieron el 32,16%, ocho puntos
menos que en 1995. Press Briefing: Student Council
Elections 1996, Produced by the Bir zeit Public Relations
Office, Wed, 8 May 1996; by Public Relations Office

[4]. El 30 de octubre de 1992 se realizaron las primeras
conversaciones de paz entre israelíes y palestinos en Madrid
[5]. Goytisolo, Juan: "Argelia en el vendaval", Capítulo 3; en El
País, Madrid, 29.3.94. Pag.8. (También publicado con el
mismo título como libro por Ed. Aguilar/El País, Madrid
1994, pag. 25)
[6]. Zakat (caridad) es uno de los cinco pilares del islam junto
al ayuno del Ramadán, la declaración de la fe, el rezo
diario, y el peregrinaje a la Meca)
[7]. El Dr. Abd el-Aziz al-Rantisi fue el portavoz de los 413
palestinos deportados por Israel hacia el Líbano en
diciembre de 1992. A su regreso fue encarcelado y el 23 de
agosto de 1995 fue sentenciado a 70 meses de prisión acusado
de ser uno de los líderes de HAMAS. (April 17 Bulletin,
August 18-31, 1995; Political Prisoners Project of the
Alternative Information Center; Jerusalén)
[8]. Ver nota 21, pag.13.
[9]. Abu Amr desarrolla ampliamente estos conceptos en The
Intifada - Causes and Factors of Continuity", Palestinian
Academic Society for the Study of international Affairs,
Jerusalem 1994.
[10]. Jarakat al Tajrir al Falastini-JATAF (El movimiento de
liberación de Palestina). Invirtiendo sus siglas se forma
FATAJ, la organización creada por Arafat en 1959 y la más
numerosa dentro de la OLP.
[11]. Probablemente asesinado por Israel en Malta el 29 de octubre
de 1995.
[12]. Para Said Qutb tanto el sistema capitalista como el
comunista eran manifestaciones de esta era, conocida en la
terminología islámica como Yahilía (estado de ignorancia).
Musallam, Adnan; Sayyid Qutb - The Emergence of the
Islamicist 1939-1950. Palestinian Academy Society for the
Study of International Affairs (PASSIA), Jerusalén 1990.
[13]. Muhammad Abdu (1849-1905) fue uno de los grandes reformistas
del pensamiento islámico en el siglo XIX
[14]. Líder máximo del Frente Popular para la Liberación de
Palestina, una de las corrientes marxistas en el seno de la
OLP.

jueves, 15 de enero de 2009

Saad Ghorayeb- Will Hizballah intervene in the Gaza conflict?

Will Hizballah intervene in the Gaza conflict?
Amal Saad-Ghorayeb,

Amal Saad-Ghorayeb is a Lebanese political scientist, scholar and analyst who teaches at Lebanese American University, and author of book Hizbullah: Politics and Religion. She is currently working on a book on Iran's regional alliances with Hizballah, Hamas and Syria for IB Taurus which is due to be published in 2010.
While Israel fervently attempts to terrorize the Palestinians into submission in Gaza, many observers have started to wonder why Hizballah has refrained from stepping in militarily to assist its brothers-in-arms, Hamas. Such musings fail to take account of the constraints on Hizballah's room for action, as well as the circumstances under which Hizballah would ignore such constraints. The question that should be posed is not so much if Hizballah will act, but when.As things currently stand, Hizballah is not in a position to directly help Hamas militarily by opening a new front with Israel. In the first place, Hizballah and its supporters have only recently recovered from the devastating impact of Israel's war against them in July 2006. A Hizballah offensive against northern Israel would surely be met with "disproportionate" force on Israel's part, which Israel has been threatening as much for several months now. Mass destruction and devastation aside, Hizballah would once again be faced with intense domestic pressures to disarm, and possibly, more externally manufactured, locally-executed conspiracies hatched against it that could drag it into the kind of civil warfare that the movement found itself in during May 2008.Armed action by Hizballah would not only hurt the movement but would also harm Hamas whose status as a nationalist resistance movement, capable of defending its own people, would be greatly undermined and its raison d'etre called into question. Furthermore, since Hamas has thus far managed to withstand the Israeli onslaught on its own without suffering any significant damage to its organizational hierarchy or military infrastructure, Hizballah does not regard an intervention on its part as an exigent need.The preconditions for Hizballah's active engagement in the conflict are two. First, if Hamas is left bleeding to death on the battlefield, either due to the decapitation of its leadership ranks or if its military infrastructure suffers a significant blow, drastically impairing its military performance and leading to its eventual collapse, Hizballah would likely step in. Second, if the organization is forced to accept a conditional ceasefire along the lines of the current French-Egyptian proposal that meets all of Israel's key demands while weakening Hamas militarily and politically, Hizballah would feel compelled to come to its rescue.For Hizballah, the need to act under such circumstances would override all the attendant costs that come with such action -- a calculation which takes as its basis Hizballah's moral responsibility towards the Palestinians and the shared strategic fate between the two resistance movements. As expressed by Hizballah Secretary General Hassan Nasrallah on 16 July 2008: "[the resistance] is one project and the resistance movement is one movement and has one course, one destiny, one goal, despite its different parties, factions, beliefs, sects and intellectual and political trends ... Resistance movements in this region, especially in Lebanon and Palestine, complement one another and are contiguous groups ..."Hizballah's view of the conflict in GazaThis moral and strategic imperative to act is also based on Hizballah's understanding of the current war as but one episode of an open-ended and comprehensive war waged by the US-Israeli-"moderate" Arab axis against the jabhit al-mumana'a (political and military resistance front) which includes Iran, Syria, Hizballah and Hamas. According to this narrative, the events unfolding are simply an extension of the July War of 2006, as evinced by Israel's admission that one motive behind its current onslaught is to restore the deterrence capability and image it lost in July 2006. Further bolstering this view is the virtually identical stand moderate Arab regimes have taken on Gaza as the one taken in July 2006. In fact, the perception of the Arab role has shifted from one of "silence" and concealed "collaboration" with Israel in the July War, to open "cooperation" and "partnership" with the Zionist state in its war against Gaza. So blatant has Arab, and especially Egyptian, government support for Israel's military campaigns become, that even UN Secretary-General Ban Ki-moon (known for his sympathies to the US and Israel) chided Arab regimes on 29 December for "not doing enough" to help the Palestinians in Gaza, while Israeli officials and media continue to knowingly embarrass their moderate Arab allies by flaunting their newly out-of-the closet relationship.Considering the extent of Arab cooperation with Israel in its latest military (mis)adventure and in view of the ferocity of the latter, the current Gaza episode is deemed a particularly dangerous moment in the regional conflict insofar as it represents not merely a war against Hamas, but against the Palestinian cause, or as Nasrallah described it on 29 December, "the fate of Palestine." Given that the Palestinian cause is embodied by Hamas and defines the political identity of its regional allies, this conflict is one in which the ideological and strategic stakes for all members of the resistance front are extremely high. Nasrallah admitted as much in his 28 December speech: "what is happening in Gaza will have repercussions not only for Gaza alone or Palestine, but for the entire umma [a term used to refer to the Arab nation in a secular nationalist context and for the world community of Muslims]. We must continue work and not be satisfied with an activity here, a demonstration there ... we must exert every effort to defend our people."Hizballah's regional strategy in the Gaza conflictFor Hizballah, the Israeli offensive against Gaza must have been foreseeable given Israel's repeated violations of its ceasefire agreement with Hamas over the past several months and the latter's refusal to renew it at least a month before it expired. It is more than likely that Hizballah has been preparing for this eventuality alongside Hamas for some time now. In a sign of such coordination, on 15 December Nasrallah used a televised speech to mobilize popular support for an "open ended" campaign to lift the siege on Gaza that was to be launched on 19 December, several days before the Israeli assault began. It is no coincidence that the Hizballah leader chose to make this announcement one day after Hamas' political head, Khaled Meshal, formally declared the movement's ceasefire with Israel over on 14 December.Over and above this political coordination, Hizballah must have helped Hamas ready itself for such an Israeli operation by providing weapons and training, as well as through joint military planning. Hizballah officials' strong confidence in Hamas' military performance appears to stem from an intimate knowledge of the organization's capabilities. This conclusion reveals itself in the assertion made by the head of Hizballah's parliamentary bloc, Mohammad Raad, who claimed on 2 January that "the enemy will be surprised by the range of rockets found in the resistance's arsenal in Gaza." This argument is further bolstered by Nasrallah's admission in March 2002 that the three Hizballah officials whom Jordan had captured as they were trying to smuggle weapons into the West Bank, did in fact belong to the movement, as well as his declaration at the time that "to supply arms to the Palestinians is a duty ... it is shameful to consider such an act as a crime."Hamas' fighting style also seems to bear the hallmarks of the military tactics Hizballah used during the July War such as its use of underground bunkers and tunnel networks, as well as adopting similar rocket tactics, all of which suggest Hizballah's extensive training of Hamas' military forces. Nasrallah came close to admitting as much when he claimed on 31 December that "the resistance in Gaza benefitted more from these lessons [from the July War] than the Israelis." More than simply receiving military training, Hamas's military strategy appears to conform to the "new school of fighting" founded by Hizballah's assassinated military leader, Imad Mughniyeh (himself rumored to have personally trained and equipped several Palestinian groups over the years), which combines conventional and non-conventional, guerilla warfare that functions not only to liberate occupied territory, but to defend it from aggression.Hizballah's strategy vis-a-vis EgyptNot only did Hizballah coordinate its activity on the Gaza crisis with Hamas, but also with Iran. One such indication of this coordination was the fact that the Iranian campaign against Egypt's closure of the Rafah crossing was launched several days in advance of the one kicked off by Nasrallah, prompting Cairo to recall its diplomatic envoy from Tehran. On 12 December, Ayatollah Ahmad Khatami, a member of the Assembly of Experts with strong ties to Iran's Supreme Leader, Imam Khamenei, disparaged Arab regimes in language reminiscent of Khomeini's revolutionary discourse of the 1980s: "Forget about silence. They are cooperating with Israel." Referring to Egypt by name, in light of its cooperation with Israel on the Gaza siege, Khatami asked: "where has your Islam gone, where has your humanity gone?" In a similar vein, in his 28 December speech Nasrallah denied the existence of an Arab "silence," insisting that it was an Arab "partnership" with Israel. Like Khatami, Nasrallah also singled out Egypt by name, warning it that if did not open the crossing then it too would be "partners to the crime, partners to the murders and partners to the Palestinian tragedy." To that end, the Hizballah leader called on "millions" of Egyptians to brave government repression and take to the streets to express their outrage, similarly urging the Egyptian armed forces to apply pressure on the regime to open the crossing.While many have dismissed Nasrallah's verbal barrage on the Mubarak regime as little more than a diversionary or compensatory tactic designed to divert attention from or compensate for Hizballah's inaction, such a view fails to appreciate the unprecedented nature of this attack, as well as the wider strategy underpinning it. Not since the 1980s has Hizballah adopted such an inflammatory discourse against an Arab regime, or even singled out any one for attack. Not even during the July War, when Arab complicity with Israel was at its peak, did Nasrallah call on the Arab masses to exert pressure on their governments, nor did Hizballah's relations with those regimes take a turn for the worse thereafter. At the time, Hizballah clearly did not want to burn its bridges with Arab regimes or provide them with ammunition to invoke the Shiite scarecrow and stoke Sunni-Shiite tensions. In Gaza though, Hizballah has not found any such room for diplomacy and self-restraint. In his 7 January speech, Nasrallah warned that although Hizballah did not make enemies of those who had betrayed it during the July War, "we will make those who collaborate against Gaza and its people our enemies."Hizballah's policy shift and its coordination with Iran on this matter signal a joint Iranian-Hizballah strategy of exposing the Mubarak regime's collusion with Israel and pressuring it to lift its siege of Gaza. These goals also fulfill the grander objective of shaking the foundations of the Egyptian-Israeli alliance which, in turn, would serve to weaken Israel's regional position. A strategy of this kind is deemed necessary given Egypt's "public embrace" of Israel, as one Israeli journalist put it (Haaretz, 9 January). In contrast to the July War when Egypt and other moderate regimes confined their collaborative role to blaming Hizballah for Israel's aggression, this time round Egypt has not even bothered to feign neutrality while secretly trying to benefit from Israel's campaign against Hamas. In this war, Egypt cannot even play the role of conspiring mediator because it is in fact, a party to the conflict. Egypt's foreknowledge of Israel's operation -- some would even argue, its demand that Israel launch such an operation -- is now common knowledge, as is the false sense of security it lulled Hamas into prior to the Israeli assault.But the most palpable indication of Egypt's shared war aims with Israel is in its siege of Gaza and its ardent refusal to lift it. Hizballah and its allies view the opening of the Rafah crossing as being key to the outcome of the conflict. As Nasrallah explained on 28 December: "today the Egyptian stand is the cornerstone of what is going on in Gaza. If the crossing is opened, and water, food, medicine, and money, and even arms reach our people in Gaza, the epic victory in Lebanon will be repeated." Hizballah's wartime experiences demonstrate this fact only too well. Syria's opening of its border crossing with Lebanon, permitting the movement of weapons, goods and refugees, was pivotal to Hizballah's military success in 2006. In the case of Rafah, the opening of the border crossing is deemed even more indispensable for the Palestinians considering that it is not merely a supply line for Hamas, but a lifeline for Gaza's population who are besieged from all sides.While Nasrallah's strategy has failed to persuade Mubarak to open the crossing, it did serve to greatly embarrass his domestic and regional standing and reduce his regime's role to a purely defensive one, preoccupied with formulating lamentable counter-arguments to the Hizballah chief's accusations, and rallying its moderate allies to its defense. Furthermore, to cover up for its moral bankruptcy the Egyptian regime has now formulated a ceasefire initiative in the vain hope that it can somehow restore its lost regional role. For the Palestinians though (not to mention the vast majority of Egyptians and Arabs), no action on Egypt's part can compensate for the opening of the Rafah border crossing. Moreover, the initiative itself serves Israel's interests and military objectives, as well as as those of Mahmoud Abbas, in so far as it merely seeks to reinstate the Fatah-Israel agreement of 2005 which called for the supervision of the border by Fatah security men and European monitors. Although Hizballah has yet to comment on the initiative, Hamas has expressed "major reservations" about it, while Iran has rejected it outright. It can be therefore surmised that Hizballah's and Iran's forthcoming strategy will be to ensure that Hamas is not pressured to accept the Egyptian proposal, which would weaken it politically and militarily. Hizballah and its allies will strongly back Hamas' refusal to become the Islamist equivalent of Fatah.
Hizballah's readiness to intervene militarilyWhile some commentators have suggested that a rift has emerged within Hizballah over the circumstances under which it should assist Hamas militarily, such assumptions seem implausible. As mentioned earlier, Israel's offensive against Gaza could not have taken Hizballah by surprise and it is therefore highly unlikely that the party's leadership was caught off guard and has suddenly found itself subject to internal pressures to take immediate action. As one of the pillars of Hizballah's ideology and strategic vision, defending Hamas and the Palestinians from Israel, is by necessity an issue which enjoys a party consensus.Moreover, the party leadership has not publicly committed itself to a policy of restraint, nor is it likely that it has done so behind the scenes as some Lebanese officials in the rival March 14 camp have been claiming. When Lebanese parliament majority leader Saad Hariri announced earlier this month that he had received assurances from Saeed Jalili, the head of Iran's National Security Council, while the latter visited Beirut that Hizballah would not respond to the Israeli assault on Gaza, Nasrallah lambasted him for granting "free assurances" to Israel. In fact, upon contacting a reliable source at the Iranian embassy in Lebanon, this author was informed that no such assurances were given to Hariri on Jalili's part.The reason then for Hizballah's constructive ambiguity, whereby it neither confirms nor denies its intent to join the conflict, is clear: although its resistance has so far remained on the sidelines of the conflict, it is highly improbable that it would continue to do so if Hamas were on the verge of collapse. Based on the centrality of the Palestinian cause to Hizballah and its strategic role in confronting the US-Israeli project, it cannot allow Hamas to be crushed militarily on the battlefield or politically, by means of a humiliating ceasefire arrangement that would weaken the movement. It is in this context that we should read Hizballah's recent pledges to "never abandon" the Palestinian cause. In another indication of the resistance movement's readiness to militarily support Hamas, Nasrallah made an underreported request to his followers in one of his addresses on 29 December marking the Muslim holy day of Ashura: "I hope that you who gather in this place ... will always be ready to respond to any call, position and decision." While this can be construed to mean that Hizballah's followers were merely being asked to support its right to defend itself in case of an Israeli attack on Lebanon, it could be argued that Hizballah hardly needs to ask the party faithful who have more than proven their loyalty to the resistance movement to support its right to self-defense. Besides, Hizballah does not formulate positions or decisions on self-defense, which is considered not merely a non-negotiable right but a duty that is incumbent upon it.Scenarios of interventionAlthough an armed intervention on Hizbullah's part would incur the wrath of Israel, rallying popular Shiite support for such a strategy would not prove too difficult if Hizballah depicted it not so much as opening a new front but as legitimate self-defense. Israel has provided the resistance movement with more than enough provocations of which it can avail itself and thereby use to ignite a war with the Zionist state. Aside from Israel's continued occupation of the Shebaa Farms and Ghajar, which the Lebanese government has thus far been unable to liberate through diplomatic means, Israel routinely abducts Lebanese civilians from the Lebanese side of the Blue Line, most recently in December 2008.More frequently still, Israeli planes violate Lebanese airspace on a daily basis in violation of UN Resolution 1701. In fact, Hizballah issued a statement in July 2008 decrying the incursions as "provocative, unacceptable and condemned," urging the Lebanese government and relevant UN bodies to take necessary measures to end the violations. On 31 July 2008, Lebanon's Al-Akhbar newspaper, considered close to the movement, also reported that Hizballah was planning to take "practical measures" in response to the violations. Around the same time, several reports emerged in Arab media of the planned deployment of anti-aircraft missile launchers in the Lebanese mountains for the purpose of shooting down Israeli planes. But irrespective of the veracity of such reports, Hizballah would not even have to down any jets to protest the overflights, but could settle for firing anti-aircraft guns that "accidently" fall on northern Israeli settlements as it has done in the past.Retaliating for Israel's assassination of Mughniyeh would also enable Hizballah to spark a war with Israel. That Hizballah will respond to the assassination is almost a certainty considering his political and military significance to the movement and recalling Nasrallah's 14 February declaration to engage in an "open war" with Israel, as well as the oath he made on 22 February to avenge his death: "Oh Hajj Imad, I swear by God that your blood will not go in vain." Perhaps Hizballah has reserved its right to respond for such a time when it would serve a much wider strategic purpose than mere tit-for-tat. What better purpose than to save the Palestinian cause from possible collapse?Whichever scenario unfolds, Hizballah would still have to explain the timing of any defensive measure it takes. The movement would be fully justified in presenting its attack as a preemptive one and could legitimately argue that it lies next in the line of fire by an emboldened Israel that had succeeded in finishing off Hamas politically or militarily. As warned by Nasrallah on 28 December and again on 7 January, the possibility of an impending Israeli attack on Lebanon remained a very real one which Hizballah was more than ready to confront. As a matter of fact, Israel's threats against Lebanon did not commence with the war on Gaza but have been a persistent feature of its official discourse for well over a year now.Hizballah's readiness for warHizballah began to respond to those threats not only with counter-threats but with a new discourse emphasizing the eradication of Israel as a Zionist state by means of "destroying its army." The linkage between Israel's survival as a state and its deterrence capability was not a new one for Hizballah, but as Nasrallah explained on 22 February 2008, the notion of destroying its "remaining deterrence" once and for all was. On Hizballah's first July War anniversary on 14 August 2007, Nasrallah stunned his supporters and Israel alike when he "promised" a "big surprise" in any upcoming war with Israel "that could change the course of the war and the fate of the region," and which would enable Hizballah to score "a historic and decisive victory." Not only would Hizballah decisively eliminate Israel's remaining deterrence, but it would do so quickly: "Any new war will be swift and the victory shall be fast" Nasrallah stated on 24 August 2008.While many have conjectured that Nasrallah's threats suggest Hizballah's acquisition of advanced weapons such as anti-aircraft missiles, an equally valid conclusion (and one that doesn't rule out the former) would be that it has developed a new method or strategy of warfare involving a much larger number of fighters than has been used in the past. As declared by Nasrallah on 14 February 2008: "In any coming war, not just one Imad Mughniyeh will be waiting for you, and not just a few thousand fighters. Imad Mughniyeh has left behind him tens of thousands of trained, equipped and ready-for-martyrdom fighters." These fighters would display "an unprecedented method of fighting" which Israel had supposedly "never seen since its establishment," Nasrallah stated on 24 August 2008.Regardless of Hizballah's readiness for war, and its potential to destroy Israel's military deterrence, what is certain is that for the movement and many of its supporters and allies, destroying the Zionist regime in Israel is no longer confined to the ideological realm but has entered the realm of strategic interests as well. Regional security requires that the perpetual threat that Israel poses to its neighbors be neutralized once and for all. While such logic may seem like a throw back to the 1950s and 1960s, the new thinking shares more in common with the American notion of "regime change" and one-state solution proposals rather than with "throwing the Jews into the sea." If the war against Gaza has achieved anything, it is that it has succeeded in drumming this logic in the Arab and Muslim political consciousness.
The Electronic Intifada, 11 January 2009